El BRICS quiere línea directa con África

Las economías emergentes vuelven su mirada hacia África y esta se deja querer. La cercana Europa ya no es lo que era. Inmersa en una crisis que está dejando ver los nacionalismos más egoístas y cada vez más replegada en sí misma tiene poco que ofrecer. Mientras que los BRICS ven en África un escenario en el que desarrollar sus intereses económicos y comerciales.

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Estadio Nacional Mandela en Kampala (Uganda) edificado por China/ Ronald Kabuubi/ IPS

Johannesburgo, (IPS)- Sudáfrica quiere fortalecer los lazos entre África y sus socios en el grupo BRICS, alianza de países integrada por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, en la cumbre que se va a realizar en marzo, informa el subdirector general del Departamento de Comercio e Industria sudafricano, Xavier Carim.

«El tema de la cumbre será el BRICS y África, una asociación para el desarrollo, la integración y la industrialización», explica, en referencia al encuentro que se realizará en la oriental ciudad sudafricana de Durban. «Queremos alinear nuestros intereses para apoyar la agenda de integración en África, y no solo concentrarnos en el acceso a los recursos», señala.

Algunos cuestionan que, siendo la nación más pequeña dentro del BRICS tanto en población como en producto interior bruto (PIB), Sudáfrica no merece un lugar en ese club de naciones emergentes. Pero otros responden que la presencia de este país le ofrece al BRICS un mejor acceso al continente africano, rico en minerales.

Los jefes de Estado y de gobierno del BRICS serán invitados también a un encuentro con el Comité Director de la Nueva Asociación para el Desarrollo de África (Nepad). «Será de nivel presidencial, y ayudará a vincular al BRICS con África», destaca Carim.

El consejero en asuntos internacionales John Maré, radicado enPretoria, elogia el plan sudafricano de fortalecer los lazos entre África y el BRICS durante la próxima cumbre de Durban. «Esto es importante. En particular, significa que Sudáfrica está facilitando un diálogo de negocios entre África y China». Añade que «es importante que los acuerdos de negocios garanticen que no haya una explotación de África por parte de los chinos» mientras subraya que el gigante asiático es el miembro clave del BRICS para los intereses africanos.

El «grupo BRIC invitó a Sudáfrica, convirtiéndose en el BRICS, porque se nos percibe como la puerta más adecuada para África», explica. «Si en la cumbre de Durban se hace énfasis en África, quiere decir que Sudáfrica está jugando el papel que todos esperaban cuando la invitaron».

Maré señala que el BRICS procurará un nuevo diálogo con África en forma paralela al que el continente mantiene con la Unión Europea (UE). «La UE tiene un diálogo específico con África, a través de la Secretaría de la Unión Africana».

«Este vínculo entre la Nepad y el BRICS podría ser un reflejo exacto de ese diálogo, y le daría al BRICS una relación con África que no tiene ni Estados Unidos ni Japón», destaca. «Estoy seguro de que esta reunión de Durban será la primera de un diálogo regular».

Por su parte, el analista independiente Ian Cruickshanks, de Johannesburgo, también apoya la idea de que Sudáfrica facilite el diálogo entre África y el BRICS. «Celebro cualquier ampliación de la influencia sudafricana en la economía global y en los bloques políticos», nos dijo. «El BRICS se ve como un grupo nuevo y vibrante, con una creciente influencia política y económica, con acceso a capital, capaz de proporcionar nuevas inversiones fijas en África, la última frontera en energía explotable y en reservas de productos básicos industriales», añadió.

Cruickshanks recuerda que África actualmente solo contribuye con el tres por ciento del PIB mundial, y en particular Sudáfrica con cerca de un uno por ciento. Pero el continente «tiene el potencial de avanzar más rápido que el mundo industrializado, siempre y cuando haya mejor acceso a capital y que esto pueda ser aprovechado por los centros industriales del BRICS».

El experto señala que los recursos sudafricanos ya se están explotando de forma significativa, pero sugiere que las reservas de petróleo de esquisto bituminoso podrían desarrollarse mejor mediante asociaciones con los demás países del BRICS y exportarse al resto de África.

«El avanzado sector financiero sudafricano podría servir de base para la entrada del BRICS en África, generando un gran impulso económico y contribuyendo a financiar los planes de desarrollo de infraestructura prometidos por el presidente Jacob Zuma», añade.

Mientras, Carim llama a disipar cualquier fricción comercial dentro del BRICS. Pone como ejemplos las solicitudes de Sudáfrica para aplicar derechos antidumping (contra prácticas de comercio desleal) por las importaciones de pollo de Brasil y de papel de China. «Este tipo de cosas surgen, y es inevitable cuando crece el comercio», explica. «Cuanto más comercio, más fricciones. Es una parte normal de las relaciones». Sin embargo, subraya la importancia de evitar este tipo de tensiones.

Carim mantiene que se debe procurar un mejor equilibrio comercial dentro del grupo. «Cuando aumentan las importaciones de Sudáfrica, eso repercute en nuestras industrias», señala. «Tiene que haber alguna forma de aliviar la presión, de encontrar salidas para nuestras exportaciones y de encontrar la forma de respaldarlas, como el vino que se vende a Brasil», indica.

No obstante, Carim opina que todavía no se dan las condiciones para crear un área de libre comercio entre las naciones del BRICS. «Nadie habla de un área de libre comercio, porque cuando se crea una tienes que abrir tus mercados y puedes perder ciertos sectores», explica. «India es vulnerable en su agricultura, mientras que los chinos son muy competitivos en productos manufacturados. En tanto, que Brasil es muy competitivo en agricultura», añade. «Con el libre comercio se corren riesgos».

Carim además afirma que las naciones del BRICS tienen mucho que aprender unas de otras. El logro de Brasil en crear instituciones efectivas para financiar el desarrollo se puede replicar en Sudáfrica, indica. Mientras que China e India son buenas en crear zonas de desarrollo industrial. «Tenemos que establecer la meta en compartir experiencias, y no en la competencia destructiva».