Croacia y Eslovenia votan por la izquierda

En contra de la tendencia mayoritaria en la UE, la izquierda ha ganado las elecciones celebradas este domingo en Croacia y Eslovenia. En ambos casos, se esperaban triunfos conservadores, pero la crisis económica, sin haberse cebado especialmente en estos países, y los casos de corrupción han provocado el giro político.

Los líderes socialdemocratas croatas celebran el triunfo electoral
Los líderes socialdemocratas croatas celebran el triunfo electoral / Foto:SDP

Croacia, que será miembro de la UE el próximo julio, estará liderada por una Alianza por el cambio que aparca a los conservadores del gobierno en el que han estado durante 17 años. Es una formación encabezada por el exdiplomático Zolan Milanovic, de la que forman parte el Partido Social Demócrata, el Partido Popular-Liberal, los regionalistas de la Asamblea Democrática Istriana y el Partido de los Jubilados, un conglomerado que le ha hecho ganarse el nombre entre los croatas de coalición del quiquiriquí.

El partido gobernante de la primera ministra Jadranka Kosor, la conservadora Unión Democrática Croata, sufre una gran derrota al perder casi la mitad de los escaños con que contaba.

La reactivación económica es el objetivo, con la vista puesta en la UE. Croacia tiene un déficit público del 5% del PIB y una deuda equivalente al 60% del PIB, unas cifras casi aceptables en el contexto actual de Europa, pero la actividad está estancada y el paro sube.

En Eslovenia, un nuevo partido izquierdista ha dado la sorpresa, cuando las encuestas preveían la vuelta al poder del exprimer ministro conservador, Janez Jansa. Se trata de Eslovenia Positiva,que lidera Zoran Jankovic, empresario y alcalde de la capital, Liubliana. Aquí la diferencia entre uno y otro es de apenas 3 puntos, de modo que se complica la formación de gobierno.

Eslovenia es el único Estado de la antigua Yugoslavia que forma parte de la UE y desde 2007, miembro de la eurozona. Ha vivido con una economía saneada hasta los últimos meses, cuando el déficit ha subido hasta el 5%, aunque su deuda pública se mantiene por debajo de las exigencias de Bruselas, en torno al 43% del PIB. Como en Croacia, el estancamiento económico y el paro son los retos a superar.