La externalización de las fronteras europeas deja a los emigrantes en una «ratonera» en Marruecos

Hablamos con Sergio Martín, responsable de programas de MSF en Marruecos

Médicos sin fronteras cierra sus proyectos en Marruecos y denuncia que el endurecimiento de las políticas migratorias de la Unión Europea y de los países del norte del Mediterráneo dejan a los migrantes subsaharianos «atrapados» en ese país. La ONG, presente en Marruecos desde 1997, cierra este periodo con el informe «Atrapados a las puertas de Europa» en el que recoge testimonios de los migrantes, donde se demuestra el aumento de la violencia de las fuerzas de seguridad marroquíes y españolas. El año pasado asistieron a más de mil personas en esos centros.

Sergio Martin coordinador de MSF en Marruecos
Sergio Martin coordinador de MSF en Marruecos /Foto: MSF

MSF ha estado más de 10 años en Marruecos, cerráis denunciado una situación social ante Marruecos y Europa.

Sergio Martín.- Llevamos más de 10 años trabajando en Marruecos con migrantes. En 2005 y 2008 ya denunciamos su situación en ese país. Hemos trabajado en el campo del acceso a la salud dándoles cobertura médica en diferentes lugares. Por un lado está la reducción de nuestras actividades médicas, que hemos pasado con éxito a algunas organizaciones marroquíes y pensamos que tiene más sentido que ellas se ocupen de paliar estas consecuencias de vulnerabilidad que sufren los migrantes y por otro lado cerramos por la impotencia de hacer frente a las causas que generan esta situación, que muestra una falta de protección y de vulnerabilidad absoluta de la población migrante en Marruecos. Es cierto que ha habido progresos, y esto hace que nos retiremos y pasemos el testigo. Pero también nos vamos con una frustración, porque aunque podemos contribuir a ello, es algo que no está a nuestro alcance resolver.

eXp.- ¿Cuáles fueron vuestras primeras actuaciones en Marruecos en 1997, cuando llegásteis?

S.M.- Trabajábamos en migración. En Rabat teníamos un centro de asistencia a las víctimas de violencia sexual. Es cierto que nuestro objetivo inicial eran las víctimas de trata más desprotegidas, pero eso nos llevó a actuar sobre la violencia sexual y teníamos incluso personas marroquíes que las habían sufrido. No era sólo migración también ha habido proyectos con niños de la calle y otras secciones que han trabajado. Migración se ha centrado en los últimos años, se ha trabajado en Rabat, en Casablanca, en Nador, en Tánger, pero desde 2003 nos hemos centrado en la migración.

eXp - ¿Qué problemas padecen los inmigrantes que llegan a Marruecos?

S.M.- La vulnerabilidad acumulada. Son inmigrantes que cuando toman la decisión de salir de su lugar de origen están buscando una mejora en su vida. Hablamos de inmigrantes subsaharianos que han atravesado el Sahel y Marruecos, hasta llegar a la costa marroquí. El trayecto es largo y muy complicado. Muchos son víctimas de mafias, de tráfico de personas, tiene que pagar físicamente, monetariamente o con su trabajo, otras muchas veces con la prostitución para cubrir el «servicio de porte» hasta el Mediterráneo. Una vez en ese país esta situación continúa, ya que las mafias están presentes en Marruecos, con el agravante de que el endurecimiento de las políticas migratorias de la Unión Europea hace que se haya convertido en un país de destino forzoso, en el que no existen las infraestructuras ni los servicios necesarios para dar respuesta, ni cobertura a las necesidades de la población migrante. Al contrario hay unas condiciones de violencia y criminalización de los emigrantes en general, que hace más precaria esta situación.

Hay testimonios muy impactantes de emigrantes que han tenido un camino muy duro, que tenían una vida muy dura en su país de origen y que tras meses o años en Marruecos expresan su voluntad de volver a su país si pudieran, pero el camino de vuelta es impracticable para ellos porque no tienen medios económicos. De ahí el informe de «atrapados en Marruecos».

eXp.- Estamos acostumbrados a ver a MSF en trabajos médicos sobre el terreno, pero es más raro veros denunciando situaciones políticas.

S.M.- Hemos puesto todo esto en conocimiento de las autoridades marroquíes y de las españolas, también de las europeas. No ponemos nada nuevo sobre la mesa, está claro que es un problema, que no enseñamos nada que no sepan. Nos escuchan y nos reciben, en algunos casos no podemos ver a quién quisiéramos, pero no hemos tenido ninguna reacción inmediata a nuestras denuncias. Nadie se ha comprometido a ningún cambio. De hecho hacerlo público es una manera de pedir a las autoridades competentes que asuman sus responsabilidades para paliar las consecuencias de sus medidas.

eXp.- Denunciáis que ha aumentado la violencia policial tanto de los agentes marroquíes como de los españoles.

