«Las 85 personas más ricas del mundo tienen nombres y apellidos»
Hablamos con Teresa Cavero, directora de estudios de Oxfam Intermón

Habla rápido, de manera convincente, rotunda y utiliza los datos que ha estudiado para reforzar todas sus teorías. Teresa Cavero, acaba de explicar en una rueda de prensa multitudinaria que este sistema no funciona. Nada nuevo, pero lo corrobora con una cifra demoledora. 85 personas, con nombres y apellidos, tienen tanto dinero como la mitad de la población mundial (3.500 millones de personas). Eso se lo van a volver a repetir a los líderes políticos y económicos mundiales en el Foro Mundial de Davos, que empieza hoy en Suiza.

Teresa Cavero
Teresa Cavero / Foto: eXp

Hablamos con Teresa Cavero, directora de estudios de Oxfam Intermón

Habla rápido, de manera convincente, rotunda y utiliza los datos que ha estudiado para reforzar todas sus teorías. Teresa Cavero, acaba de explicar en una rueda de prensa multitudinaria que este sistema no funciona. Nada nuevo, pero lo corrobora con una cifra demoledora. 85 personas, con nombres y apellidos, tienen tanto dinero como la mitad de la población mundial (3.500 millones de personas). Eso se lo van a volver a repetir a los líderes políticos y económicos mundiales en el Foro Mundial de Davos (Suiza).

euroXpres.- En el informe "Gobernar para las élites. Secuestro democrático y desigualdad económica" habláis de situación insostenible, secuestro de la democracia, decisiones perniciosas. Son palabras muy contundentes ¿no?

Teresa Cavero.- Pero no son fortuitas. El informe originalmente ha sido escrito en inglés, lo que lleva un proceso de definición lingüística y semántica muy importante y al traducirla al español tenemos que ser lo más fieles posibles a la versión original, pero también ser capaces de transmitir una idea contundente y concreta. Un ejemplo es el mismo título. En inglés es «Working for the few» (Trabajando para unos pocos) y eso puede tener un doble sentido. Trabajamos muchos para que se beneficie una minoría de la sociedad, y por otro nos podemos referir a que los gobiernos trabajan solo a favor de esa minoría. Sin embargo desde España queríamos enfatizar la novedad del informe haciendo hincapié en que los poderes económicos están influyendo y secuestrando las democracias, los procesos y las decisiones políticas. Y la contundencia de los términos es consecuencia de lo alarmante de la situación, es decir cuando hacemos el recorrido de como ha sido este aumento de la desigualdad y las decisiones políticas que se han ido adoptando desde los años 80 hasta la actualidad, vemos que todo se ha agravado.

eXp.- No es la primera vez que alertáis sobre la situación

T.C.- Oxfam Intermón, publicó en diciembre de 2012 «Crisis, desigualdad y pobreza», donde por primera vez la organización habló y denunció el problema de la pobreza en España, una decisión que tomamos de manera deliberada sabiendo que entrábamos en un terreno que por naturaleza no era el nuestro, pero lo hacíamos con la convicción, de que ante el aumento de la injusticia no podíamos permaneces impasibles. Creemos que la experiencia de una organización de desarrollo como Oxfam, consciente de la responsabilidad que nos da el prestigio que tenemos, nos alzamos en esa denuncia y en ese análisis, de la mano de otras organizaciones que también trabajan en el tema de pobreza en España (Cáritas, Médicos del Mundo o Unicef entre otros) que colaboraron en aquel informe y de hecho en este último año hemos trabajado en conjunto con Greenpeace y Amnistía Internacional para hacer una denuncia sistemática de las violaciones de los derechos de la ciudadanía que estamos viviendo en nuestro país.

eXp.- Pero en esas quejas ¿os escucha más la sociedad que los políticos?

T.C.- En estos momentos, yo creo que nos están escuchando desde bastantes ámbitos. Durante la crisis económica ha habido cierta desorientación por parte de la sociedad civil sobre como reaccionar, porque no solo hay una necesidad muy grande de encontrar discursos que articulen el análisis, sino también la propuesta de soluciones. En los políticos sí hay receptividad... porque hay preocupación, y por que han visto que cuando una organización como Oxfam intermón se ha levantado públicamente, tenemos una capacidad de impacto y de convocatoria muy grande. Mi impresión es de que este informe, ha tenido una respuesta unánime por la alarma que estamos lanzando. Porque realmente hay una inquietud muy patente en la sociedad, incluso entre los propios votantes del gobierno actual.

eXp.-... y los ricos y los responsables económicos ¿también os escuchan?

T.C.- A nivel internacional sí. De hecho con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial tenemos una interlocución permanente. En el Foro Económico Mundial, tradicionalmente siempre ha habido una participación de la sociedad civil. Este año está la directora de la organización, Winnie Byanyima, junto con Stiglitz que presentarán el informe. En ese sentido, creo que son muy conscientes de que el riesgo que corren no escuchándonos es mayor que el que corren escuchándonos. El foro de Davos es un lugar que se presta mucho a que te escuchen porque concentra en un espacio físico y en un tiempo determinado todos estos intereses. En el caso de España es más complicado, eso es cierto, porque no hay un espacio natural donde dirigirse a este tipo de interlocutores. Sí tenemos interlocución con grandes empresas privadas donde hay reacciones a distinto nivel, según el tipo de denuncia que hacemos, la línea de trabajo o la relación histórica que tengamos con algunas empresas.

eXp.- No tenéis la sensación de que dicen «ya vienen estos otra vez a molestar»

T.C.- Pues sí, pero contamos con ello. Eso no es un problema porque mientras digan «ya vienen estos», saben que venimos, y eso siempre es mejor a que no nos tengan en cuenta.

eXp.- En el informe habláis de que 85 personas poseen lo mismo que 3.500 millones. ¿Qué os aporta la lista Forbes?

