«300 años de la paz de Utrecht», Fundación Carlos de Amberes

«300 años de la paz de Utrecht», En nombre de la paz. La Guerra de Sucesión Española y los tratados de Madrid, Utrecht, Rastatt y Baden (1713-1715), Fundación Carlos de Amberes

Madrid, hasta el 23 de febrero de 2014

Hace 300 años, el fallecimiento de Carlos II sin descendencia provocó un conflicto de dimensiones internacionales por el trono español. La Guerra de Sucesión española (1701-1715) ha sido entendida y explicada en España a menudo como si se tratase de un conflicto civil e interno marcado por el disputado cambio dinástico entre los Austrias y los Borbones, la supresión de las constituciones y fueros tradicionales en la Corona de Aragón al crearse el nuevo Reino de España, la pérdida de Gibraltar y Menorca, el exilio forzoso de los partidarios del archiduque Carlos (Carlos III)... Sin embargo, este conflicto internacional tuvo una amplia dimensión europea y estuvo sujeto a los vaivenes políticos y diplomáticos de los contendientes en un tablero con diversas soluciones en el reparto de territorios y con consecuencias globales (norte de África, América...). Por esa razón es considerada como un hito relevante en la historia y la cultura de Europa.

La firma de la Paz de Utrecht, y otra veintena de tratados, puso fin a una de las mayores conflagraciones europeas de la Edad moderna y acabó dividiendo la gigantesca herencia de Carlos II. Aquellos tratados constituyeron una aportación esencial en el proceso de cooperación y gestión diplomática de los conflictos entre las potencias europeas que perdura hasta nuestros días. Fruto de él fue el establecimiento de una política de equilibro (balance of power) y la aceptación de la diversidad confesional que había en el continente europeo.

La exposición, comisariada por Bernardo J. García García, ayuda a entender lo que pasó y a responder mejor a los desafíos de nuestro presente. Sin duda, la mejor lección de aquella cultura diplomática es que en una buena negociación todos deben ceder para obtener una solución más duradera y equilibrada.

La muestra cuenta con 74 obras pertenecientes a veinte instituciones de prestigio de Alemania, Austria, Bélgica, Francia, Países Bajos, Suiza y España (entre ellas Patrimonio Nacional, Museo del Prado, Biblioteca Nacional, Archivo Histórico de Simancas, etc.). Presta especial atención al uso de la propaganda y la retórica de las imágenes durante el conflicto y las paces reuniendo tapices, retratos, pinturas y grabados alegóricos, imágenes propagandísticas, planos y lienzos de batallas, y medallas conmemorativas.

Esta exposición forma parte de un proyecto de cooperación cultural y científica financiado por el Programa Cultura 2007-2013 de la Comisión Europea.

CEU

Tras la muestra celebrada en Utrecht por el Centraal Museum (abril-septiembre de 2013), se ha organizado la de Madrid (diciembre de 2013-febrero de 2014) y proseguirá con las del Wehrgeschichtliches Museum de Rastatt, Alemania (marzo-junio de 2014) y el Historisches Museum de Baden, Suiza (septiembre de 2014-marzo de 2015). Siguiendo un discurso común, cada una de estas sedes aborda con su propia selección de piezas y una estructura adaptada a sus salas, diversos contenidos relativos a los antecedentes, la evolución del conflicto y la negociación que le puso término en esta serie de más de veinte tratados internacionales.

Se ha publicado un catálogo profusamente ilustrado y con artículos de especialistas relevantes en esa dimensión internacional del conflicto y en sus consecuencias y se han organizado talleres para niños en Navidad y otras actividades didácticas

Secciones de la exposición

1.- Vísperas de sucesión. La conservación de la Monarquía de Carlos II frente a las ambiciones del Rey Sol (1659-1700)

El tratado de los Pirineos (1659) redefinió la frontera con Francia y dio lugar a una nueva alianza dinástica con la boda de Luis XIV y la infanta María Teresa (1660), en un contexto su¬cesorio muy comprometido para los Austrias españoles. La Guerra de Devolución (1667-1668) fue promovida para reclamar una compensación por la dote de su esposa. La muerte de Felipe IV (1665) había dejado el poder en manos de un rey niño, Carlos, y de su madre, Mariana de Austria, como regente, pero también a merced de su hermanastro Juan José de Austria. En 1668, se negoció en secreto un primer reparto de la herencia española entre Luis XIV y Leopoldo I, que se había casado con la infanta Margarita (1666).

