Draghi no garantiza que la prima de riesgo baje por la compra de deuda

El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, insiste en que la entidad está preparada para intervenir en los mercados de deuda, pero que son los gobiernos los que tienen que pedir el rescate previamente. El banquero ha afirmado que no puede ofrecer garantías al gobierno español sobre la efectividad de su programa de compra de deuda soberana.

Mario Draghi, en rueda de prensa el 8-11-12
Mario Draghi, en rueda de prensa, 8-11-12 / Imagen: BCE

«Depende enteramente de España y del Gobierno español tomar esta decisión, no corresponde al BCE», señaló Draghi tras la reunión del consejo de gobierno de la entidad europea. Su mensaje es el mismo de siempre: el plan de compra de bonos en el mercado secundario permite disipar riesgos pero no elimina los incentivos para mantener la disciplina fiscal y tendrá condicionalidad.

A preguntas sobre unas declaraciones del presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, quien cuestionó los efectos de pedir un rescate europeo sobre la prima de riesgo, Draghi ha señalado que «no se puede garantizar nada por adelantado». Rajoy vino a decir que se podría pagar el coste político de pedir ayuda financiera a la UE si eso colocara la prima de riesgo española por debajo de los 200 puntos.

En cualquier caso, el presidente del BCE ha recordado que la disposición de la entidad a activar el mecanismo de compra ya ha servido para relajar las condiciones de los mercados y ha contribuido a que países como España e Italia hayan completado prácticamente sus necesidades de financiación.

También este jueves se ha conocido un documento del Fondo Monetario Internacional en el que se pide a los países que se financian a costes elevados que soliciten la ayuda financiera del fondo de rescate europeo para activar así la compra de deuda por el BCE. El FMI considera que la financiación a costes razonables es «esencial para permitir a las economías ajustar con éxito».

El consejo de gobierno del Banco Central Europeo ha decidido mantener los tipos de interés en el 0,75%, el mínimo histórico que se fijó el pasado julio.