El día que anticastristas y la CIA atentaron contra la ONU

Cuando el carismático Ernesto «Che» Guevara, por entonces el segundo al mando del líder cubano Fidel Castro, habló ante la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1964, la sede del foro mundial fue, literalmente, objeto de un atentado.

El sonido de una explosión sofocó momentáneamente el discurso del revolucionario marxista de origen argentino.

El Che dando su discurso en la ONU
El Che dando su discurso en la ONU el 11 de dieciembre de 1964/ Foto ONU/ TC

Las fuerzas anticastristas en Estados Unidos, con el apoyo de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), conspiraron para impedir el discurso del comandante Che Guevara, que por entonces tenía 36 años.

Los anticastristas dispararon un bazuca de 3,5 pulgadas contra la sede de la ONU ubicada junto al río Este en Nueva York, mientras que una ruidosa manifestación contra el orador, orquestada por la CIA, se desarrollaba a las puertas del edificio de 39 pisos en la esquina de la Primera Avenida y la calle 42.

El lanzacohetes, que al parecer no era tan sofisticado como los misiles portátiles y las granadas propulsadas por cohetes de hoy en día, no alcanzó su objetivo y el proyectil, aunque hizo temblar las ventanas del edificio, cayó al río a unos 180 metros del mismo. Una noticia de prensa de la época lo describió como «uno de los episodios más salvajes desde que la ONU se trasladó a su sede del río Este en 1952».

Ahora que Estados Unidos ha anunciado este miércoles 17 el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba, después de un paréntesis de 53 años, ¿habrá un cambio significativo en su actitud hacia el país caribeño, políticamente condenado al ostracismo en el organismo mundial?

Estados Unidos ha liderado o promocionado decenas de resoluciones de la ONU críticas con las violaciones de los derechos humanos en Cuba y ha votado sistemáticamente en contra de todas las resoluciones de la Asamblea General que le pedían a Washington el levantamiento del embargo económico impuesto a La Habana en 1960.

En octubre la Asamblea General votó, por abrumadora mayoría de 188 de los 193 Estados miembros, a favor de terminar con el embargo, como ha sucedido en los últimos 23 años. Como en la mayoría de los años anteriores, los únicos países que votaron en contra de esa resolución han sido Estados Unidos e Israel. Palaos, Micronesia e Islas Marshall, tres países que han votado tradicionalmente con Estados Unidos, se abstuvieron este año.

Tras la votación de octubre, como si previera un cambio en el horizonte político, el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, invitó a Estados Unidos a «una relación mutuamente respetuosa». «Podemos intentar encontrar solución a las diferencias mediante el diálogo respetuoso. Podemos vivir y relacionarnos, de forma civilizada, dentro de nuestras diferencias», agregó.

Con respecto al histórico acuerdo entre Cuba y Estados Unidos, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, dijo que había sido informado antes del anuncio realizado por el presidente estadounidense Barack Obama. «Esta noticia es muy positiva. Y me gustaría agradecer al presidente Barack Obama, de Estados Unidos, y al presidente cubano Raúl Castro por dar este importante paso hacia la normalización de las relaciones», ha dicho Ban.

«Como gran parte de los miembros de la ONU han subrayado en repetidas ocasiones, con resoluciones de la Asamblea General durante muchos, muchos años, es hora de que Cuba y Estados Unidos normalicen sus relaciones bilaterales», agregó Ban el miércoles 17. La ONU «está dispuesta a ayudar a ambos países a cultivar sus relaciones de buena vecindad», añadió.

El fallido atentado de 1964 contra la sede de la ONU tuvo lugar cuando en su discurso a los delegados presentes el Che Guevara lanzaba un fuerte ataque a la política exterior estadounidense y denunciaba un pacto de desnuclearización propuesto para el hemisferio occidental.

El incidente fue uno de los primeros atentados terroristas con motivaciones políticas contra la ONU.

Al acabar su discurso ante la Asamblea General, el Che Guevara bromeó diciendo que «la explosión le ha dado más sabor a la cosa», mientras mordía un habano.

Un periodista le informó que la policía de Nueva York había detenido a una mujer, considerada una exiliada cubana anticastrista, que había saltado el muro del edificio de la ONU y que tenía la intención de matarlo con un cuchillo de caza. «Es mejor ser asesinado por una mujer con un cuchillo que por un hombre con un arma de fuego», señaló el Che Guevara.