La eurozona prestará al FMI 150.000 millones para futuros rescates

Los países de la eurozona se han comprometido a aportar 150.000 millones de euros al Fondo Monetario Internacional para ayudas a los países en dificultades. Otros socios comunitarios contribuirán también, pero no Reino Unido, que se niega a entregar dinero para proteger a la zona de la moneda única.

Moneda de 1 euro
Los países del euro harán préstamos al FMI / Foto: euroXpress

La UE ha formalizado así uno de los principales acuerdos de la última cumbre de Bruselas, en la que se estimó en 200.000 millones de euros la cifra a aportar al FMI. No se ha conseguido y Bruselas ha hecho un llamamiento a países terceros para que contribuyan y «apoyen los esfuerzos encaminados a preservar la estabilidad financiera mundial», dice el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, en un comunicado.

Serán préstamos bilaterales al FMI que revertirán en la propia UE en caso de necesidad. Las aportaciones de cada Estado de la Unión Monetaria se realiza según las cuotas de participación en el propio FMI. Así quienes más contribuirán serán Alemania, 41.500 millones (27,67%), Francia, 31.400 millones (20,94%) e Italia, 23.480 millones (15,66%). En el caso de España, la cifra asciende a 14.800 millones de euros.

Según el comunicado difundido al término de la conferencia telefónica que han mantenido los ministros de Economía, la República Checa, Dinamarca, Polonia y Suecia «han indicado su disposición a participar en el proceso de reforzar los recursos del FMI», aunque no han concretado sus aportaciones.

Reino Unido se ha negado a participar en esa línea de crédito con el argumento de que el fondo estará únicamente a disposición de los países de la moneda única. Londres prefiere esperar a tomar una decisión en el marco del G20, que se reunirá a comienzos del próximo año. Su aportación sería superior a los 25.000 millones de euros.

Si la operación se completa finalmente con éxito, el Fondo Monetario Internacional podría así tener una participación importante ante posibles nuevos rescates en la eurozona, como Italia o España, que exigirían cantidades de dinero que no tienen los mecanismos previstos por la UE.