Tras más de dos años de intensas negociaciones, los 193 estados miembro de la ONU han acordado por unanimidad la Agenda de Desarrollo Sostenible, con 17 objetivos, que incluyen la erradicación de la pobreza extrema y el hambre para 2030.
El testimonio de los supervivientes del bombardeo atómico a Hiroshima y Nagasaki servirá de inspiración a líderes de iglesias cristianas asociadas al Consejo Mundial de Iglesias (CMI), que luchan por eliminar la amenaza nuclear en el mundo.
Hula Khadoura, de 13 años, está sentada en el sofá de la casa de su abuelo en el barrio de Tuffah, en la ciudad de Gaza, y en el regazo tiene a sus hermanos mellizos, Karam y Adam, de un año.
«Estoy tan contenta de que llegaran», dice sonriente, con los biberones de los niños en sus manos.Sería difícil llegar a saber cuál es la mayor amenaza a la humanidad en estos momentos, si la devastación causada por el cambio climático o el desenfrenado terror que siembra el Estado Islámico (EI).
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) es criticada por destacar la violación de derechos humanos de algunos Estados, en su mayoría no occidentales, e ignorar las infracciones cometidas en ese sentido por las grandes potencias.
Desde Somalia, pasando por Palestina, hasta Ucrania, las guerras someten a millones de niñas y niños al riesgo de abusos durante los conflictos armados. Los números hablan por sí solos: más de 300.000 niños y niñas soldado sufren explotación en conflictos armados y seis millones padecieron heridas graves o quedaron discapacitados de forma permanente, según Unicef.
Hace apenas 10 meses, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) anunció que la población de refugiados de Siria había llegado a los tres millones. Ahora esa cantidad ha superado ya los cuatro millones.