Cláusula democrática y parlamentarismo en la relación México-Unión Europea: el caso Ayotzinapa

El Acuerdo Global México-Unión Europea, suscrito el 8 de diciembre de 1997, forma parte de los denominados «acuerdos de cuarta generación», por la incorporación, en el mismo, de los apartados de comercio, diálogo político y cooperación. Dentro de este acuerdo de asociación se incluye, además, la denominada «cláusula democrática» que privilegia el respeto a los principios democráticos y a los derechos humanos

El Europarlamento condena las desapariciones forzosas de 43 estudiantes en México

Manifestación pidiendo la vuelta de los estudiantes desaparecidos
Manifestación pidiendo el regreso de los estudiantes desaparecidos/ Foto: Youtube

El Acuerdo Global México-Unión Europea, suscrito el 8 de diciembre de 1997, forma parte de los denominados «acuerdos de cuarta generación», por la incorporación, en el mismo, de los apartados de comercio, diálogo político y cooperación.

Dentro de este acuerdo de asociación se incluye, además, la denominada «cláusula democrática» que, como se desprende del propio texto, constituye el fundamento del mismo y privilegia el respeto a los principios democráticos y a los derechos humanos, tal como se enuncia en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y se considera un elemento esencial de este instrumento internacional [1].

La «cláusula democrática», que fue motivo de debate desde la negociación del Acuerdo Global, implica obligaciones específicas para las partes en materia de respeto a los derechos humanos [2]. Sin embargo, después de la Reforma constitucional en la materia, publicada en junio de 2011, dicha cláusula democrática adquiere una nueva dimensión para el sistema jurídico mexicano, ya que los tratados internacionales que procuran su protección han adquirido rango constitucional.

El compromiso en favor de los derechos humanos forma parte de los principios fundacionales de la Unión Europea y su promoción no se limita a sus Estados miembros. También procura que dicha responsabilidad sea asumida por sus socios comerciales. Por ello, una buena cantidad de acuerdos celebrados entre la Unión Europea y países terceros incluyan una cláusula de derechos humanos que posibilita, incluso, la suspensión de las ventajas comerciales y de cooperación al desarrollo en caso de que se vulneren estos derechos [3].

Parlamento Europeo, derechos humanos y acción exterior

La asamblea parlamentaria de la Unión Europea, compuesta actualmente por 751 miembros, y que representa los intereses de los ciudadanos europeos, ha ido adquiriendo con el paso del tiempo, además de mayores atribuciones de control político, un prestigio que hace que se le ubique, por sí misma, como un actor internacional.

La influencia del Parlamento Europeo en el contexto internacional también se ha robustecido conforme pasan los años, se incorporan nuevos socios y se modifica la estructura jurídica y de funcionamiento de la maquinaria comunitaria. El último de los instrumentos jurídicos que le ha dado más relieve a la Eurocámara es, precisamente, el Tratado de Lisboa, en vigor desde diciembre de 2009.

La influencia política internacional del Parlamento Europeo se manifiesta a través de una intensa actividad de diplomacia parlamentaria, que implica el diálogo y la interacción con distintos parlamentos regionales o nacionales, instituciones de gobierno, organismos internacionales, grupos de trabajo o misiones de observación electoral, lo que la convierte en un muy valioso instrumento de diplomacia preventiva en las relaciones exteriores de la Unión Europea [4].

La Eurocámara también constituye un foro político de gran relevancia, al abordar, discutir y analizar diversos temas de coyuntura de la agenda internacional allende las fronteras de la Unión, teniendo como centros de atención la democracia y el respeto a los derechos humanos [5].

En su relación con México, el Parlamento Europeo cuenta con una Delegación UE-México que se reúne con una delegación del Congreso mexicano, 2 veces por año, y que integran la Comisión Parlamentaria Mixta UE-México, con el objetivo de dialogar y dar seguimiento a los temas de la agenda común.

La reacción europea ante los hechos de Ayotzinapa, estado de Guerrero

Los hechos oprobiosos ocurridos el 27 de septiembre, en Ayotzinapa, Guerrero, que se suman a la presumible masacre de civiles a manos de militares en junio pasado [6], en el estado de México, han despertado una importante atención y una elevada preocupación internacional.

En un momento en el que los reflectores han estado en México como producto del anuncio de importantes reformas estructurales, los casos de «Tlatlaya» y de «Ayotzinapa» retumban con dolor y con vergüenza en diarios y noticieros internacionales. Nombres con raíces prehispánicas que hoy suenan a condena. A indignación. A impunidad. A corrupción.

El pasado 10 de octubre de 2014, 16 miembros del Parlamento Europeo, del grupo de los Verdes y la presidenta del Grupo Confederal de Izquierda Unitaria Europea/Izquierda Verde Nórdica, y cuatro miembros del Parlamento alemán, enviaron una misiva al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto y a la alta representante para la Política Exterior de la Unión Europea, saliente y entrante, condenando la desaparición de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, al tiempo que exigieron el esclarecimiento de los hechos y el fin de la impunidad. Se manifestaron, además, en contra del proceso de modernización del Acuerdo Global, previsto para iniciar en 2015, hasta en tanto se reconstruya la confianza en la aplicación y defensa de los derechos humanos en México [7].

Los Verdes en el Parlamento Europeo han solicitado, incluso, la intervención de la Corte Penal Internacional, de la Haya, para que abra una investigación sobre los hechos en Ayotzinapa, por considerar que pueden constituir crímenes de lesa humanidad.

