La televisión tiene que ser una ventana abierta al futuro

Hablamos con Serge Moati, periodista político francés

Serge Moati junto a un cártel del Festival de Luchon
Serge Moati / Foto: eXp

Hablamos con Serge Moati, periodista político francés

Serge Moati comenzó a trabajar como realizador en 1968 y desde entonces ha firmado numerosos documentales y películas de todo tipo. Ha sido consejero audiovisual de François Mitterrand y director general de France 3. Conoce bien el periodismo político y tiene una larga trayectoria dirigiendo debates y documentales sobre las campañas francesas. Actualmente presenta debates políticos en el Canal parlamentario LCP y preside el Festival de televisión de Luchon, que en 2013 cumplirá 15 años.

Como director de uno de los festivales de televisión más importantes de Europa, ¿Cómo ve el panorama actual de las televisiones en el continente?

Serge Moati - En Francia se producen muchas películas y de buena calidad. En el Festival de Luchon enseñamos lo mejor de la televisión. Lo mejor. Estamos a poco más de 4 kilómetros de España, y tenemos una sección española, que muestra a los productores franceses lo que se está realizando en España. Esto nos permite establecer coproducciones, trabajar juntos con realizadores y actores españoles y conocer la cultura televisiva española y lo que se hace en Europa. Sobre todo ahora en época de crisis se hace más necesaria esta colaboración para unir fuerzas y mejorar los productos televisivos.

eXp - En Europa durante muchos años, han sido las televisiones públicas las que han tenido un papel predominante. Ahora la crisis está afectándoles con recortes drásticos. ¿qué futuro tiene el sector público?

S.G. - Ahora con los recortes financieros drásticos que hay, todo el mundo quiere que haya más cultura, más desarrollo de proyectos culturales y eso es una lucha muy difícil, que está debatiéndose en Francia, precisamente porque a pesar de la crisis debemos proteger la cultura, ese espectáculo formidable que es la televisión y que hemos ido construyendo estos últimos años. Porque si no, es un mundo sin esperanza. Frente a la crisis tiene que haber esperanza y la televisión tiene que ser esa ventana abierta hacia un futuro mejor.

eXp - Algo difícil si tenemos en cuenta que en los últimos años el periodismo también está sufriendo la crisis, con cierre de diarios y despidos de periodistas. Además mientras se despide a profesionales con muchos años de experiencia, tampoco hay trabajo para los jóvenes. O sea, ni se tiene en cuenta el pasado, ni tampoco el futuro.

S.G. - Yo entré en la televisión muy joven y lo he aprendido todo trabajando sobre el terreno, con profesionales. Ese sistema ya no existe. Es terrible, se está cerrando la puerta a los jóvenes, a esa gente que tiene ideas y cualidades para trabajar en televisión y en el periodismo, y eso es un derroche de capital humano.

eXp - ¿Y de imaginación?

S.G. - Hay que evitar que sea una generación perdida. Son los jóvenes los que tienen la creatividad, la formación, los que conocen el espectáculo. Cuando en España se produjo la movida para Europa fue un descubrimiento de la cultura española y eso puede pasar ahora, que pueda producirse otro movimiento similar en cualquier lugar y lo perdamos. Es algo muy frágil que debemos defender.

En Francia, en los años 80 tuvimos la suerte de tener políticos que defendían el sistema público audiovisual y ahora se están destruyendo esas leyes. Eso sería terrible, eso no puede pasar ni allí, ni aquí en España, no se puede perder esa fuente de capacidad, de creatividad, como ya ha pasado en Inglaterra y Alemania. Eso no nos lo podemos permitir. Es una lucha permanente, pero fundamental.

eXp - ¿Qué ha cambiado en las televisiones públicas?

S.G. - Absolutamente todo. Ha cambiado todo. Hay algunas leyes que todavía están en vigor, todo lo demás ha cambiado. Hace unos años había una separación entre el poder político y las televisiones, existía una autoridad que nombraba a los responsables de los medios públicos. Ese sistema se cambió con Sarkozy, él era el que nombraba a los directivos de la televisión. Esperemos que ahora haya un cambio y de nuevo se produzca esa separación. Algo que no sólo tiene que pasar en Francia sino también en muchos países europeos.

eXp - Dentro de unos días se celebran las elecciones estadounidenses. Hemos visto 3 debates electorales. Usted ha sido consejero de Mitterrand ¿Qué peso tienen los debates televisivos sobre el voto final?

