EE.UU. y UE, negociando con desconfianza

Han comenzado oficialmente las negociaciones, que pueden durar dos años, del gran Tratado de Libre Comercio entre la UE y Estados Unidos, en medio de la desconfianza a uno y otro lado del Atlántico por el último escándalo de espionaje estadounidense. Ahorrar de miles de millones de euros y finiquitar la burocracia innecesaria serán algunos de los beneficios. Europa espera llegar a ahorrarse 119.000 millones de euros.

Barroso en un discurso
Barroso / Foto: CE

Eliminar aranceles, reducir los trámites burocráticos, movilizar la mitad de la producción mundial (116.000 millones de euros anuales en la UE y 92.000 millones en EE.UU.) y frenar el avance de las economías emergentes, es el objetivo del TTIP (Acuerdo Transatlántico de Comercio e Inversión), que se ha iniciado hoy en Washington. Las exportaciones de la UE pueden aumentar un 28% y aumentar su crecimiento anual por encima del 0,5%.

Unos 120 representantes de ambas potencias divididos en 10 grupos, debaten en la capital estadounidense desde temas macroeconómicos hasta si un médico con titulo en España puede trabajar en Los Ángeles o si debe aparecer obligatoriamente la utilización de un transgénico en la etiqueta de un producto. Esos no van a ser los grandes escollos para llegar a acuerdos, pero dan una idea del alcance de las discusiones y como afectan al ciudadano. ambas partes trasladarán a la otra sus «objetivos» y «ambiciones» sobre «todas las cuestiones» en reuniones paralelas.

Las primeras reuniones se realizarán hasta el 12 de julio. La ronda servirá para preparar sobre todo la segunda, «probablemente en octubre» en Bruselas, en la que sí se esperan que entren en «temas sustanciales» y comience el trabajo «para reconciliar en textos comunes» sus respectivos objetivos y proceder al «intercambio de ofertas» concretas «algo más adelante».

Las negociaciones por parte europea las dirigirá el el director de Comercio responsable de EEUU y Canadá, el español, Ignacio García Bercero. La CE asegura que el Tratado de Libre Comercio (TLC) puede suponer una ganancia del 0,5% al 1% del PIB de la UE. El instituto alemán IFO dice que se podrían crear hasta 400.000 empleos y el gobierno español calcula que beneficiaría las exportaciones de unas 25.000 empresas.

Uno de los temas del orden del día son los aranceles de importación que debido al gran volumen comercial entre ambos, puede significar un importante ahorro. Los textiles de la UE tienen unos aranceles del 40% en Estados Unidos y el calzado un 56%. La UE aplica uno del 350% al tabaco, intentado así disuadir a los fumadores beneficiando su salud. Los lobbies van a jugar un papel fundamental en el TLC. El sector audiovisual queda fuera de la negociación, de momento, por petición expresa de Francia. La UE anticipa que las tarifas agrícolas son un capítulo difícil, y que no negociará «una modificación» de la normativa europea en materia sanitaria y fitosanitaria. Otro de los intereses más importantes para la UE en las negociaciones será lograr un mayor acceso a los mercados de contratación pública y mejorar las inversiones en Estados Unidos.

Si se cierra un acuerdo beneficioso para las dos partes, el Tratado deberá ser aprobado por el Parlamento Europeo y los Estados miembros. TLC entre Estados Unidos y la Unión Europea reconfigurará el comercio internacional, ya que según la OMC (Organización Mundial de Comercio), ese bloque fueron los principales comerciantes del mundo en 2012. Actualmente el volumen de intercambios diarios es de unos 2.000 millones.