«La crisis es una oportunidad, hay que prepararse para el futuro»
Hablamos con Kris De Meester, presidente del grupo de salud y seguridad de BusinessEurope

La Seguridad laboral solo puede mejorarse con la participación de todos los actores implicados: gobiernos, empresarios y sindicatos. La campaña «Trabajando juntos para la prevención» organizada por EU-OSHA ha finalizado con ese convencimiento, que solo así se pueden reducir los accidentes laborales y mejorar la seguridad de los trabajadores. Kris De Meester es presidente del grupo de salud y seguridad de BusinessEurope, la patronal europea y con el hemos hablado de la crisis económica, del futuro de las empresas y del mundo laboral en Europa.

Kris de Meester
Kris de Meester / Foto: OSHA

Hablamos con Kris De Meester, presidente del grupo de salud y seguridad de BusinessEurope

La Seguridad laboral solo puede mejorarse con la participación de todos los actores implicados: gobiernos, empresarios y sindicatos. La campaña «Trabajando juntos para la prevención» organizada por EU-OSHA ha finalizado con el convencimiento de que solo así se pueden reducir los accidentes laborales y mejorar la seguridad de los trabajadores. Kris De Meester es presidente del grupo de salud y seguridad de BusinessEurope, la patronal europea y con el hemos hablado de la crisis económica, del futuro de las empresas y del mundo laboral en Europa.

euroXpress .- La secretaria general de los sindicatos europeos, Bernardette Ségol, ha criticado a la Comisión Europea por no legislar sobre derechos laborales y concretamente sobre seguridad laboral. Usted también ha criticado al ejecutivo comunitario por la misma razón. ¿En qué basan sus críticas?

Kris De Meester.- La campaña que ahora finalizamos se titula «Juntos por la prevención», y eso es lo importante, «Juntos», pero no estoy seguro de que la Comisión esté dispuesta a que trabajemos unidos. Nos consultan y luego elaboran su estrategia en solitario sin tener en cuenta nuestras propuestas. Después se sorprenden de que critiquemos con fuerza esa estrategia, de que dudemos incluso de que se trate de una auténtica estrategia, de que digamos que preparan un conjunto de medidas sin apoyo de nadie. Sus colaboradores somos nosotros y hemos de trabajar conjuntamente. Pero se retiran siempre a sus esquinas para tomar las decisiones. De ahí que seamos tan críticos, igual que los sindicatos. Donde no estoy de acuerdo con los sindicatos es en que pienso que lo más importante es la participación de los trabajadores. Para mi «participar» no es lo mismo que «representar». La representación es tener sindicalistas en la empresa, pero la participación es labor de todos.

eXp.- ¿También ha hablado de la importancia del debate para poder avanzar en medidas de seguridad y salud laboral?

K. d. M.- Si, nosotros subrayamos la importancia del debate, de la colaboración tanto como del liderazgo. Las dos cosas son importantes. Si un empresario no tiene el apoyo de los trabajadores no puede ir hacia adelante. Lo más importante es «aplicar lo que predicas» que las empresas y los directivos pongan en práctica lo que dicen y le den al trabajador la importancia que pretenden darle.

eXp.- Pues parece que en esta crisis no ha habido ningún debate de nadie, nadie ha escuchado al otro.

K. d. M.- Lo que nosotros vemos es que, tanto a nivel nacional como internacional, el diálogo no funciona, pero en el ámbito de la empresa, en tiempos de crisis, sí hay mucho más diálogo, porque necesitamos avanzar, encontrar clientes, trabajo. Ciertamente es curioso que a nivel europeo la crisis se encuentre también en el debate, que no se intercambien opiniones.

eXp.- Usted que conoce la empresa europea, ¿nota diferencia entre los empresarios del sur y del norte?

K. d. M.- Claro, y entre este y oeste también. En abril viajé a Noruega, y allí uno nota esa «cultura de la seguridad» en todo, incluso entre los más jóvenes porque es una cuestión de supervivencia. Son países en los que vigilar por su seguridad es sobrevivir. Estuvimos en una guardería en la que enseñaban a los niños mediante un barquito de motor a subir al transporte con seguridad. También en una obra observamos que a la hora del descanso, los trabajadores se comían el bocadillo sin quitarse el casco, porque seguían estando en el perímetro de la grúa. Todo esto es cultural. ¡Aquí nos deshacemos del casco enseguida!

eXp.- ¿Pero es posible cambiar la cultura incluso en la relación trabajadores/empresa?

K. d. M.- Sí es posible, pero es un proceso largo. Se necesita mucho tiempo. Pienso que hay que empezar en la escuela, cuidando no solo el conocimiento, sino también el comportamiento.

