La mayoría de los Estados miembros, partidarios de reformar Schengen

Más de una quincena de países de la UE no ha puesto reparos a la exigencia de Francia e Italia de volver a introducir controles fronterizos temporales en el espacio Schengen, aunque una mayoría de ellos es partidaria de que la decisión de activarlos las tome cada país sin que la UE lo supervise.

España, Bélgica y Malta han sido las únicas que han mostrado su contrariedad a esta vuelta a las fronteras interiores. España considera que las reglas actuales permiten responder a la llegada masiva de inmigrantes.

Las ministras de Interior de la UE y Bélgica
Cecilia Malmström, comisaria de Interior de la UE y Annemie Turtelboom , ministra de Interior de Bélgica/Foto:CE

Dieciséis años después de la entrada en vigor del Tratado de Schengen los ministros de Interior de la UE han discutido si se deberían restablecer los controles fronterizos de forma temporal en caso de una llegada masiva de inmigrantes. Italia y Francia que exigen que se impongan estas medidas quieren que se haga además con la supervisión de la UE algo que no quiere de ninguna manera Alemania. Quince países han seguido la postura alemana. Después de este debate, la Comisión europea debe presentar propuestas concretas que se discutirán en la reunión de ministros de Interior de los veintisiete de junio y en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que tendrá lugar a finales de junio.

El secretario de Estado español, Antonio Camacho, ha expresado la opinión de su país de no modificar la legislación del espacio sin fronteras y ha defendido una mejor «interpretación de la normativa existente», aunque ha añadido que aceptará la resolución que se tome. En la actualidad los países pueden activar unilateralmente los controles de sus fronteras interiores alegando motivos de seguridad u orden público. Eso es lo que ha hecho Dinamarca.

La UE está viviendo un resurgir de partidos populistas y xenófobos para los que las fronteras, cuantas más mejor, son necesarias.

En el Parlamento Europeo que ya se definió contrario a la exigencia de Francia e Italia, han reaccionado mal a la decisión danesa. El grupo socialista ha denunciado que Dinamarca utiliza cualquier resquicio «Con las compuertas abiertas, uno de los gobiernos más derechistas de Europa aprovecha la brecha para atacar» denuncian y claman «los sepultureros de Europa se desatan».

Por su parte el jefe de los liberales, Guy Verhofstadt, ha advertido de que «los riesgos de alteración del orden público no pueden prevenirse con medidas puramente nacionales en las fronteras».

El Tratado de Schengen, que se considera uno de los pilares fundamentales de la UE, tiene como objetivo suprimir los controles fronterizos dentro del espacio Schengen y crear una única frontera exterior con requisitos comunes.

El espacio Schengen está formado por los Estados miembros de la UE, excepto Reino Unido e Irlanda y otros que todavía no reúnen las condiciones requeridas como Bulgaria, Rumanía y Chipre y terceros países como Noruega, Islandia, Suiza y Liechtenstein.