Aung San Suu Kyi, un Nobel con 21 años de retraso

Dos décadas después de recibir el Nobel de la paz, la líder birmana, Aung San Suu Kyi, ha pronunciado el discurso de aceptación. La ceremonia se ha celebrado en Oslo con el mismo boato que se organiza anualmente en diciembre, pero con 21 años de retraso y en verano. La activista birmana visitará en los próximos días Gran Bretaña, Reino Unido y Francia

Aung Suu Kyi en 1988 se dirige a la multitud en Yangún
Aung Suu Kyi en 1988 / Foto: CE

Dos décadas después de recibir el premio Nobel de la paz, la líder birmana, Aung San Suu Kyi, ha pronunciado hoy el discurso de aceptación. La ceremonia se ha celebrado en Oslo con el boato que se organiza anualmente en diciembre, pero con 21 años de retraso y en verano.

«¿Es 16 de junio?» ha preguntado Aung San Suu Kyi al comité del premio Nobel en Oslo. «Sí, es 16 de junio», le han contestado y la activista birmana ha respondido «es que pierdo la noción del tiempo». Demasiados años ha tardado la líder asiática, que el martes cumplirá 67 años, en recoger un premio que sin duda se merece. En 1991, San Suu Kyi no pudo recoger el Nobel porque estaba bajo arresto domiciliario. En su lugar lo hicieron su marido y sus dos hijos. Dos décadas después la defensora de los derechos humanos ha agradecido el premio y ha dicho que «la concesión del premio me hizo sentirme real, me devolvió al resto de la humanidad y sirvió para que el mundo se fijara en la lucha por la democracia «en su país.

Con una flor anudada como es habitual a su pelo, vestida con el tradicional longui de color violeta y una bufanda larga morada la «Dama de Yangún ha recibido una fuerte ovación cuando en su discurso ha dicho: «Estoy aquí porque he sido una prisionera de conciencia. Cuando me veáis o me escuchéis, por favor recordad que la existencia de un solo prisionero de conciencia ya es demasiado». Se ha mostrado con un «optimismo prudente» y se ha compremetido a seguir su lucha por la democracia.

La ceremonia de aceptación del Nobel de la Paz se celebra un año muy especial para el país asiático, muy distantes de lo que ocurría hace 21 años. Birmania vive un año rico en reformas radicales llevadas a cabo, no sin presión internacional, por parte del gobierno birmano que ha empezado a realizar reformas radicales, aunque Suu Kyi ha recordado los problemas que viven las minorías étnicas en su país a pesar de que el nuevo gobierno ha prometido un alto el fuego con los grupos étnicos rebeldes. «Las hostilidades no han cesado en el extremo norte y en el oeste, la violencia contra las comunidades locales coge forma de incendios y asesinatos», ha dicho la Nobel de la Paz.

Suu Kyi realiza estos días una gira por varios países europeos que le llevará a Gran Bretaña, Irlanda y Francia.

«Aung San Suu Kyi por fin está aquí», ha dicho el presidente del comité Nobel, Thorbjoern Jagland, que ha mostrado su deseo de que ocurra lo mismo con Liu Xiaobo, laureado en 2010 y que tampoco pudo recoger su premio por la oposición del gobieno chino.