Vettel primero en el Gran Premio de Malasia. Alonso pierde un alerón de su Ferrari

Un combativo y eficaz Sebastian Vettel se adjudica la victoria en el Gran Premio de Malasia, y lo consigue por delante de su compañero de equipo Mark Webber en unas disputadísimas últimas vueltas de esta trepidante carrera. Fue en esta parte final en la que la pelea por la victoria se hizo más descarnada sobre una deslizante superficie que hacía muy arriesgada y peligrosa cualquier maniobra.

Salida de la carrera
Fernando Alonso perdió un alerón en un adelantamiento

Finalmente, Sebastian Vettel, después de aguantar muy bien su puesto en esta parte de la competición y hacer una mala jugarreta a su compañero Mark Webber –casi lo empotra contra un lateral del circuito- logró una victoria que sobre una superficie encharcada y poco propicia para maniobras arriesgadas le otorga más merito y consuma su segunda pole del año.

Sebastian Vettel, al finalizar la carrera pidió disculpas a su compañero Webber.

El equipo de Red Bull, pegándose entre ellos, vuelve a posicionarse como uno de los grandes favoritos para conseguir este Campeonato Mundial de Fórmula 1.

A continuación de los corredores de Red Bull, Sebastian Vettel y Mark Webber, entró en línea de meta Lewis Hamilton. Nico Rosenberg hizo un meritorio cuarto puesto.

Fernando Alonso, lamentablemente tuvo que abandonar la carrera en la segunda vuelta porque en su intento por adelantar posiciones en el arranque de la carrera rompió el alerón delantero de su Ferrari. Su compañero -en Ferrari-, el brasileño Felipe Massa, fue cuarto y a punto estuvo de subir al podio.

Kimi Raikkonen finalizó séptimo y lo hizo con muchas dificultades dado que se salió de la pista dos veces; su Lotus no tuvo el mismo comportamiento que en Melbourne.

Lucha entre grandes campeones marcada por el agua que soportaba el circuito de Segel y que hacía que la conducción fuera extremadamente delicada y difícil. Victoria, pues, de los Red Bull que hacen doblete en este Gran premio de Malasia.

Fue decisivo:

En la vuelta 45, Vettel, que había cambiado poco antes los neumáticos -puso unos blandos para, suponemos lograr mayor adherencia al asfalto- decidió así lo que finalmente sería su victoria.

La carrera fue muy rápida: 1:39.199.