«Los haitianos tienen una dignidad que les hace seguir adelante, a pesar de las dificultades»
Hablamos con Santiago López, técnico de Cruz Roja Española

Cuatro años después del terremoto de Haití, el 90% de las personas que perdieron su hogar tienen una vivienda, aunque quedan más de 300 campamentos de acogida donde 145.000 haitianos viven a la intemperie. Las Organizaciones humanitarias destacan el trabajo que se ha realizado pero dicen queda mucho por hacer. Cruz Roja ha destinado a proyectos en ese país el 75% de los 53 millones de euros que donaron los españoles.

Santiago López
Santiago López

Hablamos con Santiago López, técnico de Cruz Roja Española

Cuatro años después del terremoto de Haití, el 90% de las personas que perdieron su hogar tienen una vivienda, aunque quedan más de 300 campamentos de acogida donde 145.000 haitianos viven a la intemperie. Las Organizaciones humanitarias destacan el trabajo que se ha realizado pero dicen queda mucho por hacer. Cruz Roja ha destinado a proyectos en ese país el 75% de los 53 millones de euros que donaron los españoles.

euroXpress.- Ante un aniversario, pregunta obligada. ¿Cuál es la situación 4 años después de aquel terremoto tan devastador?

Santiago López.- Han sido 4 años de trabajo muy duro tanto de los haitianos, como de las organizaciones no gubernamentales, y el gobierno. Todos han trabajado para intentar, al menos, conseguir volver a la situación anterior al terremoto, que como todos sabemos fue catastrófico. La sensación es que se ha avanzado muchísimo, aunque todavía queda mucho por hacer, teniendo en cuenta que Haití ya tenía una situación muy dura antes del terremoto, y por tanto cualquier comparación es muy relativa. Pero sin duda, la situación de como estaba tras el terremoto y cuatro años después, realmente se ha producido un cambio enorme. Las organizaciones humanitarias hemos trabajado durante este tiempo con las personas desplazadas, que se habían quedado sencillamente sin nada, en la calle. Cruz Roja hemos conseguido reubicar a más de 40.000 familias, y hemos trabajado con ellas en mejora de su situación sanitaria, en campañas de promoción de higiene, donde hemos atendido a millones de personas y hemos realizado reconstrucciones de infraestructuras sociales básicas.

eXp.- Eso es lo hecho hasta ahora, pero ¿cuáles son vuestros objetivos en estos momentos?

S.L.- En estos momentos estamos reconstruyendo 16 escuelas y un centro de salud, de los que hemos finalizado cuatro y el resto estarán acabadas a lo largo de 2014. Otro aspecto en el que nos hemos volcado ha sido en ayudar a las personas a superar la situación de pobreza, para que puedan reconstruir su vida y hemos realizado varios proyectos de desarrollo económico, en los que intentamos que mejoren sus capacidades, que aprendan cosas nuevas y que encuentren nuevas salidas. La gente es muy creativa, tienen muchas ideas, pero en muchos casos les falta formación para convertirlas en realidad y nosotros les enseñamos a mejorar aquello que ellos saben hacer, para que puedan obtener mejores beneficios.

eXp.- Y mirando hacia el futuro ¿qué se puede hacer?

S.L.- Hemos tenido proyectos y programas de preparación del riesgo. Haití está en una zona, el Caribe, donde desde mayo a noviembre, sufren lluvias intensas y huracanes continuos, y a través de estos proyectos conseguimos que las propias comunidades, que son los que van a dar la primera respuesta, estén mejor formadas y mejor capacitadas. Que sepan cuales son los riesgos de su propia comunidad, qué capacidades tienen, qué cosas saben hacer para que puedan dar una primera respuesta ante una catástrofe, que evite daños mayores.

eXp.- Entonces ¿se ha frenado la situación de emergencia?

S.L.- Cuando se produce una emergencia de este tipo se trabaja a dos velocidades. Nosotros empezamos a trabajar en la reconstrucción, es decir, conseguir paliar los daños que se habían producido durante el desastre, pero desde el primer momento ya se trabaja en el desarrollo, en qué va a pasar a partir de mañana, cómo vamos a mejorar las condiciones de vida de esta población tan vulnerable. Primero se empieza por lo más urgente, en el caso de Haití, alrededor de un millón y medio de personas se quedaron literalmente en la calle, y lo fundamental era reubicarles, que tuvieran una casa, un techo bajo el que cobijarse. Esa tarea está casi cumplida. En Puerto Príncipe había más de 40 campos de refugiados y la mayor parte de las personas han sido reubicadas, es decir, han conseguido encontrar otro lugar en el que rehacer sus vidas. El objetivo final es que las personas vivan mejor de lo que vivían antes de la catástrofe.

eXp.- Te veo optimista

S.L.- Es también una actitud. En el mundo de la cooperación se puede mirar todo lo que falta por hacer, que es infinito, o ver todo lo que se ha conseguido. Si solo miramos todo lo que falta, eso es un océano inabarcable. Si miras lo que has hecho y ves esas familias que ya están reubicadas, que han conseguido salir de los campos de refugiados, mejorar sus medios de vida y frenar las epidemias, como la que se sufrió de cólera, entonces estamos satisfechos de lo que se ha hecho, aunque siempre siendo conscientes de que queda muchísimo por hacer. Hay un problema estructural que hay que mejorar, pero ese no es el trabajo de las agencias humanitarias, porque no podemos y no queremos realizarlo. No es nuestro cometido. Ahí tendrán que trabajar los gobiernos, las instituciones políticas, los organismos internacionales, y los propios ciudadanos, y cada uno tiene un cometido que hacer.

eXp.- Cuando se produjo el terremoto hubo una avalancha de promesas gubernamentales para ofrecer ayuda al pueblo haitiano, pero mucha parte de ese dinero no ha llegado ni al país, ni a los ciudadanos.

