El G20 exige a Europa que arregle su economía

Finaliza la reunión del G20 en Los Cabos (México) con un compromiso para impulsar políticas de crecimiento, apoyo al euro y la exigencia de que Europa defina de qué forma va a solucionar la crisis. La exigencia ha sido tan apremiante que los líderes del Consejo, van Rompuy, y de la Comisión, Durao Barroso, incluso Angela Merkel, han dicho que la Unión Europea conoce el camino y controla sus tiempos.

Foto de todos los asistentes a la cumbre del G-20
Foto: CE

No ha terminado como el rosario de la aurora, pero poco ha faltado y eso que estaban en un balneario. Si algo ha caracterizado esta reunión de los líderes de los 20 países más poderosos, el 90 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial, no ha sido la tranquilidad. La cumbre se ha realizado en medio de una crisis terrible en la que la supervivencia del euro ha estado muy cuestionada.

Todos se han comprometido en ayudar a la recuperación «y responder a las tensiones de los mercados financieros». Los miembros la moneda única presentes en Los Cabos se han comprometido a tomar «todas las medidas necesarias para salvaguardar la integridad y la estabilidad de la eurozona». Angela Merkel ha insistido en que es necesaria una «cooperación más profunda».

Estados Unidos se ha mostrado especialmente alarmado por la situación europea, a Obama le va en ello su reelección. Según algunas fuentes, -las reuniones son a puerta cerrada- el presidente Obama explicó con todo detalle y cifras la interconexión entre las diferentes partes del mundo

El miedo a que la crisis europea arrastre a la economía mundial a una segunda recesión en menos de cuatro años ha llevado a los países a presionar para que se dé más apoyo a los más endeudados y se fije un calendario para construir la unión financiera, fiscal y política. Un esquema que incluiría una supervisión bancaria común, reestructuración de los bancos con problemas y garantías para los que tienen sus ahorros en las entidades financieras.

El presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy, ha dicho, en un mensaje grabado en Los Cabos, que lanzará el proceso en la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de finales de este mes para que esté terminado antes de diciembre. Ha asegurado que el euro y la zona euro son proyectos irreversibles en los que se va a profundizar y a dar «una fuerte infraestructura política».

Una nota optimista ha sido el anuncio por parte de la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, de que la entidad se va a recapitalizar hasta los 456.000 millones de dólares. China se ha comprometido con 43.000 millones de dólares, Brasil con otros 10.000 y con la misma cantidad Rusia, México e India. Claro que el que da impone sus condiciones y en este caso ha sido que el FMI concluya la reforma interna que les dará más poderes y que, en caso de crisis, esa aportación sea la que se movilice en último lugar.

Y por si faltaba algo, el primer ministro británico, David Cameron, y la presidenta argentina, Cristina Fernández, han tenido un encontronazo. Cameron se acercó a la presidenta argentina a «agradecerle su posición en favor de la creación de un Banco Central Europeo unificado que funcione como prestamista de última instancia». La presidenta quiso entregarle un sobre con todas las resoluciones de la ONU sobre las Malvinas. Cameron dijo que hay que respetar el referéndum de la población, se negó a recibir el sobre y se marchó.

Mientras, las Organizaciones No Gubernamentales se quejan de que la crisis de la eurozona haya acaparado todo el tiempo y la atención y problemas como la pobreza o la escasez de alimentos han quedado en el tintero.