PRISM, el Gran Hermano americano vigila el mundo

La reciente denuncia por parte de un extrabajador de la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana (NSA) de un sistema de análisis masivo de comunicaciones ha confirmado los temores de gran parte de la sociedad que aún creía que su vida era privada. En un acalorado debate los europarlamentarios han amenazado con deshacer los acuerdos que la UE tiene con Estados Unidos para compartir datos.

Una conexión digital
El Gran hermano está en la red/ Foto: CE

Los europarlamentarios que han estado negociando durante décadas con Estados Unidos sobre el acceso a determinados datos de los viajeros ahora se plantean la necesidad de revisar esos compromisos para limitarlos.

«Necesitamos dar marcha atrás y decir claramente que no queremos una vigilancia masiva», ha dicho Jan Philip Albrecht, de los Verdes alemanes de la comisión de reforma de las leyes de protección de datos de la UE.

El PE está estudiando hacer una reforma a sus leyes de protección de datos que ya tienen casi 20 años y que se diseñaron sin pensar en las posibilidades de internet. Ahora, a la vista del programa PRISM piensan que deberán revisar todos los pactos

La Comisión Europea no ha hecho muchos comentarios. Mina Andreeva, portavoz de Justicia de la UE, ha declarado que Bruselas hará constar a EEUU su preocupación por el tratamiento de las comunicaciones privadas de los europeos, pero ha advertido también que la cobertura legal al ciudadano depende de cada país miembro.

La confidencialidad de las comunicaciones de los ciudadanos europeos no está garantizada por la UE, que no posee aún una ley común para ello. Desde hace 18 meses se discute la nueva normativa de protección de datos, que acumula 3.000 enmiendas

Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, tratará el asunto la próxima semana con el presidente de EEUU en su visita a Alemania, donde el asunto del espionaje masivo ha causado gran indignación.

El programa PRISM

El periódico The Guardian publicó en exclusiva el pasado miércoles 5 de junio la noticia de que la NSA había solicitado mediante una orden secreta la información de todas las comunicaciones a Verizon, una de las mayores compañías telefónicas de EEUU. Al día siguiente, ese mismo periódico y el Washington Post revelan la existencia de PRISM, un programa secreto de la inteligencia norteamericana mediante el que se está obteniendo información de las principales compañías de telecomunicaciones. Pocos días después, Edward Snowden, un informático que había trabajado para la CIA y la NSA reivindica desde Hong Kong ser el moderno «garganta profunda» de este escándalo.

Barack Obama, en un intento por calmar a su electorado, se ha apresurado a precisar que los datos reclamados no incluyen el contenido de la conversación, sino «sólo» la ubicación, los interlocutores y la duración, y con respecto a PRISM, que este «solo» analiza las comunicaciones extranjeras, nunca aquellas entre estadounidenses o de otras personas en territorio norteamericano. Esto significaría que todos los usuarios no estadounidenses que usan sus infraestructuras o los productos de Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, PalTalk, AOL, Skype, YouTube, o Apple están siendo espiados sistemáticamente.

«Nunca hemos oído hablar de PRISM»

Las nueve empresas han declarado su total desconocimiento del tema y su completa desvinculación. De hecho, la frase más usada ha sido «no formamos parte de ningún programa para dar a ningún gobierno acceso directo a nuestros servidores». Esto no aclara demasiado las cosas, primero porque si formaban parte del programa, estarían obligadas a negarlo. Segundo porque podrían haber formado parte sin saberlo. Y tercero porque todas han escogido cuidadosamente sus palabras, de forma que ese «acceso a los servidores» puede no haber sido «directo», librándoles de incurrir en una mentira flagrante.