S.M.- Denunciamos un aumento de la violencia. En territorio marroquí hemos notado un aumento de las redadas. Hemos constatado el aumento de la violencia mediante casos médicos en la zona de Oujda y Nador, con testimonios de los migrantes que nos hablan de la violencia de las autoridades. En los últimos meses, es cierto, que ha habido un aumento del intento de saltos de la valla, y ahí se puede interpretar que hay más contacto y por tanto más resultados violentos. Pero el aumento de intentos de los saltos creemos que puede estar relacionado con el aumento de perecución que sufren los emigrantes en Marruecos. Es un círculo vicioso del que ellos no pueden salir.

eXp.- ¿Cuantas personas pueden encontrarse en esa situación?

S.M.- En Melilla, donde están concentrados, estamos hablando de unas 600-700 en Nador y otras 600-700 en la zona de Melilla. Ha habido momentos en que había más personas, pero no estamos hablando de «hordas» de migrantes que quieren invadir Europa. No estamos hablando de grandes cifras, eso no es lo que estamos viviendo.

eXp.- Ellos saben que es díficil llegar a Europa.

S.M.- Por supuesto, cuando te cuentan el camino que han tenido que hacer o una mujer te cuenta cuántas veces ha sido violada a lo largo del camino para llegar hasta donde está ahora y todavía te dice que está dispuesta a seguir para conseguir lo que busca, demuestran que la experiencia es muy dura. Por supuesto es una decisión muy difícil, pero es su decisión.

eXp.- ¿Habéis acabado un ciclo?

S.M.- Hemos acabado un ciclo, hemos pasado partes de nuestras actividades a otras organizaciones. Todavía estamos trabajando y como organización estaremos preparados para volver si hay alguna emergencia en Marruecos.

exp.- También ha cambiado la política sanitaria y social en Marruecos

S.M.- También ha habido cambio en la sociedad. El reconocimiento del gobierno marroquí en 2011 al derecho al acceso a la salud ha tenido como consecuencia que los migrantes tengan acceso a esos servicios. Nosotros hacíamos actividades de acompañamiento (que muchas veces consiste en coger al migrante de la mano y llevarlo al centro de salud, y asegurarse de que es atendido). A veces es un problema de lengua, porque hay algunos que vienen del África anglófona o a veces es un problema de miedo a exponerse a ser detenido por una autoridad marroquí, aunque sea un sanitario. Nosotros hemos cubierto esta parte, que al final es un trabajo más social, que consideramos que pueden hacer las organizaciones marroquíes y de hecho lo están haciendo. A parte del acceso a la salud, en la sociedad marroquí ha habido cambios y actualmente hay muchas más asociaciones que trabajan con migración que hace 10 años y también hay más fondos para estas asociaciones, con lo cual ha habido ciertas mejoras. Aunque la situación es precaria y nada está asegurado, no tenemos más que ver lo que ocurre ahora en España con el acceso a la salud de los migrantes y por otro lado en Marruecos hay una mayor concienciación y un mayor activismo político y social con estas personas.

eXp.-Una de las discusiones que tienen las ONGs es, hasta que punto no estáis cubriendo las necesidades que no realiza el gobierno marroquí.

S.M.- Este es un debate para nosotros, evidentemente. No podríamos irnos si dejáramos a los migrantes en un desierto completo de asistencia. Hace año y medio tomamos la decisión del cierre, pero hemos seguido trabajando para cubrir estas necesidades y asegurarnos que alguien va a cubrir nuestra salida.Estamos tratando las consecuencias de un problema cuando se debería actuar sobre las causas. Lo que pasa es que alguien responsable que provoca las causas está tranquilo sabiendo que otros solucionan las consecuencias. Ahí es donde incidimos en nuestro mensaje. Ese podría ser un dilema ético para nosotros, tratar las consecuencias cuando creemos que lo que debe tratarse es el problema, y quizá tratando las consecuencias se prolonga esta situación. Pero también es cierto que está fuera de lugar dejar un desierto sanitario en cuestión de asistencia a las personas por falta de medidas políticas.

eXp.- - La frontera sur de Europa se ha trasladado a África, ¿se ha convertido en un limbo, en una ratonera para los migrantes?

S.M.- Está claro que no es una sociedad que pueda acogerlos. Su deseo es llegar a Europa y las condiciones son muy difíciles a nivel de condiciones de vida, están viviendo en la calle, mendigando y en la zona oriental, cuando están agrupados en el bosque, en el campo, en casas abandonadas, sufren continuas redadas de la policía magrebí que les queman sus albergues. Tienen unas condiciones muy difíciles en un entorno muy hostil. Y no tienen posibilidades de volver atrás. Podríamos hablar de ratonera, no pueden seguir hacia Europa, no pueden volver a su país y no tienen posibilidades de construirse una vida en Marruecos, con lo cual están atrapados en una especie de limbo.

eXp.- ¿Se quita Europa un problema y se lo envía a Marruecos?

S.M.- Cuando hablamos de externalización de las fronteras hablamos de eso. Evitan que el migrante llegue a suelo europeo y que tenga un problema en Europa, pero eso es realmente lo que pasa. Pensamos que hay que ser consecuente con esa decisión y eso lleva a que tengamos migrantes atrapados en Marruecos en una situación muy precaria. Es una causa de esa externalización de la fronteras con lo cual hay una corresponsabilidad en esta situación y hay que hacer algo y es lo que pedimos a las autoridades europeas.

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