Tras la Paz de Aquisgrán (1668) el Rey Sol acometió la invasión de Holanda (1672-1678). Para hacerle frente, Carlos II se sumó a la Cuádruple Alianza (el emperador, Brandemburgo y Ho¬landa) en un viraje diplomático sin precedentes. Estaba en juego la supervivencia de los Países Bajos. La Paz de Nimega (1678) supuso la pérdida del Franco Condado. Se ponía en práctica la política de equilibrio favorecida por Guillermo III, que se convertiría en soberano de Gran Bretaña tras la Revolución Gloriosa (1688). La Guerra de la Liga de Augsburgo (1688-1697) fue la última gran guerra con Luis XIV antes del conflicto sucesorio. En este contexto, se concertó el segundo matrimonio de Carlos con Mariana de Neoburgo (1690). La Paz de Rijswijk (1697) supondría la devolución de las ciudades ocupadas en Cataluña, Luxemburgo, Flandes y Namur, porque estaba en juego la sucesión a la herencia española. Francia, Gran Bretaña y la República holandesa negociaron en secreto dos nuevos tratados de reparto (La Haya, 1698 y Londres, 1700), considerando primero una sucesión en favor de José Fernando de Baviera (m. 1699), y después una partición entre Francia y el archiduque Carlos.

Algunas piezas de esta sección son:

Un retrato alegórico de Carlos II niño con la rama española de la Casa de Austria (óleo sobre lienzo), perteneciente a la Fundación Lázaro Galdiano

Un gran tapiz (503 x 700 cm.) que representa una de las hazañas de Luis XIV, El asedio de Douai (julio de 1667), previas a la Guerra de Sucesión. (París, Mobilier National)

Varios grabados que muestran las atrocidades de la tiranía francesa, episodios de la guerra anglo-holandesa, y alegorías de las distintas paces, como Nimega o Rijswijk. Grabadores: Romeyn de Hooghe y otros. (Atlas van Stolk de Rotterdam y Rijksmuseum de Amsterdam)

Un retrato al óleo de Luis XIV por Hyacinthe Rigaud (Patrimonio Nacional) y otro de Carlos II vistiendo la armadura con el Toisón de Oro que perteneció a Felipe II, por Juan Carreño de Miranda, sin duda una de las imágenes más distinguidas del tan denostados del monarca (Museo Nacional del Prado)

El asedio de Douai (julio de 1667) (fragmento), por Charles Le Brun y Adam-Frans van der Meulen. Tapiz de la serie de la Historia del Rey (Luis XIV) Lana y seda con hilo de oro, 503 x 700 cm. París, Mobilier National Manufactures des Gobelins, de Beauvais y de la Savonnerie

2.- La Guerra de Sucesión (1701-1710).

Una herencia de intereses globales en disputa La Guerra de Sucesión ha sido a menudo entendida y explicada en España como si se tratase sobre todo de un conflicto civil e interno marcado por el disputado cambio dinástico entre Austrias y Borbones, la supresión de las constituciones y fueros en la Corona de Aragón al instaurarse el nuevo Reino de España y los decretos de la Nueva Planta, la pérdida de Gibraltar y Menorca, el exilio forzoso de los partidarios del archiduque... Ciertamente, fueron profundos los efectos que tuvo en la estructura constitucional, por el desarrollo de la alternativa austracista y por las severas consecuencias que ocasionó un conflicto de lealtades contrapuestas en los diversos territorios o en el servicio directo al soberano. Sin embargo, ésta fue una gran conflagración europea de consecuencias políticas y económicas globales. Estaba en juego un acceso privilegiado al vasto sistema colonial y mercantil hispánico.

En las primeras fases entre 1701 y 1708 la contienda se desarrolló en el norte de Italia, en los Países Bajos, en las costas españolas (Cádiz, Vigo, Gibraltar, Málaga), en la frontera de Portu¬gal y en el área del Alto Rin y el Danubio. En esos años se suceden las derrotas de los ejércitos borbónicos: Blenheim (1704), Ramillies y Turín (1706), Nápoles (1707) y Oudenaarde (1708). Parecía afianzarse la pérdida de los dominios italianos y flamencos de la Monarquía Hispánica al tiempo que Felipe V consolidaba cada vez más sus posiciones en la península ibérica. La cruenta batalla de Malplaquet (1709), de resultado bastante incierto, frenó el avance aliado.

