Guerra diplomática entre Turquía y Francia por el genocidio armenio

El gobierno turco ha suspendido la cooperación militar y las reuniones políticas con Francia después de que la Asamblea Nacional francesa aprobara un proyecto por el que se castiga penalmente la negación del genocidio armenio de 1915 por fuerzas otomanas. Turquía considera que es un caso de xenofobia y que responde a intereses electorales por la numerosa población armenia que vive en Francia.

El presidente francés, Sarkozy, y el primer ministro turco, Erdogan
El presidente francés, Sarkozy, y el primer ministro turco, Erdogan / Foto: TRT

Se trata de una iniciativa de diputados de la Unión por un Movimiento Popular, el partido de Sarkozy, que ha obtenido este jueves el respaldo de la Cámara Baja del Parlamento francés, con el apoyo de socialistas y comunistas, y que todavía tiene que pasar por el Senado para convertirse en ley. Básicamente propone penas de un año de cárcel y 45.000 euros de multa para quienes nieguen un genocidio.

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, había avisado a Sarkozy de las consecuencias para las relaciones bilaterales de que el proyecto saliera adelante, pero el gobierno francés argumenta que no ha intervenido y que es un asunto del legislativo.

Tras su aprobación, Erdogan ha cuestionado la libertad de expresión en Francia y ha afirmado que «es una política basada en el racismo, la discriminación y la xenofobia. Es utilizar la turcofobia y la islamofobia para conseguir votos y genera preocupación por esta cuestión no solo en Francia, sino en toda Europa».

Turquía ha decidido como represalia anular los ejercicios militares conjuntos con Francia, estudiará cada solicitud francesa de utilizar su espacio aéreo y prohibirá el paso de barcos de guerra franceses a sus puertos. El gobierno de Ankara avisa de que solo es un primer paso en la adopción de sanciones contra un país aliado en el seno de la OTAN.

Entre 1915 y 1917, durante la Primera Guerra Mundial, hubo una matanza de más de millón y medio de armenios ordenado por el imperio otomano, según reconocen el Parlamento Europeo, Naciones Unidas y diferentes Estados. Turquía no niega que ocurriera la masacre, pero sí que fuera un plan de exterminio decidido por el Estado otomano. Para la Unión Europea, sin embargo, el reconocimiento del genocidio y la presentación de disculpas es una de las exigencias en las negociaciones de adhesión de Turquía.

Francia aprobó en 2001 una ley que reconoce como genocidio la matanza de armenios. Ahora da un paso más al querer criminalizar la negación de cualquier genocidio, aunque se sobreentiende la referencia a aquel episodio histórico, y el gobierno deTurquía considera que eso es un insulto para su país.