Lagarde pide a Alemania que frene sus ajustes

Alemania puede permitirse avanzar en su consolidación fiscal más despacio que el resto para no tirar tanto de los países de la eurozona en crisis. Lo dice la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, quien sigue enviando mensajes para que se relaje la ortodoxia de la austeridad.

Christine Lagarde, directora gerente del FMI
Christine Lagarde, directora gerente del FMI / Imagen: FMI

Esta vez ha sido en una entrevista con el semanario alemán Die Zeit, donde Lagarde recomienda a Berlín que frene sus ajustes, lo que, a su juicio, «contrarrestaría los efectos negativos de los recortes acometidos por los países en crisis», como España o Italia.

El gobierno de Angela Merkel ha aprobado unos presupuestos para 2013 restrictivos, después de adelantar en tres años el objetivo de déficit cero en las cuentas del Estado. Berlín asegura que puede conseguirse gracias al repunte de los ingresos fiscales por el aumento de la población empleada y a la caída de los costes de financiación, pero Der Spiegel apunta que Merkel prepara un nuevo plan de ajuste con más recortes de gasto público y supresión del tipo reducido de IVA.

La directora gerente del FMI querría menos prisas en Berlín pero no deja de recordar a los países en dificultades de la eurozona que tienen que hacer «sus deberes», es decir, seguir aplicando reformas y medidas que incluyen la «funcionalidad plena» del programa de compra de deuda del BCE y completar el proyecto de unión bancaria.

Lagarde es optimista sobre la situación económica para 2013. «Nuestras previsiones dicen que la economía de la eurozona lo hará mejor el próximo año de lo que lo hizo el último», dice en la entrevista y se basa en que se observan signos positivos procedentes de Estados Unidos, China y otros países emergentes.

La exministra francesa de Finanzas se ha referido también a las, a veces, tensas relaciones entre la UE y la institución que ahora dirige y reconoce que la colaboración no ha sido siempre fácil, como se ha demostrado en el último acuerdo para sanear las cuentas públicas de Grecia.

Lagarde apunta que puede darse el caso de que el FMI se involucre exclusivamente en la supervisión de los programas de reformas en los países de la eurozona en crisis, pero sin colaborar financieramente.