Algunas piezas de esta sección son:

Escultura de Felipe V a caballo por Lorenzo Vaccaro, versión en pequeño formato de la que fue destruida en Nápoles por las tropas austriacas cuando se apoderaron de la ciudad en 1707 (Museo Nacional del Prado) y un dibujo de Pallotta con la aclamación de este rey, con la fachada del Alcázar, una de las últimas vistas antes de su incendio en 1734 (Ayuntamiento de Madrid)

Óleos de algunas de las grandes batallas de la Guerra de Sucesión, i.e. la batalla de Oudenaarde por Joseph van Bredael (MOU Stadhuis), la de Blenheim por Jan van Huchtenburgh (Bayerisches Armemuseum) o El descanso, de Watteau, que retrata la retirada de las tropas francesas tras la batalla de Malplaquet (Museo Thyssen Bornemisza), célebre por la canción popular «Mambrú se fue a la guerra», ya que tras esta batalla se dio por muerto al Duque de Marlborough

Grabados que retratan escenas de ambos bandos: los espectaculares almanaques franceses con la aceptación por Luis XIV del testamento de Carlos II en favor de Felipe de Anjou como heredero, homenajes en España a Felipe de Anjou, sus bodas, etc.; y retratos alegóricos de Carlos III como general romano o como rey de España, ensalzamiento de las victorias aliadas... (Bibliotheque Nationale de Francia, Biblioteca Nacional de España, Rijksmuseum, Atlas van Stolk, Colección Friedrich Polleross, Viena)

Alegoría de las paces de Utrecht y Rastatt, 1714-1718. Esta alegoría aparece combinada con el autorretrato del pintor. En su lienzo, la Casa de Austria y la Casa de Borbón se dan la mano, bajo un Cupido que les da dos caduceos. Amparan estos acuerdos la Fe, la Esperanza y la Caridad, Ceres, la Abundancia y la Fama. La Paz expulsa a Marte, y la Verdad a la Falsedad y la Envidia. El Vesubio y la bahía de Nápoles sirven de fondo, y un macaco se agarra al manto del pintor que está sentado en el peñón de Gibraltar.

3.- La balanza de las potencias.

La búsqueda del equilibrio y el reparto final de la herencia española en el tablero del mundo (1711-1725) Tras recuperar el control de la capital y obtener la victoria en Almansa (1707), las tropas borbó¬nicas consiguieron rechazar con algunas dificultades iniciales la última ofensiva aliada al mando de Stanhope y Stahremberg en 1710 (Brihuega, Villaviciosa y Zaragoza). El frente peninsular se trasladó a Cataluña y allí el episodio más significativo fue el largo asedio de Barcelona (25 de ju¬lio de 1713 a 11 de septiembre de 1714). Para entonces la suerte del conflicto sucesorio ya había cambiado. Los tories en Gran Bretaña eran partidarios de acabar cuanto antes con la gravosa sangría de esta conflagración y consiguieron negociar con Luis XIV los Preliminares de Londres (1712), base de los tratados que empezaron a negociarse en Utrecht a partir de ese mismo año.

La doctrina del equilibrio continental (balance of power) y la política multilateral para la re¬solución de los conflictos europeos fueron aportaciones significativas de las negociaciones que dieron lugar a la veintena de tratados de paz y acuerdos comerciales firmados en Utrecht, Rastatt y Baden desde 1713 hasta la paz de Viena de 1725. Estos principios del derecho público interna¬cional se hallan en la base de la política exterior de la Unión Europea en la actualidad

Algunas piezas de esta sección son:

Un retrato al óleo de Felipe V, rey de España, por Miguel Jacinto Meléndez (Museo Nacional del Prado) y otro de El emperador Carlos VI (Patrimonio Nacional)

Grabados retratando las últimas batallas del conflicto, a veces de forma alegórica (batallas de Villaviciosa, Zaragoza) y planos que muestran la disposición de los ejércitos (el largo asedio de Barcelona, la ciudadela de esta ciudad, Melilla con sus ataques, Mahón...) (Archivo General de Simancas)

Un óleo de Vanvittelli donde puede verse la Dársena de Nápoles con sus fortalezas, navíos, galeras (Colección Carmen Thyssen-Bornemisza) y otro del Ayuntamiento de Utrecht por Adriaen Honich, óleo que colgaba en la cámara del consejo del Ayuntamiento durante las conferencias de paz entre 1712 y 1713 (Centraal Museum de Utrecht)

Grabados y medallas conmemorativas de las paces de Utrecht, Rastatt y Baden (Wehrgeschichtliches Museum de Rastatt, Museo de Historia de Baden, Centraal Museum de Utrecht...)

Una animación interactiva cedida por el Museo del Ejército de Toledo con algunas de las batallas de la contienda