No hay parálisis en la UE

Declaraciones a euroXpress del eurodiputado del PP Íñigo Méndez de Vigo

El europarlamentario Íñigo Méndez de Vigo defiende la actuación de las instituciones europeas. Considera injusto que se pida mayor actividad sólo dos meses después de la entrada en vigor del Tratado de Lisboa.

En esta entrevista para euroXpress afirma que la UE trabaja para los ciudadanos, apoya la estrategia UE2020 y sus posibilidades para asegurar el modelo social europeo que, en su opinión, no corre peligro. Decir que el Tratado de Lisboa no es bueno no se corresponde con la realidad.

Íñigo Méndez de Vigo, eurodiputado del PP

Miembro de la comisión de asuntos económicos y monetarios del PE en esta legislatura, Íñigo Méndez de Vigo es eurodiputado desde 1992 por el Partido Popular. Presidió la delegación del PE en la Convención sobre el futuro de Europa y ha tenido un papel relevante en la elaboración del Tratado de Lisboa. Es presidente del Colegio de Europa.

euroXpress.-Todas las instituciones de la Unión Europea están por fin formadas y, sin embargo, su actuación no parece decidida para los tiempos que corren.

Íñigo Méndez de Vigo.- Hay que dar tiempo al tiempo. La Comisión lleva funcionando sólo unas semanas y las nuevas instituciones creadas por el Tratado de Lisboa están trabajando bien. La iniciativa de Van Rompoy para convocar un Consejo europeo dio resultados sobre el problema de Grecia y se actuó bien. La Alta Representante para la Política Exterior y de seguridad, Catherine Ashton, prepara el Servicio Exterior de la UE...

eXp.- Después de meses de interinidad, ¿ no hay cierta parálisis?

IMdV.- No se puede hablar de parálisis. Es cierto que el retraso en la aprobación del Tratado de Lisboa ha provocado este tiempo de interinidad, tanto en la Comisión como en el Parlamento, pero las instituciones están funcionando. Como ejemplos de asuntos en los que está trabajando estos días el Parlamento, puedo decir que se prepara la incorporación de nuevos diputados, la adhesión de la UE al Convenio de Derechos Humanos o la creación de los organismos de supervisión financiera.

eXp.- En este comienzo de legislatura, podría decirse que el Parlamento europeo está "guerrero", se quiere hacer notar en algunas intervenciones. Como ejemplo, el veto a la transmisión de datos bancarios europeos a Estados Unidos.

IMdV.- Como decía, el Parlamento está trabajando. La Eurocámara es la gran beneficiada por el Tratado de Lisboa, que le da más competencias y margen de actuación.

eXp.- En tiempos de desempleo, hay preocupación por la lenta salida de la crisis y el ciudadano piensa, una vez más, que la UE está siempre en temas alejados.

IMdV.- Es el eterno problema de la falta de comunicación. La UE trabaja en cuestiones que afectan directamente al ciudadano.

eXp.- Este martes, el Colegio de Comisarios en conjunto está en Madrid para conocer la actividad de la presidencia española de la UE y se apunta un primer contacto sobre la Estrategia UE2020 sobre crecimiento y empleo. Es la gran apuesta de Europa para la próxima década...

IMdV.- La Estrategia UE2020 es una necesidad casi obligada. Se planteó bien la anterior Estrategia de Lisboa, aunque no tuvo resultados satisfactorios. Pero yo no soy tan pesimista sobre aquella iniciativa. Ahora, renovada, afronta las cuestiones esenciales para la Europa de la próxima década.

eXp.- También este martes hay movilizaciones sindicales en España contra el retraso a la edad de jubilación y las posibles reformas del sistema de pensiones. Es un debate abierto en toda Europa. ¿Cree que está en juego el modelo social europeo?

IMdV.- De ninguna forma. Precisamente el Tratado de Lisboa mantiene el modelo social europeo. Sólo hay que ver lo que pasa en Estados Unidos y compararlo con Europa. Ahora bien, para preservarlo tiene que haber paralelamente un modelo de financiación. Por ejemplo, la timidez del gobierno español a la hora de ir reduciendo el déficit para volver a la convergencia europea es preocupante.

eXp.- ¿Qué puede esperar el ciudadano de la UE en el futuro inmediato?

Acción y trabajo. No se puede transmitir la idea de que Europa está paralizada porque no es cierto. Ese argumento puede llevar a pensar que el Tratado de Lisboa no es bueno y eso no se corresponde con la realidad.