El clima ficción llega a las clases de literatura

Desde la Universidad de Columbia, en Nueva York, a la de Cambridge, en Gran Bretaña, cada vez más profesores de literatura reservan un espacio al género de clima ficción en sus clases, Mientras que varios autores escriben novelas de clima ficción y los guionistas tratan de vender sus obras en Hollywood, estudiantes de todo el mundo se concentran en este género de la literatura y el cine, que cada vez genera más adeptos.

Alumnas en un aula
El Clima ficción, un género literario que busca su sitio/ Foto Tulane Public Relation/ cc-by 2.0

Jenny Bavidge dio una clase de clima ficción en la Universidad de Cambridge el verano pasado en el Instituto de Educación Permanente, y Darragh Martin hará lo mismo la próxima temporada estival en Columbia.

Con la frecuente aparición del género en la revista Time y en The New York Times el año pasado, numerosos profesores de literatura aprovechan la oportunidad para incluirlo en los programas. «La literatura de ficción imaginó muchas versiones del fin del mundo, ¿pero cómo hace frente este género a la amenaza del cambio climático?», pregunta Bavidge a sus estudiantes al introducir la materia.

«Este curso se va a concentrar en los trabajos de autores contemporáneos, entre ellos Margaret Atwood e Ian McEwan, y se preguntará si el clima ficción imagina soluciones así como finales», apuntó. «Como personas que vivimos en este particular período histórico, quizá nos preguntemos qué aportan las novelas de clima ficción a los esfuerzos por comprender nuestra relación con el planeta y los ecosistemas», escribe.

Uno de mis mentores en materia de ciencia ficción es el novelista David Brin. Una vez le pregunté cómo influyen los temas relacionados con el cambio climático en las novelas y películas de ciencia ficción, y me respondió por correo electrónico: «El recalentamiento global y las inundaciones son importantes en mi novela 'Tierra', de 1989, pero ya estaban en la película 'Soylent Green' («Cuando el destino nos alcance», de 1973), o en la novela de Harry Harrison '¡Hagan sitio, hagan sitio!'», de 1966.

Varias universidades de Estados Unidos han creado cursos de este género, tanto de pregrado como de grado. Y esa es solo la punta del iceberg. Este 2015 se perfila como el «Año del Clima Ficción» en el ámbito académico, y no solo en América del Norte, también en Gran Bretaña y Australia. Varios países que no son angloparlantes también le prestan atención al clima ficción y a cómo impacta en sus propios círculos literarios, entre los que destacan Alemania, Brasil, España y Francia.

Si bien seis universidades e institutos de especialización en Estados Unidos se han interesado y forman parte de la nueva tendencia en educación superior en 2015, el género llega a escritores y lectores de todo el mundo. El clima ficción no es solo estadounidense o británico, se ha vuelto global.

El diario Crónicas de Educación Superior, de Washington, que cubre temas académicos en varias áreas, encomendó a un periodista que prestara atención al crecimiento del género en el ámbito académico, según varias fuentes.

Además del curso de verano de Martin en Columbia, que comienza el 27 de mayo, profesores de la Universidad de Temple, en Filadelfia, de la Universidad de Oregon, del Colegio Comunitario de Holyoke, de la Universidad Estatal de Nueva York, en SUNY Geneseo, y la Universidad de Delaware tienen este semestre cursos sobre clima ficción con unos 200 estudiantes. Es un comienzo y habrá más.

Profesores que escriben en español, portugués e italiano, entre otros idiomas, escriben documentos sobre clima ficción y dan clases sobre el tema en sus universidades. Por supuesto que la ciencia ficción tiene una larga y rica historia en los cursos de especialización de América del Norte y Gran Bretaña, incluso varias universidades han creado departamentos de literatura especializados en la investigación de este género. Ahora se suma el clima ficción y encuentra un espacio propio.

Elizabeth Trobaugh y Steve Winters, del Colegio Comunitario de Holyoke, dictan este semestre un curso de literatura llamado «Clima ficción: Historias y ciencia sobre el advenimiento del apocalipsis climático». Cuando le comenté a Trobaugh que pensaba escribir un artículo sobre su curso, respondió: «Gracias por su interés en lo que vamos a hacer este semestre. El profesor Winters y yo pensamos que estamos en algo interesante, y su correo electrónico confirma nuestra convicción de que el clima ficción está en expansión y en que este es el momento (como dice Macklemore en su canción) de subirse a la ola».

Stephen Siperstein, doctorando de la Universidad de Oregon, también da clases de clima ficción este semestre para estudiantes de pregrado. Todas las semanas comparte en su blog las lecturas realizadas y la reacción de ellos al nuevo género.

En la Universidad de Temple, Ted Howell da un curso llamado «Clima ficción: Ciencia ficción, cambio climático y apocalipsis» a unos 30 estudiantes. También tienen blogs semanales sobre el curso mediante el cual mantienen intercambios fuera de clase con su profesor y sus compañeros.

En SUNY Geneseo, el profesor Ken Cooper da este semestre un curso llamado «Lector y Texto: Clima ficción». «Los trabajos representativos incluirán a 'La chica mecánica', de Paolo Bacigalupi, Flight Behavior (Comportamiento de vuelo), de Barbara Kingsolver, entre otras», indica Cooper a sus estudiantes a modo de introducción, y añade con picardía: «También habrá por lo menos uno sobre apocalipsis de zombies».

Siohban Carroll, especialista de la Universidad de Delaware en literatura británica del siglo XIX, nos comenta en un tuit: «Doy un curso de 'clima ficción' del siglo XIX para estudiantes de grado. Una parte tratará sobre la escritora Mary Shelley y el Antropoceno».

El clima ficción ha llegado al ámbito académico y encuentra aliados en los espacios universitarios. Es una tendencia mundial porque el cambio climático nos impacta a todos, y la literatura y el cine siempre reaccionan ante las cosas que importan.

*Dan Bloom es un periodista y escritor estadounidense, residenciado en Taiwán, especialista en clima ficción.