Miguel Ángel Moratinos
Muro con boquete
Cualquier manual de diplomacia recomienda acudir a la historia y la geografía como ciencias complementarias para extraer un diagnóstico adecuado y aplicar así una política eficaz para la resolución de eventuales conflictos. Sin embargo, hoy parece que se ha hecho oídos sordos de esta práctica habitual de la historia de la diplomacia para afrontar la crisis de Ucrania.
Alambrada frente al mar
Tragedias como la de la playa de El Tarajal nos devuelven la cruda realidad de la inmigración y su tratamiento, tanto en Europa como en nuestro país, al tiempo que interpelan a la conciencia europea que suma ahora 15 nuevas muertes de inmigrantes en aguas del Estrecho. Este episodio que se repite con demasiada frecuencia y nefastos o trágicos resultados en los contornos fronterizos de la Unión Europea es sin duda responsabilidad de la Comisión y de los Estados miembros, donde se comienza a criminalizar la inmigración e ignorar su situación, así como los efectos de no intervenir en la ordenación de flujos. No podemos cerrar los ojos ante un hecho incontrovertible de hondo carácter humanitario.
Miguel Angel Moratinos

Califiqué el año 2013 como un año de transición y así ha sido. Desde la caída de Lehman Brothers hace cinco años, los europeos y fundamentalmente los países del Sur hemos sufrido una crisis institucional y económica en forma de «w», y nos aferramos a las previsiones de instituciones y centros que auguran la salida, aunque sea con cautelas y tras unos elevadísimos costes de sufrimiento humano y desigualdad. Por ello, 2014 puede inaugurar un ciclo reactivo y proactivo que nos permita zafarnos de la dinámica transitoria de 2013, corregir los efectos de la Gran Recesión y reformar, ampliar y legitimar las organizaciones internacionales que rigen la esfera global.

Miguel Angel Moratinos

De confirmarse las noticias de que la Unión Europea pueda aprobar un marco de cooperación con Cuba para 2015, la posición común podría tocar su fin. Esta excepcionalidad impulsada por los Gobiernos de José María Aznar no sólo se ha mostrado ineficaz, sino que niega el espíritu de diálogo y entendimiento que constituye la espina dorsal de Europa, que mantiene relaciones con todos los países latinoamericanos.