La CE pone en marcha una asociación público-privada de electrónica

Una nueva asociación público-privada (ECSEL) se pone en marcha para impulsar las capacidades de diseño y fabricación de productos electrónicos en Europa. La iniciativa es la esencia de la Estrategia Electrónica para Europa que la Comisión espera que movilice 100.000 millones de euros en inversiones privadas y sirva para crear 250.000 puestos de trabajo en Europa de aquí a 2020.

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Nueva asociación público-privada para la tecnología/ Foto: CE

La Vicepresidenta de la Comisión Europea ha declarado lo siguiente: «Necesitamos aunar esfuerzos si queremos recuperar y defender una posición de liderazgo de Europa. Me congratulo de que esta asociación esté activa — muestra de que la UE y los Estados miembros puedan trabajar juntos con rapidez cuando hay una necesidad evidente de actuación. ¡El Reglamento para establecerla se ha aprobado en menos de un año!»

La UE invertirá unos 1.180 millones de euros en la Iniciativa Tecnológica Conjunta sobre componentes y sistemas electrónicos para un liderazgo europeo (ECSEL) que facilitará a la industria el lanzamiento de nuevos proyectos piloto y el aprovechamiento de los 1.790 millones de euros que ya se han invertido en líneas piloto y demostradores. Estos proyectos reúnen a fabricantes europeos, empresas de tecnología, diseñadores de microprocesadores electrónicos, desarrolladores de programas informáticos, investigadores e universidades en las primeras fases de desarrollo de productos y servicios, acercando así la investigación al mercado.

La financiación de la UE se proporcionará a través del programa de investigación e innovación Horizon 2020. 26 Estados miembros de la UE y Estados asociados se han sumado y aportado 1.170 millones de euros a ECSEL. Los socios industriales contribuirán con más de 2.340 millones de euros.

La primera convocatoria de subvenciones será por valor de 270 millones de euros de ayuda pública. Además de los proyectos piloto, cubrirá avances tecnológicos en microprocesadores electrónicos, en sistemas ciberfísicos e inteligentes y su integración en ámbitos de aplicación para el transporte eficiente en el uso de los recursos, mejora de la privacidad de los ciudadanos, generación de energía sostenible y, por ejemplo, unos servicios asequibles de salud. Se prestará especial atención a la confianza, seguridad y facilidad de uso de la tecnología.

Un ambicioso plan para Europa

El grupo de líderes de la electrónica ha presentado su plan para la aplicación de la hoja de ruta industrial publicada a principios de este año. El objetivo es mantener la posición de Europa como un lugar atractivo para invertir y señala tres líneas de interés:

proyectos «pioneros», que demuestren liderazgo en ámbitos en los que la industria europea ha demostrado fortaleza, como los sectores del automóvil y de la energía, las ciencias de la vida y de la salud;

Un conjunto limitado de «zonas de referencia de categoría mundial» a gran escala, en los que se realicen ensayos en condiciones reales de las tecnologías emergentes en toda Europa. Esta red también ayudará a las PYME, desde los sectores tradicionales a los de alta tecnología, a acceder a las tecnologías y desarrollar su potencial en materia de sistemas electrónicos incorporados;

Una red de centros de competencia de múltiples cualificaciones para aumentar la capacidad de innovación de Europa en todos los sectores. Horizonte 2020 podría aportar unos 3.000 millones de euros a estos centros. Los Fondos Estructurales europeos deberían duplicar este esfuerzo, cuyo total al menos se igualaría por la industria hasta alcanzar unos 10.000 millones de euros.

Por el lado de la oferta, el Grupo ve una clara oportunidad para reforzar las inversiones privadas en la producción de microprocesadores en Europa, como han demostrado las grandes inversiones industriales en líneas piloto en 2012-13. El paso de las líneas piloto a la producción en masa de componentes y sistemas innovadores proseguirá durante los próximos siete años. El grupo estima que, para ello, se necesitarán un inversión de 20.000 millones de euros. Esto equivaldría a añadir cada dos años una capacidad de 70.000 nuevas pastillas (las obleas de material semiconductor de las que están fabricados los chips) al mes, a partir de 2016/17, un incremento de capacidad del 10 % de media al año.

El grupo considera que, gracias a los esfuerzos previstos al nivel de la UE, en los Estados miembros y con el apoyo disponible a las tecnologías facilitadoras esenciales en el Banco Europeo de Inversiones, Europa ofrece ahora un marco muy competitivo para la inversión privada en la producción. El grupo recomienda aprovechar el nuevo instrumento de ayudas estatales sobre proyectos importantes de interés común europeo. Este refuerzo de la capacidad responderá a la demanda, y se anticipará a ella, en los ámbitos determinados de «objetos conectados inteligentes», en los puntos fuertes europeos, así como en la convergencia entre sistemas móviles (entre informática, comunicaciones móviles y dispositivos electrónicos portátiles).

Durante la década de 1990, la cuota europea de producción de semiconductores aumentó a más del 15% de la producción mundial. Sin embargo, en la última década, se ha caído por debajo del 10% (Japón 22%; Corea del Sur 18%; Taiwán 17 %; Estados Unidos 13%).