Antoaneta Becker
Escultura azul de dragón

El 23 de enero comienza el año del Dragón chino que se presenta lleno de incertidumbre política y económica para el gran país asiático. Durante 2011 muchos han esperado que China invirtiera una parte de sus más de 3 billones de dólares en divisas en comprar deuda de los países que estaban en la cuerda floja en la eurozona. No lo hizo, como tampoco invirtió en el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera. Pero no le quita ojo a la UE y a su debilitada economía en este año en el que habrá grandes cambios en la cúpula del Partido comunista.

Skyline de Beijing, rascacielos y grandes edificios

BEIJING, (IPS) - Si los detractores chinos de la democracia liberal y el desenfreno del mercado necesitaron alguna vez más estímulo para sus ataques a Occidente, el fiasco griego de la semana pasada les dio de sobra.

Pero, tras los títulos de la prensa que anuncian «el colapso de Europa», no se percibe una sensación de triunfo ideológico. En cambio, Beijing está ocupado trazando planes de contingencia para el colapso de la eurozona, y absorbiendo las lecciones que dejan los excesos del estado de bienestar.

Beijing, a menudo objeto de críticas porque suele preservar la estabilidad social a cualquier precio, incluso el de pisotear los derechos civiles, no perdió la oportunidad de burlarse de Bruselas por su «mantra de estabilidad».