Los ministros de exteriores de la Unión Europea, han calificado de momento histórico, las elecciones presidenciales celebradas en Afganistán, las terceras que se han convocado desde la caída de los talibanes. Consideran muy grave la violencia que vive el país y que no permite desplegar observadores en todas las provincias. Los ministros han recordado el asesinato de la fotoperiodista alemana Anja Niedringhaus, en un incidente en el que también resultó herida grave la reportera canadiense Kathy Gannon y que ocurrió horas antes del inicio de las votaciones. La Alta Representante de la UE, Catherine Ashton, se ha mostrado más optimista y ha resaltado que "las últimas informaciones dicen que las cosas están avanzando y esperamos ver ahora qué traerán los resultados".
Dudas ante las elecciones
«Si Abdalá se convierte en presidente, la voluntad del pueblo afgano será respetada. De otra manera, sobre todo si Zalmai Rassoul resulta ganador, se desatará un nuevo conflicto y el país se volverá más inseguro». La afirmación de Qazi Sadullah Abu Aman, partidario del candidato Abdalá Abdalá, es típica de las incertidumbres y acusaciones que surgen antes de conocerse el resultado final en Afganistán.
Sentado en su casa de dos pisos en Faizabad, la mayor ciudad de la provincia de Badajshá (al noroeste del país) Abu Man dice que solo un fraude masivo a favor de Rassoul, que cuenta con el respaldo del actual presidente Hamid Karzai, podría impedir el triunfo de Abdalá, excanciller y destacado líder tayiko. Abu Aman es una de las figuras de más peso en la provincia, donde fue jefe del Consejo Provincial de Paz, la institución del gobierno que dirige las negociaciones con los grupos opositores armados, y miembro de la Meshrano Jirga, la cámara alta del parlamento.
Pertenece al partido político islamista y predominantemente tayiko Jamiat-e-Islami, fundado en la década del 70 por Burhanuddin Rabbani. Fue una de las principales fuerzas políticas que luchó contra la ocupación soviética en los años 80. Ahora es candidato para el consejo de Badajshán, una de las 34 provincias afganas cuyos representantes serán también elegidos simultáneamente con el sucesor de Karzai.
«La gente votará por él (Abdalá Abdalá) porque fue un muyahidín (combatiente islámico) que enfrentó con coraje a los soviéticos, y porque comprende los problemas de las personas comunes. Es el hombre adecuado para reemplazar a Karzai, cuyo gobierno es corrupto y fue incapaz de mejorar las vidas de los afganos», dice Abu Aman. Además, sostiene que el actual presidente «activó la maquinaria gubernamental para ayudar a Rassoul».
A pocos metros de la casa de Abu Aman se encuentra la oficina provincial de la campaña de Rassoul, dirigida por Basiri Jaled, excombatiente islámico de gran carisma. Jaled admite que Abdalá es un contendiente fuerte. «Todos lo conocen, niños y viejos, y cuando vas al bazar compras un producto que ya conoces. Eso es verdad», reconoció.
«Pero Zalmai Rassoul tiene más posibilidades de ganar debido a sus programas: prometió construir escuelas, hospitales y carreteras, así como crear nuevos empleos en el sector de la minería», añade. En 2009, Jaled fue el coordinador de la campaña de Abdalá, pero hoy dirige la de Rassoul. Él afirma que no hay ninguna incoherencia en ello, y subraya que todavía es miembro del Jamiat-e-Islami. «Soy un Jamiati desde que era niño», replica. «Fui un poderoso comandante, el primero en expulsar a los soviéticos de Badajshán. Luché al lado de mi comandante (Ahmad Sah) Masoud. Nadie puede echarme del partido».
Masoud fue el líder histórico de la Alianza del Norte, opositora al movimiento islamista Talibán. Murió asesinado en septiembre de 2011, y hoy su retrato está presente en los principales edificios de la provincia. Como evidencia de la fortaleza de su candidato, Jaled destaca que «miles de personas participaron de un mitin aquí, en Faizabad». Sin embargo, eso quizá no significa mucho. «Todos los candidatos gastan mucho dinero para reunir a un gran número de personas en sus mítines», relata Samiullah Saihwn, de la radio local Bayan-e-Shamal. «Les dan mucho dinero a los comandantes locales, así como a los líderes de las comunidades y de las aldeas, con el fin de asegurar una amplia participación. Por eso es difícil entender quién obtendrá los votos realmente».El 31 de marzo, Saihwn presidió un debate con algunos de los candidatos a los consejos provinciales. Promovida por el Foro de la Sociedad Civil de Badajshán, la discusión fue animada y franca. Muchas de las 250 personas reunidas en la sala de bodas de Setara-e-Shar se animaron a hacer preguntas incisivas.
«Ya habíamos organizado algo parecido en las anteriores elecciones», comenta el director del Foro, Saifuddin Sais. «Pero este fue el primer debate en la ciudad para los comicios de 2014. También promovimos debates y seminarios en cinco distritos rurales, alcanzando a más de 1.000 personas para explicarles el proceso electoral y sus derechos».
A pesar de la campaña del Foro, la diferencia entre la información electoral en Faizabad y la poca que existe en las áreas rurales sigue siendo muy grande. «En Faizabad las personas de alguna manera conocen sus derechos políticos, saben que puede elegir a quien quieran, pero en los distritos no tienen información ni idea alguna de lo que está sucediendo», señala Saihwn. «Simplemente siguen lo que les dice un mulá local, un comandante o una persona influyente. La capacidad (del candidato) no es un criterio» para decidir, añade Sais.
Con él coincide la directora de la Organización de Mujeres para la Relación y la Cooperación, Anisgul Ajgar. «Aquí en la ciudad notamos una gran voluntad de votar. Aquí todos son libres de elegir a cualquiera de los candidatos. Pero en los distritos locales, las personas influyentes recolectan las credenciales de los votantes o les indican a quiénes tienen que votar», afirma. Ella teme que los comicios no sean libres y justos. «No se ha tomado ninguna medida efectiva para impedir un fraude o una manipulación. La Comisión Electoral Independiente es independiente solo de nombre. Conoce los medios, pero no actúa».
A pesar de sus aprensiones, Ajgar, activista por los derechos de las mujeres desde los días del régimen Talibán, concurre a las urnas. «Usaré mis derechos constitucionales, y exhorto a todas las mujeres que conozco a hacer lo mismo». Zofanoon Hassam, jefa del Departamento de Asuntos de Mujeres de la provincia, también ha promovido la participación femenina en las urnas. «A través de nuestros programas de concientización, hemos hablado con más de 2.000 mujeres. Tenemos un centro de registro aquí, en nuestra oficina principal, y muchas mujeres obtuvieron sus credenciales aquí». «Según nuestras estimaciones, alrededor de 78.000 mujeres en Faizabad, el 44 por ciento del total, las obtuvieron. Estamos particularmente orgullosas de esto», agrega Hassam.
Pero el camino a la inclusión equitativa de las mujeres en la política todavía es largo y difícil. «En muchas áreas, los maridos les dicen a sus esposas a quién deben votar. Es un mal hábito que estamos tratando de erradicar. Pero se necesita más tiempo», recuerda Zofanoon Hassam.