S.G. - No son definitivos. Permite a la gente que todavía no sabe a quién va a votar orientar más su voto, pero fundamentalmente no es el que va a determinar las elecciones. Antes del último debate en Francia, Hollande tenía todas las encuestas a su favor, con una clara victoria, Sarkozy estaba muy distanciado. Entonces utilizó la estrategia de mostrar a Hollande como si fuera el presidente saliente y no él. Eso le permitió recortar distancias, pero no trastocar las intenciones de voto final.

eXp - ¿Qué deben tener en cuenta los candidatos para poder convencer a los electores?

S.G. - No hay nada peor que un candidato se crea superior. Eso es catastrófico. El error de Obama ha sido creerse superior, esa es una actitud negativa. Eso es lo que le pasó a Sarkozy en el primer debate contra Hollande. Eso probablemente le llevó a perder las elecciones. Y Obama también lo está pagando, al menos por lo que vemos en las encuestas.

eXp - Francia y Estados Unidos son los dos países con más tradición en este tipo de debates, ¿qué diferencias hay?

S.G. - Hay una gran diferencia. En Francia en los debates políticos, los candidatos están frente a frente, es un cara a cara. En los Estados Unidos están uno al lado del otro, no se miran a la cara sino que miran a la cámara. Son tradiciones políticas diferentes. En Francia son más leales; los contrincantes, como digo, se miran a la cara, en Estados Unidos intentan seducir al público, mirando directamente a la cámara.

El debate es una gran tradición francesa. A la gente le gustan los debates y a los que participan les gusta debatir. Adoramos eso. Es algo parecido a una lucha de espadachines, como los Mosqueteros. Si uno muere en un debate es un honor. Para nosotros es como mantener un duelo entre dos contrincantes y los estadounidenses lo ven como un espectáculo.

Por supuesto, que en los dos países, los que participan en los debates buscan la frase más llamativa, la que cae bien, pero en el caso francés se busca la calidad de la palabra, que los espectadores debatan también.

eXp - Hasta ahora la televisión tenía el control del debate, pero han entrado con fuerza las nuevas tecnologías ¿qué papel tiene internet?

S.G. - Hoy en día tiene un peso tremendo. Tanto el público como los profesionales están pendientes continuamente de lo que corre por internet. Y hay que ir muy al tanto de lo que se dice en la red, porque puede potenciar o destruir la imagen de un político, de una persona. A lo mejor hay que hacer leyes para regular eso, pero es muy difícil y una lucha diferente. Además incluso antes de que alguien empiece a pensar algo ya hay quien lo ha difundido en internet. Eso cambia la relación con el poder.

Pero aporta democracia directa, y democratiza la opinión del público. Todos pueden aportar sus ideas. Y cuando digo todos, me refiero también a los que lo utilizan de una manera perversa.

eXp - ¿También cambia la forma tradicional de realizar los debates en televisión?

S.G. - Lo enriquece. Yo en mi programa semanal recibo los tuits en directo, la gente tuitea mientras estamos en directo. Eso permite saber cómo se están recibiendo los mensajes que damos o introduce nuevos temas de debate. Es decir que ya no solo participan los periodistas, también la gente. Hoy en día ya no se entiende la televisión sin la aportación de las redes sociales, facebook, twitter....

eXp - Cada cinco años se encierra para realizar «La vrai campagne» un documental sobre cómo han dirigido la campaña electoral a la presidencia francesa los diferentes candidatos. ¿Qué es lo que busca, qué quiere explicar a los ciudadanos?.

S.G. - La verdadera vida política francesa. Qué pasa detrás del escenario, como viven los políticos la campaña. Penetrar con la cámara allí donde no se puede entrar. Hay muchos detalles que llaman la atención, que se desconocen. Las posturas, los nervios... por ejemplo antes de hacer un discurso los políticos piensan como van a explicar algo, preparan lo que van a decir y luego salen y sobre el escenario dicen lo contario. Con la cámara pasamos la intimidad política a exposición pública. Mostramos al ciudadano el auténtico teatro democrático que es la política. eXp