Georges Moustaki, el extranjero que enamoró a Francia

Por Bárbara Vidal

Nacer en Alejandría, «ciudad tan rica y próspera que podría nutrir a todos los hombres de todas las razas» -como vaticinó el consejero de Alejandro Magno- debe de marcar. Si, además, lo haces en una familia multicultural, intelectual, rodeado de arte, literatura y música, estás perdido, serás como Georges Moustaki un animal creativo, un cofre de lenguas y un extranjero estés donde estés. Moustaki, la chanson más griega de toda Francia, ha fallecido a los 79 años.

Mustaki, joven en el escenario cantando con su guitarra
Gran Gala del disco popular, 1974/ Foto: www.gahetna.nl/over-ons/open-data

Joseph Mustacchi nació en Alejandría en 1934 y utilizó todas esas circunstancias para dar forma a sus canciones. Sus padres, originarios de Corfú, en Grecia, eran judíos emigrados a Egipto donde abrieron su librería y la convirtieron en un lugar de reunión de artistas e intelectuales de la época, que alimentaron el imaginario y el corazón del joven Mustacchi.

«He tenido una vida apasionante. Espero que lo sea hasta el final», declaró el cantante en 2011 cuando hizo pública su retirada de la música a causa de una enfermedad pulmonar incurable que le hacía «definitivamente incapaz de cantar».

Hasta entonces, lo hizo en todos los idiomas que pudo: en griego, en portugués, en español, italiano, árabe, alemán, inglés y, por supuesto, en francés, la lengua y la cultura con la que se hizo mundialmente conocido.

Georges Moustaki, llegó a París en 1951 para trabajar como periodista pero el destino le llevó a conocer muy pronto a Georges Brassens –de quién adoptó el nombre con el que se hizo famoso-. Brassens le inició en la chanson française y ya no se separó de ella, compartiendo cafés y melodías con Jacques Brel o Serges Gainsbourg, entre otros. En 1958 Moustaki compuso «Milord» para Edith Piaf y se hicieron amantes, quedándose el cantante con una fama de seductor que no se quitó jamás.

Moustaki compuso cerca de 300 canciones para los más grandes intérpretes de Francia, Yves Montand, Barbara, Serge Reggiani... y debutó en 1961 con el disco «Les orteils au soleil».

Sus mayores éxitos fueron «Wog», «Ma solitude», «Il est trop tard», «Le temps de vivre» o «Ma Liberté», compuesta en 1968 y convertida con el tiempo en símbolo de las protestas de París y en un canto romántico a la figura del emigrante.

Tras más de 30 discos y cientos de colaboraciones, Moustaki se subió por última vez a un escenario en 2009, en el Palacio de la Música de Barcelona. Allí, el cantante, el revolucionario de voz grave, cabello revuelto y tez dorada por el sol, se despidió de la música. Esta noche, Moustaki, el amante enamorado del amor se ha despedido de todos en la Isla de San Luís, en medio del Sena. El extranjero en todas partes nos deja, y no es poco, la Libertad.