A pesar de la crisis siria continúan las conversaciones con Irán

Jasmin Ramsey

Pese al peligro de que Estados Unidos lance un ataque militar contra Siria, aliada de Irán, Washington y Teherán parecen estar preparándose para reanudar las conversaciones nucleares. El nuevo presidente de Irán, Hasán Ruhaní, podría forjar una nueva era entre la diplomacia iraní y las relaciones internacionales.

Hassan Ruhaní
Retrato oficial de Hassan Ruhaní

Jasmin Ramsey

Washington, (IPS) - Pese al peligro de que Estados Unidos lance un ataque militar contra Siria, aliada de Irán, Washington y Teherán parecen estar preparándose para reanudar las conversaciones nucleares. Analistas de política exterior de Estados Unidos vienen haciendo mucho ruido desde que el 4 de agosto asumió el nuevo presidente de Irán, Hasán Ruhaní, que podría forjar una nueva era entre la diplomacia iraní y las relaciones internacionales.

«Como arquitecto del único acuerdo nuclear entre Irán y Occidente –un logro que no puede desestimarse porque la desconfianza es grande— Ruhaní presenta una posibilidad real de concretar avances en las conversaciones nucleares», opina Ali Vaez, experto en política iraní en el International Crisis Group.

Durante el gobierno de Mahmoud Ahmadineyad (2005-2013), «aunque ambas partes se sentaron a la mesa, una jugaba al ajedrez y la otra a las damas. En el de Ruhaní es más probable que jueguen el mismo juego, aunque siguiendo diferentes reglas», sostiene. «Para tener éxito, las dos partes tienen que hacer lo que nunca han hecho realmente en los últimos años: negociar», agrega Vaez.

El anunció que Teherán hizo el pasado jueves, de que las negociaciones sobre su programa nuclear ya no serían conducidas por el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, sino por el ministro de Relaciones Exteriores, Javad Zarif, educado en Occidente, fue recibido en la Casa Blanca con un cauto asentimiento.

La portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, dijo que Estados Unidos estaba al tanto de ese cambio. «La investidura del presidente Ruhaní presenta una oportunidad para que Irán actúe con celeridad para resolver las profundas preocupaciones de la comunidad internacional en torno a su programa nuclear», agregó.

La designación de Zarif puede hacer crecer la certidumbre, que aparentemente va en aumento en Washington, de que Ruhaní es alguien con quien se puede trabajar.

Mientras fue embajador de su país ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre 2002 y 2007, Zarif hizo amigos poderosos, como los entonces senadores estadounidenses Dianne Feinstein, Joe Biden y Chuck Hagel. Pero sus contactos con diplomáticos de Estados Unidos se remontan a los años 80, cuando ayudó a negociar la liberación de rehenes de ese país en Líbano.

«Zarif... es una de las personas más listas y divertidas que he conocido en mi vida profesional... y no creo que piense que a Irán le conviene tener armas nucleares», dijo el experto en políticas atómicas George Perkovich, en una conferencia de prensa este jueves en el Carnegie Endowment for International Peace.

Pero Perkovich advirtió que Zarif también es un negociador «formidable» que, «a diferencia de algunos de sus predecesores», no es ni «tonto» ni «ideológico». «Así que tendremos que ser agudos en nuestro juego, porque si uno intenta hacer cosas que a todas luces son injustas y desequilibradas, ellos simplemente podrán darnos una paliza retórica», añadió.

Aunque no se ha fijado fecha, las negociaciones entre Irán y el grupo P5+1 (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia más Alemania) pueden reanudarse este mes. Pero todavía está por ver cómo podría afectar una eventual acción militar de Estados Unidos contra Siria.

Para Vaez, «lo más probable es que un ataque limitado de Estados Unidos sobre Siria retrase, y no descarrile, las conversaciones con Irán». En las prioridades de la agenda de Ruhaní están la maltrecha economía y el aislamiento de su país, así que no permitirá que Siria «estropee» su plan, agregó.

«Perder a la vez a Siria y la oportunidad de conseguir un alivio de las sanciones sería un golpe doble para los intereses estratégicos de Irán y para la agenda de su nuevo presidente», insistióVaez.

Aunque, a diferencia de los sectores iraníes de línea dura, Ruhaní no ha culpado personalmente a los rebeldes de Siria por el presunto ataque con armas químicas del 21 de agosto, sí ha declarado que el asunto debería manejarse en el ámbito de la ONU, y alertó contra una acción militar extranjera.

