Cumbre de la OTAN en Chicago

Unos sesenta jefes de Estado y de Gobierno de todo el mundo se encuentran reunidos en el McCormick Place de Chicago donde van a tratar de la creación de una nueva fuerza internacional para Afganistán, después de que ese país asuma su seguridad a finales de 2014. Otro de los temas estrella es el escudo antimisiles que Estados Unidos lidera y al que se opone Rusia, que debería proteger a Europa de un ataque desde Oriente Medio, especialmente de Irán. Cientos de manifestantes protestan en las cercanías de la conferencia.

Sala de prensa, vista general
Sala de prensa de la conferencia/ Foto: NATO

Miembros del Movimiento «Ocupa Wall Street» y grupos pacifistas se han concentrado cerca del lago Michigan con pancartas en las que se podía leer mensajes como «Si no te gusta la guerra, no pagues por ella. Nuestros impuestos están armando al mundo». También Anonymus ha bloqueado las páginas web del ayuntamiento y de la policía de Chicago.

Dentro del centro de convenciones los jefes de Estado y de Gobierno que pertenecen a la OTAN deben formalizar la primera fase del escudo antimisiles que opone a Estados Unidos y Rusia. «El escudo antimisiles es esencial. Nos enfrentamos a amenazas reales» ha dicho el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen.

El escudo antimisiles se puso en marcha en 2010 y es el proyecto estrella de la OTAN. Su propósito es proteger a los países de la Unión Europea y América del Norte frente a posibles amenazas externas, entre otros de países como Irán que tienen misiles que pueden llegar hasta el sudeste europeo. El escudo está compuesto por un radar de alta potencia instalado en Turquía, en la Anatolia, misiles colocados en fragatas situadas en el Mediterráneo e interceptores situados en Polonia y Rumanía. Todo el conjunto se controlará desde la base Ramstein en Alemania.

Gran parte del proyecto lo financia Estados Unidos, los aliados europeos pagarán por la puesta en común de las estructuras de los equipos y de control.

Rusia interpreta el despliegue como una amenaza a su seguridad y exige que se le asocie al sistema o desplegará misiles Iskander en su base de Kaliningrado. El presidente francés, François Hollande se mostró reticente con el escudo durante su campaña electoral.

En cuanto a Afganistán, Rasmussen ha dicho que no habrá «una retirada precipitada», a pesar de que Francia ha decidido adelantar la salida de sus 3.500 efectivos para finales de año. En cualquier caso en la conferencia deberán decidir el dinero que aportarán a Afganistán para el mantenimiento de sus fuerzas armadas. Algunos países dudan de la efectividad del apoyo económico a un conflicto que dura 10 años y que no ha hecho mella en la insurgencia liderada por los talibanes.

El presidente estadounidense Barack Obama, quiere que sus aliados se comprometan a donar 1.300 millones de dólares al año para las fuerzas afganas.

El secretario general de la OTAN, también presentará 25 proyectos de cooperación en el marco del programa llamado «Defensa Inteligente», destinado a reducir el impacto de los recortes en el gasto militar, especialmente en Europa.