S.L.- Hay que distinguir. Cuando ocurre una catástrofe, una cosa es la ayuda que dan las personas a título individual, gente que va a ingresar dinero en una cuenta de cualquier ONG. Todo ese dinero se ha enviado al terreno y se ha ejecutado. Cruz Roja en España recibió de la población española cerca de 53 millones de euros. Fue una respuesta que realmente nos sorprendió, porque se produjo cuando el país ya estaba inmerso en una crisis económica muy importante. Actualmente más del 75% de ese dinero ya está ejecutado, y con un control de auditorías externas muy exahustivo para evitar que se malgaste un solo euro, y además se ha destinado para lo que estaba previsto. Es un proceso de una gran claridad. Pero además de esas ayudas finalistas, que la población da, hay otras ayudas, que es donde se produce cierto «conflicto», que son ayudas de tipo político. Se trata de un dinero que se compromete, pero muchas veces son condonación de deuda pública, en la que se perdona parte del dinero que el país debe, pero que no supone que se aporte un dinero extra. Eso hay que distinguirlo, porque cuando se habla de que no llega la ayuda, son esas ayudas las que no llegan, porque realmente no estaba previsto que llegasen.

eXp.- ¿Qué papel debe asumir el propio gobierno haitiano?

S.L.- El gobierno no deja de ser un grupo de personas que el pueblo ha escogido para seguir adelante. Ellos son los que tienen la responsabilidad más importante y nosotros, las organizaciones humanitarias, nunca podemos forzar a un gobierno a que haga nada. Podemos indicarles, podemos proponer, acompañarles, pero ellos son los dueños de su destino y los que deciden qué hacer, cómo y cuando. El gobierno haitiano pide que no nos olvidemos de ellos, porque hay otras emergencias en el mundo, actualmente Siria o Filipinas y es muy importante que no perdamos el interés, que sigamos hablando de ellos, que continuemos prestándoles el interés y si nosotros actuamos las instituciones se ven obligados a continuar trabajando. No podemos olvidar que el gobierno haitiano sufrió un derrumbe físico. Más del 70% de las infraestructuras gubernamentales quedaron destruidas y el gobierno también quedó muy dañado y ha tenido que hacer un esfuerzo por salir adelante.

eXp.- Habéis construido viviendas, pero eso no sirve para comer. Las personas ¿pueden ganarse la vida de alguna manera. Un pescador puede salir a pescar, un agricultor puede sembrar?

S.L.- Esta es la parte más complicada. Conseguir medios de vida. No solo paliamos la catástrofe. Hay cada vez más proyectos de vida. Muchas personas viven de la economía informal. A menudo, con una pequeña ayuda, con una pequeña formación (muchos son analfabetos), se les enseña cosas que han de tener en cuenta, como que analicen todos los costes que han de tener en cuenta para poder obtener unas ganancias de su trabajo. .Por ejemplo mucha gente tiene un puesto de fruta, pero han de saber que tienen que diferenciar sus productos, porque sino todos venden lo mismo. Les enseñamos que tienen que hacer un pequeño estudio de mercado para que analicen si realmente sus productos tienen salida. Esto es una de las prioridades de la ayuda humanitaria.

eXp.- Antes del terremoto Haití era uno de los países más pobres, no solo de América sino también del mundo. Era un país de emigrantes... y lo continúa siendo

S.L.- La emigración es realmente uno de los grandes problemas de Haití. Cuando se produjo el seísmo, todos temimos que se produjera un éxodo hacia la República Dominicana, con la que comparte la isla, porque además, casi no existen las fronteras físicas, muchas veces solo hay que cruzar un campo, pero luego no hubo una huída desesperada, porque es gente que está acostumbrada a sufrir, que han tenido siempre una vida muy dura, y vivieron el terremoto como una desgracia más. Algo que en cualquier otro país hubiera sido una hecatombe, pero ellos se levantaron y continuaron trabajando. Esa percepción de que se cae el mundo encima, ellos no lo vivieron así. Ellos se levantan y continúan adelante. Es un pueblo muy digno, muy trabajador.

Cruz Roja ya trabajaba en Haití antes del terremoto, con varios proyectos en marcha y pensamos que ante tal grado de destrucción, tendríamos que paralizarlos. Pasadas las primeras semanas de desconcierto y desorientación los propios haitianos quisieron acabar con todos los proyectos. Entendieron que había cosas que se habían perdido, pero que se podían recuperar, que íbamos a necesitar un poco más de tiempo para acabarlo, pero de ninguna manera quisieron paralizarlos y se empeñaron en seguir adelante, por ese sentido de la dignidad que tienen tan interiorizado. Ellos no quisieron que se pensara que «cómo es Haití nada puede acabar bien» y nos sorprendimos de su capacidad de salir adelante, y de su empeño. Es una población digna de admiración, por su capacidad de levantarse siempre y continuar adelante pase lo que pase.

eXp.- Haití corre el riesgo de convertirse en un desastre natural más, que, con el paso del tiempo, acabemos olvidando.

S.L.- Sí se corre ese riesgo. Aunque ya no acapare la atención de los medios de comunicación, el pueblo haitiano sigue trabajando. Cuando se viaja allí, uno se da cuenta de que el cambio ha sido muy grande, que sigue habiendo mucho que hacer, pero se ha avanzado mucho. Para mí es importante dar un mensaje positivo. No todo es un desastre, no todo está perdido, y para eso estamos todos, para continuar trabajando junto a la población haitiana.