La campaña electoral en Cataluña, a vueltas con la UE

La Unión Europea es uno de los ejes de la campaña electoral de Cataluña, con el proyecto soberanista de fondo. El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, afirma que ningún país de la UE aceptaría la independencia de Cataluña. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, se agarra a la idea de que los Tratados europeos no dicen nada al respecto.

Carteles de la UE en una manifestación independentista en Barcelona
Manifestación independentista en Barcelona

En una entrevista concedida al diario El Mundo, Margallo empieza por negar la mayor y sostiene que «nadie considera que en el siglo XXI en el Mediterráneo, mar de la cultura, se pueda hacer una declaración unilateral de independencia». Pero puestos a hacer política ficción (o no ficción), el ministro está seguro de que «ni un solo país de la Unión Europea estaría dispuesto a aceptar una declaración unilateral de independenciade Cataluña.

Además el titular de Exteriores está convencido de que incluso en el caso de una secesión pactada, «muchos países la vetarían». El argumento es simple, a su juicio, porque si se escinde uno de los estados de la UE «hay un estado nuevo y, como tal, está excluido de la Unión. Tendría que solicitar la adhesión, que debe ser aprobada por unanimidad. Cataluña, por tanto, tendría que ponerse a la cola y esperar el turno y el veredicto de los 27. Mientras, estaría fuera del mercado interior, sujeto a aranceles, fuera de las políticas estructurales y de la política agraria común».

Cataluña si podría seguir usando el euro como moneda, y así lo hacen ya otros países extracomunitarios, pero Margallo aclara que «serian sujetos pasivos de una moneda cuyo futuro no podrían decidir».

La vinculación de Cataluña a la UE es uno de los ejes de los defensores de la independencia catalana. De su importancia da cuenta el viaje que, dos días antes del inicio de la campaña electoral, realizó a Bruselas el presidente de la Generalitat para explicar su proyecto. Allí, Artur Mas dijo que los tratados europeos no prevén que el caso de una Cataluña independiente siga estando en la UE, pero tampoco lo contrario: «la cuestión será si la Unión Europea está preparada para ofrecer soluciones a países como Cataluña, que quieren ser de la Unión Europea, tienen derechos de la UE y lo único que quieren es cambiar el estatus político».

En un acto electoral en Lleida, Mas reconocía este sábado que en Europa «no nos están esperando con los brazos abiertos», pero «»si vamos con las mejores cartas, nos escucharán porque la gente de la UE los valores democráticos los tienen muy adentro».

García-Margallo señala que «Es más deshonesto cuando se hace una afirmación a sabiendas de que no es cierta. Quiero creer que lo que existe es un cierto desconocimiento por parte de Artur Mas del Derecho de la Unión».

El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, Pere Navarro, recalcaba que la continuidad de Cataluña en la UE no depende de Artur Mas ni de los catalanes, sino de lo que decidan los 27 Estados de la Unión. Navarro dijo que «Parece una broma de mal gusto que -Mas- quiera federarse con Europa y no quiera federarse con España. Quiere federarse con Finlandia y separarse de Aragón y Valencia».

Aunque desde Bruselas no se ha entrado oficialmente en el asunto, la vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding, ha repetido este fin de semana en Berlín lo que ya aclaró en una carta dirigida al gobierno español: que un nuevo Estado catalán tendría que abrir un proceso de adhesión a la UE.