Barcos a la deriva: la nueva estrategia de las mafias en el Mediterráneo

En plena celebración de Año Nuevo, volvían a saltar todas las alarmas en los puestos de mando de la guardia costera italiana. Acababan de detectar al carguero Ezadeen viajando a la deriva por el mar Jónico, rumbo a las costas italianas. A bordo viajaban más de 400 inmigrantes ilegales, que son las últimas víctimas, hasta el momento, de esta nueva técnica empleada por las mafias que operan en el Mediterráneo.

Inmigrantes en el carguero Ezadeen
El carguero Ezadeen después de ser remolcado a puerto

«Estamos solos y no tenemos a nadie que nos ayude». Mensajes de auxilio como éste lanzados desde barcos a la deriva empiezan a ser habituales para los guardacostas italianos. En apenas dos semanas son ya tres veces las que los inmigrantes ilegales, hacinados en cargueros a la deriva, han llamado pidiendo socorro. Primero fue el carguero Carolyn Assense, descubierto el pasado 20 de diciembre en aguas del canal de Sicilia, con 800 personas a bordo. Después llegó el Blue Sky M., en el que viajaban 700 personas, y finalmente el pasado viernes, los guardacostas conseguían que los inmigrantes del Ezadeen llegaran sanos y salvos a puerto.

Las autoridades italianas creen que estamos ante una nueva estrategia de las mafias que se lucran con la inmigración irregular. En todos los casos se repite un mismo modus operandi. Todos son barcos obsoletos, «al límite de la operatividad» que los traficantes compran por 100.000 o 150.00 dólares (entre 80.000 y 120.000 euros). Los llenan de inmigrantes, en su mayoría de origen sirio, que llegan a Turquía escapando de las guerras y la pobreza. Los traficantes les piden hasta 6.000 dólares (unos 5.000 euros) por subir a bordo. Después, la tripulación abandona el barco en mitad del Mediterráneo con el piloto automático puesto, obligando a las autoridades italianas a intervenir y remolcarlo hasta la costa para evitar una tragedia.

Desde la Agencia de Protección de Fronteras de la Unión Europea (Frontex), ya hablan de «uno de los fenómenos del invierno», y subrayan que se trata de una técnica que implica «un nuevo grado de crueldad y un negocio multimillonario». Y es que según datos de la Organización Internacional de Migraciones (OIM), los traficantes consiguen más de un millón de dólares por un solo viaje. «Esta nueva estrategia permite a las mafias aprovecharse de economías de escala», advierten.

Compromiso de la Unión Europea

Las autoridades italianas reconocen que 2014 ha sido uno de los peores años que recuerdan en lo que se refiere a la entrada de inmigrantes ilegales. Según datos del Ministerio de Interior italiano, más de 170.000 personas han llegado hasta sus costas de manera irregular, y temen que estas nuevas estrategias de los traficantes de personas agraven la situación aún más en 2015.

En un intento por tranquilizar a las autoridades italianas, y al conjunto de países de la Unión Europea, el comisario de Interior, Dimitris Avramopoulos, ha hecho público un comunicado en el que se ha comprometido a mantener la lucha contra la inmigración ilegal como «una de las prioridades de la legislatura». «Las mafias están encontrando nuevas rutas hacia Europa y emplean nuevos métodos para explotar a personas desesperadas que están tratando de escapar de situaciones de conflicto y guerra abierta», ha lamentado el comisario. A su juicio, esta nueva realidad y la aparición de nuevas técnicas, ponen de manifiesto la necesidad «de una acción coordinada y decidida» a escala comunitaria. Es por ello que en su comunicado ha insistido en la necesidad de tomar medidas contra «estas organizaciones criminales despiadadas». «No debemos permitir que los contrabandistas pongan en riesgo la vida de las personas en barcos abandonados en condiciones azarosas», ha reiterado.

Avramopoulos también ha tenido palabras de agradecimiento para la guardia costera italiana y para los miembros de la Agencia Europea de Coordinación, Frontex. «Han salvado a cientos de inmigrantes que estaban en grave peligro», ha recordado el comisario griego. Y es que la coordinación de los efectivos en el Mediterráneo ha permitido, de momento, remolcar todos los barcos a puerto sin incidentes de gravedad.