Europa apuesta por una innovación enfocada a las personas

La innovación y la investigación son dos de las principales apuestas de la Unión Europea para alcanzar los objetivos del Horizonte 2020. En un desayuno informativo en Madrid, José Manuel Leceta, director del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología (EIT), ha mostrado su firme voluntad de aplicar un cambio de rumbo en la estrategia actual. «La institución que dirijo encarna la voluntad de Europa por abordar la innovación de forma diferente, poniendo énfasis en las personas», ha asegurado.

Leceta
Leceta en Foro Nueva Economía

Para José Manuel Leceta, es «inaceptable» la brecha que existe entre Europa y Estados Unidos en lo que a innovación, investigación y desarrollo se refiere. «A principios del siglo XX Europa era un continente de innovadores», ha relatado, pero considera que en la actualidad ha sufrido un «envejecimiento de las empresas líderes». Esto, unido a la lenta reacción de los países europeos a las tecnologías de la comunicación, explicaría a su juico las diferencias con el I+D+i estadounidense. Para el director del EIT no pasa desapercibido el poder de China, que ya supera a Europa en gasto en I+D+i. «Va a ser un socio tecnológico dentro de poco», asegura.

Para Leceta, la clave no está en invertir más, sino en reorientar las políticas. Para ello, desde el EIT abogan por un nuevo enfoque de la innovación, que mire más hacia los ciudadanos. «Todo el mundo tiene algo que decir», asegura Leceta, que apuesta por superar el binomio innovación-empresa, para lograr un «triángulo del conocimiento», que incorpore también a los centros de conocimiento superiores.

Desde el EIT consideran que la razón de que Europa no ocupe «la posición que le corresponde», radica en la ineficacia para canalizar los esfuerzos del sector público. «No podemos hablar de innovación sin impacto en el mercado», opina Leceta. «La innovación es algo más que financiación; además del gasto, tiene que ver con un rediseño de las políticas, de manera que haya más complicidad con el sector privado», ha añadido. Ha destacado el papel que cumplen las nuevas empresas, ya que además de servir de incubadora de nuevas ideas innovadoras, son responsables de una «creación neta de empleo».

La presidenta de Castilla-La Mancha, que este sábado nombrará hijo predilecto de la comunidad a José Manuel Leceta, ha sido la encargada de presentar en acto. Durante su intervención, María Dolores de Cospedal ha destacado la preparación académica del director del EIT, y ha asegurado que en una «época de cambio constante», la innovación debería ser «identidad de toda empresa que quiera avanzar». En cuanto al papel de las administraciones en el fomento del I+D+i, Cospedal ha abogado por que todos los gobierno sean capaces de conseguir que el dinero público «capilarice en un lugar donde la investigación tenga espacio para desarrollarse». «La investigación es la llave para la riqueza, para el tratamiento y para el crecimiento», ha destacado la presidenta castellano-manchega.

Aplicar la filosofía empresarial a la innovación

El EIT surgió en el año 2008 con la firme voluntad de crear en el seno de la Unión Europea un entorno favorable para la innovación y la investigación, que sirviera para impulsar el crecimiento de Europa. En la actualidad tiene en marcha tres comunidades de investigación y conocimiento, centradas en el cambio climático, la sociedad de la información y la innovación energética. Él EIT únicamente financia un 25% de estos centros de investigación que están estructurados según las características propias de cualquier empresa. Siguen una lógica de inversión y cada año los responsables tienen que hacer una presentación a la junta del gobierno del EIT, explicando qué han hecho, y qué quieren hacer.

En la actualidad ya hay más de 1.000 estudiantes trabajando en sus proyectos y en estos seis años han conseguido integrar a más de 100 nuevas empresas y desarrollar más de 400 iniciativas de negocio. «El resultado han sido más de 100 patentes», explican desde el EIT, que aseguran que su futuro pasa por lograr poner en marcha ocho comunidades de investigación, cinco más que las que ya tienen en la actualidad, con 40 centros diseminados por toda Europa. «Aunque el conocimiento se desarrolle a nivel local, debería tener un impacto global», sentencia Leceta.