En la 14 Cumbre de la Asamblea de Expertos, realizada el miércoles 4 Ruhaní dijo que «Irán, como ya he dicho, considera que toda acción contra Siria no solo será perjudicial para la región, sino también para los aliados de Estados Unidos, y creo que tal medida no beneficiará a nadie».

La delicada posición de Irán en relación a Siria, una antigua socia en el bloque de resistencia hacia Israel, puede llevar a Teherán a apartarse de Damasco con el fin de concretar sus principales intereses.

«Siria se ha vuelto el Vietnam de Irán, y el amplio uso de armas químicas de (Bashar al) Assad, amoral y estúpido a partes iguales, magnificó el dilema de Teherán», nos dijo Mark Fitzpatrick, experto en no proliferación del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.

«Los dirigentes están divididos sobre la respuesta adecuada, los de línea dura redoblan su apoyo incondicional a Al Assad, mientras que Ruhaní y otros pragmáticos se distancian. Esas divisiones significan que Irán no responderá militarmente a un ataque de Estados Unidos, aunque el flujo de armas iraníes puede intensificarse, si quedan pistas de aterrizaje sirias después de los bombardeos con (misiles) Tomahawk», planteó.

«El desastre que tiene en sus manos (el presidente estadounidense Barack) Obama respecto de Siria no es nada comparado con el que le está dejando a Ruhaní su 'aliado' en Damasco», dice Fitzpatrick que añade «Cualquier solución real al caos sirio tendrá que involucrar a actores externos, entre ellos Irán».

Por ahora, Ruhaní y Zarif parecen estar cumpliendo con la política de «interacción constructiva con el mundo» que el mandatario definió en su primera conferencia de prensa.

El sorprendente saludo por el Año Nuevo hebreo (»Cuando el sol está por ocultarse aquí en Teherán, les deseo a todos los judíos, especialmente a los judíos iraníes, un bendecido Rosh Hashaná») que Ruhaní transmitió por la red social Twitter el miércoles 4, seguido por uno similar de Zarif (su segundo «tuit» oficial).

Zarif también le dijo a la hija de Nancy Pelosi, líder de la minoría en la Cámara de Representantes de Estados Unidos, que no confundiera a su gobierno con el de su predecesor. «Irán nunca negó (el Holocausto judío a manos de los nazis)», tuiteó Zarif en respuesta a una petición de Christine Pelosi de «poner fin a la negativa del Holocausto por parte de Irán».

«El hombre que lo negaba se ha ido. Feliz Año Nuevo», replicó Zarif.

Pero la posibilidad de que el Congreso legislativo apruebe más sanciones contra Irán en estos momentos críticos y los persistentes efectos negativos de décadas de desconfianza mutua entre Teherán y Washington reducen las esperanzas de una resolución rápida a la cuestión nuclear, más allá de lo que ocurra en Siria.

Los temores de Estados Unidos e Israel de que Irán adquiera capacidad para fabricar un arma nuclear en 2014, según las evaluaciones más catastrofistas, también dan alas a la urgencia en Washington.

Hasta la fecha, la inteligencia estadounidense cree que Irán no ha tomado la decisión de fabricar armas atómicas.

«Entonces el asunto no es si Irán tomará en 2014 la decisión. No sabemos si lo hará o si quiere hacerlo, y lo más probable es que no lo haga, pero podría», dice Colin Kahl, alto asesor del Pentágono para asuntos de Oriente Medio durante el primer gobierno de Obama, en la conferencia del Carnegie Endowment for International Peace.

«Desde el punto de vista estadounidense, este es el último momento en que la comunidad de inteligencia puede acudir al presidente y decir: 'Jefe, nosotros sabremos cuándo (los iraníes) se van a pasar a las armas nucleares'», añadió.

«Si perdemos la capacidad de detectar (cuándo Irán decida obtener la bomba), la capacidad de prevenir las armas nucleares se reduce drásticamente, y entonces la opción militar se descarta... si estoy en lo cierto... sea cual sea la evaluación y considerando que ese es el tiempo que tenemos para lograr un acuerdo diplomático, eso significa que contamos con entre 12 y 18 meses. Así que manos a la obra», nos dijo Kahl.