La seguridad hídrica y la alimentaria van de la mano

Hablamos con Per Bertilsson, director ejecutivo en funciones del Instituto Internacional del Agua de Estocolmo

«El uso sabio del agua será esencial para facilitar el crecimiento en la mayor parte del mundo», nos dice Per Bertilsson, para agregar que no es posible lograr la seguridad alimentaria sin la hídrica. Este será el tema central de la Semana Mundial del Agua, que se realizará en paralelo a la conferencia mundial anual del Instituto, del 26 al 31 de este mes, en la que participarán funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), activistas, académicos, científicos, empresarios y periodistas.
Per Betilsson
Per Betilsson, del Instituto Internacional del Agua de Estocolmo/ Foto: Cortesía del entrevistado

Hablamos con Per Bertilsson, director ejecutivo en funciones del Instituto Internacional del Agua de Estocolmo

«El uso sabio del agua será esencial para facilitar el crecimiento en la mayor parte del mundo», nos dice Per Bertilsson, para agregar que no es posible lograr la seguridad alimentaria sin la hídrica. Este será el tema central de la Semana Mundial del Agua, que se realizará en paralelo a la conferencia mundial anual del Instituto, del 26 al 31 de este mes, en la que participarán funcionarios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), activistas, académicos, científicos, empresarios y periodistas.

«Se requiere mucho más trabajo para garantizar que comunidades y gobiernos de todo el mundo estén equipados y capacitados para tomar medidas tempranas, a fin de proteger a sus pueblos de los impactos de inundaciones y sequías», señala Bertilsson.

¿Cuál es el significado de la seguridad hídrica y alimentaria como tema principal de la Semana Mundial del Agua?

Per Bertilsson.- Aunque hay cultivos más que suficientes para alimentar a los 7.000 millones de habitantes del mundo, más de un tercio de estos se pierden o se derrochan. El solo hecho de aumentar la producción de alimentos no alcanzará para lograr la seguridad alimentaria, y requiere grandes cantidades de agua, que en algunos lugares puede ser más valiosa si se la destina a otros usos.

La seguridad hídrica y alimentaria están este año en la mira porque no podemos lograr la una sin la otra. Nos centraremos en las enormes oportunidades de mantener a la población mundial sana sin gravar excesivamente los recursos hídricos.

Debemos hacer grandes inversiones en aumentar la eficiencia agrícola, especialmente en el Sur en desarrollo, y aprovechar las oportunidades empresariales que existen para reducir las pérdidas en la cadena de suministro de alimentos.

Ayudar a la gente a malgastar menos alimentos de los que compra, y a comer más saludablemente, es otra manera directa de aliviar la presión sobre los recursos que acarrea importantes beneficios a todas las partes. Durante la Semana Mundial del Agua discutiremos los enfoques más inteligentes para hacer esto, intercambiaremos experiencias y crearemos asociaciones para actuar de modo efectivo en estos frentes.

También debatiremos algunos asuntos muy difíciles y polémicos, como los subsidios agrícolas, el comercio y las compras de tierras, que claramente impactan en la seguridad hídrica y alimentaria, pero hay poco acuerdo en torno a si eso es para mejor o para peor. Analizaremos la manera más inteligente de regularlas.

Si la comunidad internacional incumple sus compromisos, ¿cuáles serán las consecuencias negativas de una potencial escasez de agua en el mundo?

PB.- La escasez de agua puede restringir la producción de energía y alimentos, y causar alteraciones importantes en las economías locales y nacionales. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) divulgó el año pasado una investigación que estima que, de continuar las tendencias actuales, la demanda de agua excederá en un 40 por ciento al suministro en un plazo de 20 años.

Como el agua es esencial para toda actividad económica y todo sistema ecológico, esto significará importantes retrocesos en el producto interior bruto mundial, muchos individuos perderán sus medios de sustento y es posible que aumenten las tensiones sociopolíticas.

Las empresas tendrán que afrontar riesgos importantes para sus operaciones, hecho del que claramente se están volviendo muy conscientes y que debatirán en varios encuentros en la conferencia de este año.

La quinta parte de la población mundial vive en áreas que experimentan escasez de agua, y el 90 por ciento del crecimiento de la población mundial tendrá lugar en áreas que ya padecen tensión hídrica. Esto significa que el uso sabio del agua será esencial para facilitar el crecimiento en la mayor parte del mundo.

En las regiones en desarrollo, las consecuencias pueden ser incluso más severas. La hambruna de 2011 en el Cuerno de África puso de relieve la devastación que pueden causar las sequías, y la función muy importante que puede cumplir la comunidad internacional en la creación de sistemas efectivos de alerta temprana para responder a desastres naturales y a cambios repentinos o prolongados en la disponibilidad del agua.

Se requiere mucho más trabajo para garantizar que comunidades y gobiernos de todo el mundo estén equipados y capacitados para tomar medidas tempranas, a fin de proteger a sus pueblos de los impactos de inundaciones y sequías.

¿Hay un papel para la ONU en cuanto a cumplir el desafío mundial del agua? ¿Y está a la altura de las circunstancias?

PB.- La ONU juega un rol importante en la confrontación de desafíos mundiales de todas clases, lo que incluye el agua y los alimentos. Varias organizaciones de la ONU realizan una gran cantidad de trabajo verdaderamente increíble en el terreno, para brindar a la población acceso a agua limpia y saneamiento seguro, y para generar y divulgar conocimientos para mejorar el manejo de los recursos hídricos en todo el mundo.

Las agencias de la ONU tendrán que ampliar sus esfuerzos y asegurarse de que continúen mejorando la coordinación y colaboración entre sus entidades, así como con las organizaciones de la sociedad civil y los gobiernos.

El desafío principal de buena parte del trabajo que se está haciendo en materia de agua y desarrollo es ampliamente reconocido, y las organizaciones deben dejar de trabajar en base a proyectos para hallar acciones que puedan reproducirse a gran escala.

Mientras la ONU, las organizaciones de la sociedad civil y la comunidad científica puedan contribuir y lo hagan con un mundo más sabio en materia hídrica, aún necesitarán hacer más, mientras el desafío siga teniendo esta magnitud,

Todas ellas brindan un apoyo crucial y ejercen una poderosa influencia sobre los gobiernos locales y nacionales en cuanto a priorizar la gobernanza hídrica. Pero, de todos modos, son los líderes gubernamentales y empresariales los que deberían liderar el camino para cumplir el desafío mundial del agua.