Halloween, fiesta celta y comercialización estadounidense

Aquellos que piensan que españoles y otros europeos hemos introducido Halloween entre nuestras fiestas cotidianas por importación de Estados Unidos sepan que solo hemos vuelto a los orígenes del paganismo europeo de los celtas. Eso sí, con toda la liturgia de Hollywood, la hemos convertido en un segundo carnaval que mueve miles de millones de euros.

Fiesta de Halloween en Irlanda
Fiesta de Halloween en Irlanda / Foto: northernireland

La palabra Halloween viene de la expresión inglesa All hallow's eve, ni más ni menos que víspera de todos los santos, es decir, la noche del 31 de octubre. Según una de las leyendas más extendidas, fueron los druidas celtas de Europa quienes celebraban en esa fecha la vuelta de las almas a su hogar para pedir comida.

La base de la fiesta se ha mantenido desde entonces casi intacta hasta llegar al celebrado y denostado, a partes iguales, ¿truco o trato? La hoy católica Irlanda adaptó la vieja costumbre, una vez cristianizada, y mantuvo la tradición que llevó a Estados Unidos con el boom de la inmigración, donde se volvieron a incluir elementos paganos con brujas, fantasmas o monstruos variados.

La coincidencia en el calendario cristiano con el día de Todos los Santos ha ayudado a que la fiesta se propague prácticamente por todo el mundo, de una u otra forma. Los centros comerciales y la hostelería han visto un filón en la nueva moda para explotar comercialmente Halloween como una de las grandes noches de divertimento del año.

En España hoy conviven los buñuelos, los huesos de santo y el Tenorio con las calabazas y los zombies, a ritmo de hip hop, y el disfraz para la víspera del uno de noviembre es tan necesario como el de carnaval para la fiesta de turno.

Pero además Halloween es una fiesta infantil que se celebra hasta en el colegio. Todavía en Irlanda se encienden hogueras y los niños disfrazados salen a pedir dulces o juegan al snap'apple, o sea, intentar morder una manzana colgada. En Inglaterra y en Escocia se multiplican los juegos con dulces como premio.

En Austria, para ser fieles a la tradición, habría que dejar pan y agua junto a una luz encendida antes de irse adormir por si el alma de los muertos regresa y en Suecia el Alla Helgons Dag se extiende más allá del 31 de octubre.

En toda Europa, con tradición o no, Halloween es hoy una fiesta señalada en el calendario para consumir riéndose de la muerte. La influencia de la cultura estadounidense, a través del cine, ha dado pistas a toda una industria de la calabaza y los muertos vivientes. No hay cifras de ventas en España, pero solo hay que ver la cantidad de golosinas, disfraces y todo tipo de objetos de decoración en cualquier grande o pequeño almacén.

En Estados Unidos, siete de cada diez ciudadanos lo celebrarán este año, según la patronal de comercio National Retail Federations, que calcula el gasto en torno a Halloween en 6.860 millones de dólares, un 18% más que el año pasado.