Euroxpress – ¿Y la Comisión o la Unión Europea puede hacer algo al respeto?

K. d. M.- Están demasiado distanciados de todo esto. Saben legislar, pero no llevarlo a la práctica. No entienden los comportamientos, la cultura de prevención. El comisario de trabajo, Laszlo Andor, tiene buenas ideas e intenciones, pero no tiene autoridad. Tiene que estar mucho más convencido y ser menos técnico, aunque trataremos de construir algo juntos... y los otros comisarios pasan del tema.

eXp.- Supongo que, para salir adelante ante esta crisis, es importante que los sindicatos, los empresarios, las instituciones, trabajen conjuntamente.

K. d. M.- Sí, tenemos que trabajar en común, encontrar un proyecto común. Debemos dejar de lado algunas exigencias y no legislar sin parar. Vamos a ver que podemos hacer con las leyes que tenemos, para ponerlas en práctica. Es cierto que necesitamos analizar los riesgos y tomar medidas de prevención pero necesitamos ponerlas en práctica. Hace falta evitar la exposición a ciertos problemas prácticos en el seno de la empresa antes que legislar. Si no, todo son palabras sobre el papel.

Euroxpress – Pero creo que los agentes sociales no están convencidos de esto...

K. d. M.- No, no lo están. Es un hecho.

Euroxpress – ¿Cual será el cambio en la empresa europea en el futuro?

K. d. M.- Para empezar, ¿qué es una empresa? La esperanza de vida media de una empresa es muy corta, de unos 6/7 años de media. Sabemos que la mitad de las empresas que se encuentran en el «Top 500» hoy día, serán otras en diez años. El cambio es automático, así que lo importante es tener una mente abierta para descubrir todas las oportunidades. La innovación tiene que formar parte de la cultura de empresa entre otros objetivos, pero no ser el primero. La transparencia, la comunicación y la apertura son primordiales;, hay que permitir que cada trabajador venga con su idea a la empresa, o sino la empresa morirá.

Euroxpress – A consecuencia de la crisis, la empresa va a cambiar pero el trabajador también. ¿Cambiarán las relaciones laborales?

K. d. M.- Sí, los empresarios deben inviertir en la carrera de los empleados lo cual también significa dejar que por ejemplo se vayan personas que tienen demasiada cualificación o los que tienen poca, porque ya no son compatibles con el crecimiento de la empresa, y además, mantenerlos les haría infelices. Los empleados también tienen que invertir en su carrera profesional, tienen que pensar: «¿me apetece hacer este trabajo toda mi vida?». Cuando vemos personas de 55 años trabajando en la construcción, pensamos que ya no tienen edad para ello. Pero la pregunta que hemos de hacernos es: «¿Por qué esta persona de 55 años se encuentra trabajando en el andamio? ¿Por qué no evolucionó?».

Euroxpress – En España se tiene la impresión de que al empresario no le importa si el trabajador lo hace bien o mal, en muchas ocasiones parece que piense «mañana tengo otro y le pago menos». ¿Qué cree usted?

K. d. M.- Lo entiendo, pero no es lógico... Claro que en la construcción se encuentra rápidamente a otra persona pero, hasta que esa persona adquiera la experiencia del antiguo empleado perdemos 4, 5, 6 meses y hasta 2 años en algunos sectores, hasta tener un individuo que sea productivo. Así que más vale cuidar de ellos, pero sin temor a que se marchen cuando sea necesario o haya malestar.

Euroxpress – Hay formación profesional para los trabajadores, ¿la debería haber también para los empresarios?

K. d. M.- Sí, claro. Tratamos de que sea así, pero no lo podemos imponer. Lo que nosotros tratamos de hacer con mi federación en Bélgica es algo que llamamos «Social academy». Son ciclos de formación sobre varios temas para los empresarios y la dirección de la empresa. Es importante, porque a veces un buen ingeniero se convierte en director, pero quizás no sea un buen empresario sino tan solo un buen ingeniero. Para convertirse en un buen empresario le hace falta adquirir otras competencias. Conozco varias empresas en las que un jefe técnico se convierte en director y el resultado fue que perdieron a su mejor jefe técnico y ganaron un director malo.

Euroxpress – ¿Es eso lo pasó con los bancos, no?

K. d. M.- Sí, quizá se les de estupendamente con el dinero y mal con la gente. Y hay directivos que no saben nada de lo que pasa sobre el terreno, en la práctica, y eso es malo. El jefe de una empresa de construcción tiene que conocer la obra.

Euroxpress – Muchas empresas piensas que salir de la crisis es bajar los salarios, de ahí las últimas reformas laborales europeas, ¿no?

