Cuando la democracia en Grecia no es suficiente

Tras los comicios del pasado 5 de mayo, Grecia se encuentra en una situación peor de lo que estaba antes. A todas las dificultades económicas que atraviesa el país, se une el rechazo mayoritario de la población a continuar con los planes de rescate de la troika. Parece que no quedará más remedio que repetir las elecciones, pero ¿Y si sale un resultado igual o peor que el actual? ¿Están los griegos obligados a elegir entre democracia y desastre, o salvación y humillación?

La prensa griega destaca
La prensa griega destaca

Que Nueva Democracia, el partido conservador que ganó las elecciones, superara a la coalición de izquierda radical, SYRIZA, únicamente por un 2% de los votos es algo a tener en cuenta si quieren repetirse las elecciones. Porque Nueva Democracia y el PASOK, que hasta ahora se habían repartido el 80% de los votos, han pasado a representar a poco más del 30% de la población (mucho menos si contamos la abstención). Esto les impide crear un gobierno con la mayoría suficiente para llevar a cabo los planes de la troika (CE, FMI, BCE). Durante todo el recuento parecían tener los 151 diputados necesarios para la mayoría, pero a las 2:30am, como si de una película se tratara, Nueva Democracia perdió dos diputados dejando a Grecia en la estacada.

Los 50 diputados de gracia que recibe el partido más votado le impiden a cualquier otro formar gobierno si no es con ellos, en este caso, Nueva Democracia. Y al día siguiente de las elecciones, su líder Antonis Samaras – miembro del antiguo gobierno que falseo las cuentas griegas- ya dijo que renuncia al encargo de tratar de formar un nuevo Gobierno: «Hemos hecho todo lo que hemos podido pero es imposible», afirmó. La opción más posible es la repetición de elecciones, de ahí el primer apunte entre los votos del primer y del segundo partido griego.

Un pequeño vistazo al espectro político griego nos permite entender la gravedad de la situación. El segundo partido más votado, SYRIZA, se niega en rotundo a aceptar los términos del acuerdo de rescate, con unas propuestas no especialmente realistas. Los Independientes –pero muy conservadores- tienen la teoría de que Grecia fue víctima de una conspiración internacional y que los rescates permiten a los acreedores explotar el país. Ni tampoco se puede contar con los comunistas, expertos en Grecia en decir no a todo. La única opción parecía ser el último partido en entrar al Parlamento, Izquierda Democrática, una escisión europeísta y un poco más sensata de SYRIZA, pero también se negaron a hacer gobierno con los conservadores. Demasiadas rupturas y rencillas personales entre partidos.

El problema es doble, porque la UE y el FMI ya han amenazado con no dar el siguiente tramo de rescate si no hay un gobierno que acepte las condiciones. Y Grecia sólo cuenta con recursos suficientes para afrontar el pago de salarios públicos y pensiones hasta finales del próximo mes de junio. Si se interrumpiera el plan de rescate, al dejar sin fondos al Gobierno griego y a los bancos, consecuentemente, Grecia acabaría siendo forzada a abandonar la eurozona.

El riesgo de repetir las elecciones

¿Y la única solución es repetir las elecciones hasta que salga lo que le conviene a la troika? Aparte de ser nada democrático y un gasto innecesario –según El Mundo las elecciones han costado 29 millones de euros- es poco satisfactorio. Los griegos han votado un Parlamento fragmentado a conciencia, dado el agotamiento y sentimiento de humillación latente en la sociedad, y no hay ninguna seguridad de que otras elecciones vayan a ser diferentes, siete de cada diez griegos votaron a partidos anti-austeridad. Es más, la baja diferencia entre SYRIZA y Nueva Democracia puede hacer que muchos de los que votaron a partidos más pequeños vayan en masa a la coalición y que estos ganaran los próximos comicios. Si así fuera tendrían que actuar muy rápido y sensato antes de dejar que todos los inversores salgan corriendo del país.

Ahora que Alemania ha descubierto que ni los líderes tecnócratas han podido con Grecia, la única posibilidad es convencer a Merkel para relajar las exigencias y aceptar una renegociación de las condiciones del rescate, que es lo que todos los partidos griegos piden. Y la victoria de Hollande puede ser muy oportuna en este caso.

Incluso deberían respetar lo votado por los griegos y hacerlo antes de unas segundas elecciones para convencer a algún otro partido, antes de que los extremismos suban aún más. Porque mirándolo con perspectiva, continuar como hasta ahora y que Nueva Democracia y PASOK vuelvan a gobernar solos no ayudaría en nada al país.

Como guinda del pastel, un apunte histórico. En 1928 el Partido Nazi en Alemania sacó 12 diputados y en dos años subió un 90%. En Grecia empiezan sacando 21 y el país se siente igual de humillado, pues al final las condiciones que Alemania ha impuesto a Grecia son más duras de las que Francia les impuso a ellos. Ojala Darwin no tenga razón cuando decía que la historia se repite, y ese es uno de los errores de la historia.