El G20 se atasca con la crisis griega

En Cannes los líderes del G20 terminaron su primera jornada de cumbre con una sonrisa ante las cámaras y un ojo en los vaivenes políticos de Grecia. Encuentros bilaterales y reuniones de trabajo avanzaron poco sobre lo que les trajo hasta aquí: la reactivación de la economía mundial. Como se temía, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha sido inflexible al no aceptar, como propone la UE, una tasa a las transacciones financieras, para hacer pagar a los bancos su responsabilidad en la crisis.

Foto de familia del G20 en Cannes
Foto de familia del G20 en Cannes / Foto:CE

A los países ricos del G20 les preocupa, sobre todo, lo que finalmente pase en Grecia por las negras perspectivas que recaen sobre la eurozona. A los países emergentes del G20 les preocupa, sobre todo, que la economía mundial se recupere con control sobre las finanzas internacionales.

El Eurogrupo se propone acelerar la puesta en marcha del paquete de medidas ya aprobado para resolver la crisis de deuda en la eurozona, pase lo que pase en Grecia, pero contando con que, de alguna forma, Grecia se sumará al pacto. Obama pide concreción a esos planes porque la inestabilidad en la moneda única repercute en Estados Unidos y en la recuperación económica mundial.

Y de eso se supone que se ha venido a hablar a Cannes. De cómo volver al crecimiento y a la creación de empleo con un equilibrio entre los países desarrollados y las potencias emergentes. Este viernes debe aprobarse un plan de acción conjunto que presenta grandes dificultades por las diferencias en las balanzas comerciales de cada uno. A los déficit europeos se suman los superávit excesivos de los emergentes, que exportan mucho pero dependen de las importaciones de los países ricos.

Habrá que ver cómo resuelve el G20 la anunciada reforma del sistema monetario internacional y el peso que han adquirido en los tipos de cambio monedas de las nuevas potencias, como el yuan chino. Y también en qué quedan las medidas de estímulo, cuando Europa sigue exigiendo ajustes presupuestarios a sus socios a la vez que pide más crecimiento.

Los países emergentes parecen molestos de que toda la actuación se focalice en Europa.La presidenta argentina, Cristina Fernández,ha dicho que ya «han pasado tres años (de crisis) y cuando a un enfermo no le dan la solución, cada vez se agrava más». En un encuentro con empresarios en Cannes, Cristina Fernández pedía volver a un capitalismo serio: «porque esto que estamos viviendo, señores, no es capitalismo. Esto es un anarco-capitalismo financiero total, donde nadie controla a nadie.»

La presidenta argentina se preguntó en alto lo que casi todos piensan:«¿Cómo vamos a hacer para que vuelva a crecer la economía si no hay consumo? El capitalismo es eso, que la gente consuma y que ustedes los empresarios vendan cada vez más. Este es el tema. Esto es lo que está fallando».

Sin acuerdo sobre la implantación de una Tasa Tobin

De momento en la cumbre se esfuman las pocas posibilidades de éxito que tenía la imposición a nivel global de una tasa a las transacciones financieras. La renacida tasa Tobin no tiene eco en Estados Unidos ni en Reino Unido.

En los encuentros bilaterales del jueves de Obama con Merkel y Sarkozy, promotores de la iniciativa, el presidente estadounidense ya ha dicho que no. «Dejó claro que comparte los objetivos que la canciller Merkel y el presidente Sarkozy tienen de garantizar que el sector financiero contribuya con una cuota apropiada a la resolución de crisis», ha explicado el consejero de la Casa Blanca, Michael Froman. La Casa Blanca ha actuado por su cuenta al proponer una tasa por la responsabilidad de la crisis financiera que pagarán los grandes bancos.

Sí ha encontrado más eco la propuesta europea en Argentina y Brasil, países con los que se trabajará para la implantación del nuevo impuesto. La UE calcula que la sola introducción en los 27 permitiría recaudar 55.000 millones de euros en un año. El presidente francés ha insistido en que «es técnicamente posible, financieramente indispensable y absolutamente esencial desde el punto de vista moral».