Paralelamente, 12 de octubre último, la representación de la Unión Europea en México, y los 21 Embajadores de los países miembros de la UE acreditados en el mismo país, emitieron un comunicado, en el que manifiestan su profunda preocupación por los acontecimientos en Tlatlaya y Ayotzinapa [8].

El 23 de octubre, en el Pleno del Parlamento Europeo, reunido en Estrasburgo, fue escenario de un acalorado debate en el que se discutió el tema de Ayotzinapa, con posiciones encontradas de los representantes de los distintos grupos políticos respecto a una posible sanción a México, pero con la unanimidad en cuanto a la condena a los hechos ocurridos en Iguala y con el reiterado llamado a terminar con la impunidad. Finalmente, y tras el rechazo de 4 enmiendas, la Eurocámara aprobó, con 495 votos a favor, 86 en contra y 56 abstenciones, la propuesta de resolución común sobre la desaparición de 43 estudiantes del Magisterio en México [9].

En la resolución de mérito, si bien se reconocen, por un lado, los esfuerzos del gobierno mexicano en el combate a la delincuencia organizada y la determinación para investigar y aclarar los sucesos de Ayotzinapa, al tiempo que se expresa la solidaridad con las víctimas, también se hace una condena firme a la desaparición forzada y a los crímenes de Iguala, y se exhorta a las autoridades mexicanas a realizar una investigación expedita, transparente e imparcial, sin margen para la impunidad.

En el debate del Pleno de Estrasburgo, del 23 de octubre, destacaron las participaciones de la presidenta de la Delegación UE-México, Teresa Jiménez-Becerril y del presidente de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana, Ramón Jáuregui [10], quienes, más que respaldar una sanción a México, se pronunciaron por el acercamiento, colaboración y por una profundización de la relación bilateral.

Lo anterior coincide con las declaraciones conjuntas de las reuniones XVI y XVII Reunión de la Comisión Parlamentaria Mixta UE-México, cuyo tema central ha sido la profundización y modernización del Acuerdo Global México-Unión Europea, y donde el respaldo a la protección de los derechos humanos y al Estado de derecho también estuvo presente [11].

Llama la atención, por lo tanto, la discrepancia con las posiciones de los citados eurodiputados por su contraparte en el Congreso mexicano, que el día 14 de octubre, justo después de que se conociera la carta del grupo de los verdes en la Eurocámara y el comunicado de la Delegación de la UE en México, retirara un punto de acuerdo, aprobado en comisiones del Senado desde el mes de marzo, por el que se pronunciaba por la modernización del Acuerdo México-Unión Europea y exhortaba al Ejecutivo federal a mantener un diálogo constate y oportuno sobre el tema con la delegación ante la Comisión Parlamentaria Mixta México-UE [12]. Huelga decir que el Punto 11 de la declaración conjunta de la XVII Reunión de la Comisión Parlamentaria Mixta UE-México hace referencia expresa al punto de acuerdo que quedó sin efectos.

La jornada del 23 de octubre de 2014 no terminó con la adopción de la resolución sobre el tema de Ayotzinapa en el Parlamento Europeo. Por la tarde del mismo día, el gobernador del estado mexicano de Gurrero pidió licencia para separarse de su cargo, después de 26 días de la masacre en Iguala y de múltiples presiones sociales y políticas al interior del país, pero en franca coincidencia con un creciente escrutinio desde el exterior.

Dicha medida disminuirá, de momento, la presión nacional e internacional, pero se antoja insuficiente cuando las miradas están puestas en el esclarecimiento de los hechos que involucran de manera obscena a las autoridades mexicanas.

El día 24 de octubre, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos expresó su preocupación sobre la desaparición forzada de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa y lamentó que hasta el momento los mecanismos para esclarecer los hechos por parte de las autoridades mexicanas no hayan tenido éxito para encontrar a los estudiantes desaparecidos. Desde dicha oficina también se pidió al gobierno mexicano reconocer la competencia del Comité de la ONU contra la Desaparición Forzada para recibir comunicaciones de parte de víctimas [13].

El capítulo Ayotzinapa y el no menos grave de Tlatlaya, serán un hito importante que marcarán al gobierno de Enrique Peña Nieto. Aún es temprano para advertir sus consecuencias, pero lo que queda claro es que la presión internacional sobre el tema seguirá jugando un papel fundamental, donde Europa es un importante sinodal. Bienvenida sea, si contribuye al respeto a los derechos humanos y a la democracia.

* Luis Antonio Huacuja Acevedo es Responsable del Programa de Estudios sobre la Unión Europea, Coordinación de Posgrado, Facultad de Estudios Superiores Acatlán, Universidad Nacional Autónoma de México (European Union Information Centre). http://www.peceacatlan.com

[1] Vid. Luis Antonio Huacuja Acevedo, "El déficit democrático en la relación México-Unión Europea",. En: Luis Huacuja(editor), XIII Reunión de la Comisión Parlamentaria Mixta México-Unión Europea, Fundación Friedrich Naumann, FES Acatlán, U.N.A.M., México, 2012, pág. 140.

[2] Orlane Degrelle, "La Cláusula Democrática del acuerdo Global entre México y la Unión Europea: ¿Cómo influyen las normas de derechos humanos en el ámbito de las relaciones internacionales?", En Stephan Sberro (coord.) México-Unión Europea. El Acuerdo de Asociación Económica, Concertación Política y Cooperación. Sus aspectos fundamentales, IEIE-ITAM, Miguel Ángel Porrúa, México, 2002. Págs. 71 y ss

[3]La Unión Europea y el Mundo, Oficina de Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas, Luxemburgo, 2001, p. 32.

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