Eso que llamamos mercado está sustituyendo a la democracia

Entrevista con Ricardo García Zaldivar, Coordinador del Consejo Científico de attac España, doctor en economía y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid.

El tan traído y llevado concepto de mercado no es más que una forma de concebir una sociedad globalizada y de responder a los intereses concretos de personas concretas. Así explica la actual situación económica Ricardo García Zaldivar, en entrevista a EuroXpress. Attac (Asociación por la Tasación de las Transacciones y por la ayuda a los Ciudadanos) es un movimiento internacional altermundista que promueve el control democrático de los nuevos mercados financieros y las instituciones encargadas de controlarlos. Se fundó en 1998 en Francia. Hoy está presente en la mayoría de los países de Europa Occidental y en un número importante de países africanos y sudamericanos.

Ricardo García Zaldivar
Ricardo García Zaldivar, Coordinador del Consejo científico de attac España

Ricardo Zaldívar, es doctor en economía, profesor de economía de la Universidad Carlos III y Coordinador del Consejo Científico de attac España, un movimiento internacional firmemente convencido de que «otro mundo es posible» y también una economía más solidaria y menos partidaria del crecimiento continuo. Es un pensamiento que muchos tildan de utópico y muy alejado de la tendencia general de la economía actual.

EuroXpress.- ¿Año nuevo, economía nueva o todo sigue igual o peor?

Ricardo García Zaldivar.- En attac llevamos mucho tiempo planteando que esto que estamos sufriendo, unos más que otros es la consecuencia de una desmesura que se ha llamado la globalización feliz, algo que parecía que no tenía alternativa. Vargas Llosa llego a decir «hay algunos insensatos que discuten la globalización como otros insensatos discutieron la ley de la gravedad». Ahora todo el mundo, incluso los sindicatos, hablan de la dictadura de los mercados financieros.

eXp.- Eso significa que el mercado lo gobierna todo...

RGZ.- Hablemos con propiedad. A los medios de comunicación les ha gustado esto de los mercados y continuamente lo ponen en titulares porque, además, es una palabra corta que resume muy bien. Pero hay que matizar. Están los mercados financieros y su lógica, que responde a una cierta idea de la sociedad; por otra parte, hay personas e intereses concretos de las grandes trasnacionales.

eXp.- ¿Y se conoce a esas personas y a esos intereses?

RGZ.- Podemos hablar de una persona concreta. Lo que es bueno para Botín y para el banco de Santander no es forzosamente bueno para los españoles ni para los europeos. Y mucho menos para los bolivianos o para los brasileños ni lo que es bueno para Repsol es forzosamente bueno para los españoles.

En estos conflictos de intereses es en lo que deberíamos matizar cuando hablamos de los mercados. Lo que se ha impuesto es una forma de pensar, una forma de actuar y eso que responde a intereses muy concretos es lo que está sustituyendo a, pueden parecer palabras muy graves y lo son, la democracia.

eXp.- ¿Se puede actuar para que no hagan y deshagan a su antojo?

RGZ.- Realmente a Botín no lo ha elegido nadie y al presidente de Repsol tampoco. Es muy legítimo que defiendan sus intereses, pero ellos están dentro de unos colectivos, de unas entidades, de corporaciones demasiado grandes que acumulan mucho poder y precisamente por eso son capaces de hacer cosas ante las que el ciudadano medio asiste atónito. ¿Cómo es posible que Zapatero, es decir, que el presidente de un gobierno y de un partido que está ahí porque le han votado personas que defienden otras políticas trate de convencernos de que lo mejor para España es lo que dicen estos colectivos. Eso es una usurpación. Ahí hay algo que no funciona. Lo ilegítimo no es tanto que esos intereses con cara, nombre, etc. defiendan lo suyo sino que eso sustituya a los procesos democráticos que nos ha costado muchísimo lograr en este país.

eXp.- Pero no estamos solos, la Unión Europea está ahí. ¿Cualquier presidente de cualquier país podría hacer algo por sí mismo?

RGZ.- Puede. Desde el gobierno es posible hacerlo. Estamos en Europa efectivamente, pero hay posibilidades de que algunos países se desmarquen de una determinada línea que impone Bruselas. Pienso que desde España habría sido posible una resistencia a esas imposiciones. Cojamos el tema de las pensiones, cojamos el tema de la reforma laboral... Es una iniciativa del gobierno Zapatero, bien es verdad que presionado. Antes de que en mayo nos asombrara con estas políticas de ajuste que recibieron el aplauso inmediato de Bruselas nadie hablaba aquí de que fueran necesarias. Bien es cierto que hay economistas que están defendiendo esa deriva, pero hay otros muchos que no.

eXp.- ¿Eso querría decir que Grecia, Irlanda, Portugal, España se podrían desmarcar de la UE? ¿Significaría que la UE no tiene mucho porvenir en su opinión?

RGZ.- No. Hay una serie de voces, entre ellas las nuestras que están diciendo que lo que está ocurriendo en estos momentos en la UE no es sostenible. Hemos empezado por una moneda única, pero no tenemos detrás una política económica y monetaria común.

Europa tiene serios problemas para hacer frente a los ataques especulativos. En estos momentos se ha conseguido que el dinero pueda moverse libremente sin control, sin ningún tipo de regulación y a la búsqueda de las debilidades del sistema. Y una de las debilidades del sistema en estos momentos es la Unión Europea. Lo es porque, pese a tener una moneda única, no tiene una política económica y monetaria común. Detrás no tiene un banco como la Reserva Federal estadounidense que pueda darle a la máquina del dinero cuando hay problemas de deuda y de financiación.

eXp.- ¿Y hay alguna solución para eso?