K. d. M.- Según nosotros eso no es así. Sólo hemos de ser moderados en los aumentos de salario. En algunos países, como en Bélgica, decimos que los gastos salariales soportados por el empresario son demasiado importantes, pero no decimos que el trabajador tenga que ganar menos. En Bélgica, para pagar 1.000 euros a un trabajador, el empresario tiene que gastarse 2.700. Ahí es donde el gobierno tiene que ser más eficaz. Este es el desafío de los gobiernos, y quizá trabajar con menos personal, repensar su papel. Por ejemplo, la formación ¿se tiene que encargar de ella el gobierno o la empresa privada? En algunos casos como la policía o la seguridad social está claro que sí, pero en muchos otros podemos dudar de que sea el gobierno el encargado de hacerlo.

Euroxpress – Pero en esta crisis no cambian los gobiernos... cambian los mercados, las empresas, las situaciones laborales, pero no los gobiernos...

K. d. M.- Sí, por el poder que tienen los sindicatos del sector público en algunos gobiernos. En Bélgica, por ejemplo, cuesta muchísimo realizar estos cambios.

eXp.- Pero es sólo culpa de los sindicatos o también de los políticos?

K. d. M.- De los dos, porque tienen el mismo público: los electores. Es un circulo vicioso... Pero, para mi, se trata de una falsa protección y por mucho que tengan un trabajo, si en un futuro el gobierno no tiene más remedio que disminuir las cifras de empleados, esa gente estará perdida porque viven con la seguridad del empleo que les da el sector público, y encontrarse de pronto en situación de encontrar trabajo les resultará difícil.

eXp.- Antes de la crisis, la gente pensaba que las grandes empresas serían la salvación y ahora parece que sean las pequeñas y medianas empresas.

K. d. M.- Sí, como le dije, en diez años la mitad de las empresas del top 500 de hoy ya no existirán. Antes pensaban que un trabajo en una gran empresa era para toda la vida. Ya no es así. Todo está cambiando también en ese terreno. Cada vez las unidades son más pequeñas, y algunas crecerán y volverán a caer... Pienso que a nivel mundial (y me parece que es en Japón) solo hay muy poquitas empresas que existan desde hace 800... 900 años. Para el resto de países, la edad media es bajísima. Es la razón por la cual hay que prepararse al cambio, seguir mejorando en el campo de la competencia, pensar en su carrera, no seguir siempre en el mismo trabajo, preguntarse si hay oportunidades nuevas. Le digo a la gente muchas veces: vale, te gusta tu jefe, tu trabajo, pero mantén las miras abiertas y sigue mandando tu curriculum. No tienes por qué cambiar pero sí mantenerte abierto a la posibilidad de cambio. No es fácil, pero hay que prepararse para el futuro.

eXp.- ¿Se ha acabado la crisis?

K. d. M.- ¿Si se ha acabado? No, para nada. Se ven los primeros signos de que algo está cambiando de forma positiva, pero no hemos salido de la crisis. Sigue habiendo países con deudas increíbles, y hay que mantenerse alerta. Además, las cifras de crecimiento económico son muy muy débiles. No hemos salido de la crisis pero hemos de ser positivos. Hay signos de que la economía vuelve a arrancar.

eXp.- ¿Y cómo puede salir de la crisis un país como España con un 22% de paro?

K. d. M.- Para mi es difícil contestar a esta pregunta porque no conozco lo suficientemente los mecanismos, las estructuras y el mercado de trabajo español. Veo que mucha gente competente -no sólo jóvenes- buscan trabajo en el extranjero, en Alemania, en Bélgica, en muchas partes. Creo que allí aprenderán cosas y que volverán a España. Los que vuelvan traerán con ellos un conocimiento. No creo que se queden más de 2 o 3 años en el extranjero.

Euroxpress – ¿Los españoles -especialmente los jóvenes- están bien preparados?

K. d. M.- Hay por ejemplo empresas belgas que dan clases de holandés y francés para preparar a la gente en España. Conozco unos cuantos jóvenes españoles y creo que, si los comparo con otros jóvenes del extranjero, no se preparan bien, su nivel de inglés es muy bajo. Sería interesante, por ejemplo, que los programas extranjeros estén subtitulados en televisión...

Euroxpress – Tras la crisis Europa no será la misma

K. d. M.- No. Para mi, la crisis también es una oportunidad. Cuando estamos en tiempo de dificultades es cuando tenemos que aprovechar para cambiar cosas, para mejorar. Ahora es cuando tenemos que encontrar ese gran proyecto común para salir más fuertes de la crisis. Si no, tendremos trabajadores y empresarios que saldrán ilesos de la crisis y otros saldrán muy mal. Aquí en Europa todos tememos siempre al cambio... en África o en Asia tienen otra percepción del cambio, lo perciben como una oportunidad.