RGZ.- En attac somos legión los europeístas y lo somos profundamente. Pensamos que hay que avanzar por la línea europea. No por ésta que se ha seguido ahora, no por esta constitución que al final ha quedado en Tratado, que pretendía escribir de una manera inmodificable el camino que debía seguir la economía. Que en definitiva es la economía neoliberal basada en la competitividad, en la lucha despiadada de unos contra otros en la que conceptos como solidaridad quedan arrinconados. La solución no está en salirse del euro.

eXp.- Pero no es fácil que el presidente de un país se suicide políticamente. Que no ponga por delante los intereses propios...

RGZ.- Maquiavelo decía que «la prioridad del que llega a un gobierno es estar a bien con los poderosos». Es muy difícil enfrentarse a ellos y todos sabemos a qué me estoy refiriendo cuando hablo de poderosos.

Mira el desencanto enorme que se está produciendo en EEUU. La gente creyó que Obama iba a defender otras políticas. No es que no lo haya intentado, es que no ha tenido la valentía suficiente, cueste lo que cueste, de plantear lo que defendía cuando era candidato al gobierno, a presidente de EEUU, a presidente del Imperio o sea, a presidente del mundo.

eXp.- Pero el mundo está cambiando de presidente, ahí está China que está comprando deuda de Europa y EE UU. ¿Está comprando a Europa? ¿En qué acabará eso?

RGZ.- Si nos ponemos en una perspectiva histórica de largo recorrido, no coyuntural, la hegemonía dentro del sistema capitalista está mudándose. Puede parecer una profecía pero muchos analistas ven que la hegemonía en el siglo XXI se traslada a Asia, no necesariamente a China. Está India, está el conocimiento financiero y tecnológico de Japón... Históricamente ha sido así. España, Holanda, Inglaterra, EEUU se convirtieron en hegemónicos tras ser el taller del mundo. Desde ahí fueron hegemónicos en política financiera y militarmente. Lo que no se sabe es cuál será el escenario final. Si lo que todos apuntamos, una multilateralidad, es decir, un equilibrio entre poderes, entre fuerzas, o bien un imperio con tal acumulación de poder como ha sido EEUU después de la Segunda Guerra Mundial o el Imperio Británico en el siglo XIX.

eXp.- ¿Estamos cerca de esa situación?

RGZ.- No lo creo. Europa tiene ahí un papel muy importante si lo sabe o lo puede jugar. A veces no solo consiste en saber, sino en que políticamente se pueda ejercer. China ha venido en estos momentos al rescate de una situación que a ella le interesa mucho. España es un país que, exporta la décima parte de lo que importa de China. Eso es un problema para España, pero también para China, que está acumulando divisas que le pueden crear problemas. De ahí la visita del futuro presidente de China que, como un Rey Mago, ha venido a decir que no nos preocupemos, que ellos comprarán deuda española. Ahí también habría margen de maniobra para el gobierno español. Es evidente que a los Reyes Magos nadie les da una patada cuando están subiendo por la escalera con los regalos, pero hay que entender que los regalos tienen una contrapartida y ahí es donde esté el margen para la política.

eXp.- Tras cada crisis todos los expertos coinciden en que el mundo ha sido diferente. ¿Cómo vamos a salir de ésta?

RGZ.- Yo no estoy de acuerdo con el concepto médico de crisis, en el que el paciente se muere o la situación se reconduce a la normalidad, aplicado a la economía. Vamos a cumplir cuatro años de esta crisis, pero antes hubo otras manifestaciones. Comenzamos con la crisis asiática y todos tenemos algún pariente en Argentina que nos contó lo que sucedió en 2002. Estamos viviendo en una economía que es un enfermo crónico, no alguien que tiene una pequeña dolencia que se agudiza. Me gustaría hacer hincapié en la insostenibilidad de todo cuanto tenemos en nuestras vidas. Una sociedad que vive en un consumo desorbitado, que no se sostiene desde el punto de vista ecológico y medioambiental.

No podemos pensar que lo urgente, y hablo de Europa o de cualquier otra zona, sea volver a la senda del crecimiento. Estamos en una crisis de valores, en una crisis sistémica.

eXp.- ¿Entonces no tiene arreglo?

RGZ.- Lo que yo no veo es que a esta situación le vaya a seguir una situación de bonanza por la que la economía se ponga a funcionar de nuevo a toda máquina y reintegre dentro de sus estructuras a 4 millones y medio de parados. A lo mejor es que soy muy pesimista. Por eso, y ahora hablo de attac, pensamos que debemos ir a otro tipo de sociedades menos competitivas, más solidarias, menos confiadas en que el propio aparato productivo vuelva a tomar ritmo y una producción como la de antes. Porque a lo mejor vuelve la burbuja y ahora es una burbuja verde, la de hacer cosas supuestamente amables con el medio ambiente. Hay cosas en las que se puede crecer. Está claro que debemos pensar en otro tipo de sociedad y debemos ganar la batalla ideológica. Hay que transmitir, aunque parezca un eslogan vacío de contenido, que «otro mundo es posible». Después de la crisis volverá a fluir el crédito que es uno de los problemas que hay ahora. Pero que el enfermo salga de la UVI no quiere decir que le vayan a dar el alta. Para que vuelva una normalidad tenemos que imaginar otra situación, otro tipo de sociedad y muchos movimientos sociales estamos en ello. Pero es un tema a largo plazo, no es para mañana.