T.C.- De entrada es una lista con nombres y apellidos. 85 personas con sus nombres y apellidos poseen una riqueza equivalente a la que comparten la mitad de la población mundial. Siempre se dice que hay una mano negra, que los mercados deciden cosas. No, los mercados no deciden nada. Los mercados son personas con nombres y apellidos que toman decisiones en momentos concretos para definir reglas, para definir leyes, y sistemas y para hacer operaciones específicas de movimientos de capitales apretando botones en ordenadores. Aquí nada pasa por inspiración divina ni por inercia natural, pasa porque hay personas con nombres y apellidos detrás de las decisiones de cada una de las decisiones que se toman y eso es fundamental porque cuando pones cara y nombre y apellidos a las historias, la cosa cambia. Que uno progrese económicamente es perfectamente lícito, pero debemos exigir que a mayor capacidad económica, mayor responsabilidad.

eXp.- Habéis dicho que la situación es éticamente insoportable, económicamente insostenible y democráticamente corrosiva ¿Eso no lo ven los que mandan?

T.C.- Lo ven perfectamente. Son perfectamente conscientes de que es así, lo que pasa que nos enfrentamos al «cortoplacismo» de los líderes políticos, que es una de las grandes dificultades que tienen los sistemas democráticos. ¿Cómo congenian los ciclos electorales de 4 años con las necesidades sociales que requieren un plazo mayor?. Eso ocurre en temas sociales, económicos y sobretodo medioambientales. Es lo mismo que pasa con el impacto que va a tener en las futuras generaciones la desinversión en educación. En la capacidad que tendrán para integrarse y desarrollarse en la sociedad. Son conscientes pero el sistema es pernicioso justamente por eso, porque son personas que tienen unas responsabilidades políticas con una financiación muy fuerte detrás, no olvidemos algunos tipos de financiación de partidos. En la mayoría de los casos tienen que pagar el favor que les han hecho. Hay que hacer una revisión del fortalecimiento democrático que es nuestro llamamiento. No es que el sistema no funcione, es que hay que hacer que el sistema funcione bien, conseguir que sea transparente, honesto, que haya una rendición de cuentas y también conciencia ciudadana.

eXp.- Parece una situación irreversible

T.C.- Queremos creer que es reversible, y no lo hacemos desde una perspectiva ingenua, sino porque hemos visto que en otros países y en otros momentos ha funcionado. La salida de los países latinoamericanos después de la crisis de deuda de los años 80, cuando se les aplicaron unas medidas de ajuste estructural terribles, donde la desigualdad social alcanzó unos límites insoportables también, pues ahora estamos viendo como a través de un refortalecimiento democrático, al que por cierto, la cooperación española ha contribuido en gran medida durante muchos años, a través de la ayuda directamente a las instituciones democráticas junto a unas políticas más orientadas a la inversión en los intereses públicos, pues vemos como las economías latinoamericanas están resurgiendo y lo hacen de forma más estable socialmente y más sostenible económicamente que otras como China donde el 60% de la riqueza está en manos del 10% de la población. Eso se puede mantener durante un tiempo... después la gente se rebela.

eXp.- En 2008, cuando se reunió el G-8, pareció que había un momento en que se podía frenar todo.

T.C.- Ese fue un punto de inflexión. Parecía que la crisis financiera iba a sacudir los cimientos de este sistema absurdo, que permite que los que tienen la riqueza se enriquezcan más y no repercuta en la sociedad. Se perdió una oportunidad histórica. Pero sin embargo reconocemos que ha habido iniciativas que van por el buen camino a raíz de esa reacción política en ese momento. Por ejemplo la aplicación de la tasa a las transacciones financieras, aunque de momento lo estudian once países a nivel europeo, todavía hemos de ver como se va a llevar a cabo. Pero es un paso, hablar antes de ese momento de la tasa Tobin era impensable y ahora está sobre la mesa y es una opción factible.

La OCDE también ha puesto un mecanismo para revisar el sistema «Reporte país por país» de las grandes multinacionales para que hagan públicas las inversiones y los beneficios que adquieren a través de su actividad económica en los países en los que están operando. Es un proceso lento, porque además es multilateral, pero va por el buen camino. ¡Vamos a ver!, lo seguimos muy de cerca, pero hay interés por parte de los países en desarrollo que ven posibilidades de ganar soberanía, espacio y recursos, frente a lo que extraen las empresas de sus países. Y en Europa los gobiernos tienen una necesidad tan grande de obtener recursos, que no descartan de entrada ninguna posibilidad para conseguirlo.

eXp.- En el informe habéis estudiado varios países, entre ellos el Reino Unido. ¿Qué nivel de desigualdad hay en Europa en estos momentos?

T.C.- En septiembre de 2013 publicamos el informe «La trampa de la austeridad», donde analizábamos el impacto de la crisis y de las medidas de austeridad en la UE y lo acompañamos con estudios específicos de 14 países. Había dos tendencias fundamentales. El impacto de la gestión ha sido nefasto. La pobreza y las desigualdades han aumentado y no se produce una recuperación económica en la medida en la que esperaban o como se habían justificado a la hora de tomar esas medidas. El otro dato que obtuvimos es que todos los países han resultado afectados. Más allá de los sospechosos habituales (los PIGS), el impacto es dramático, aumenta la pobreza de las clases medias y trabajadoras, crece la pobreza en activo o trabajos en precario, porque las decisiones en el mercado laboral, han facilitado la creación de empleo tan precario que no permite a esas personas salir de la pobreza.

Las últimas cifras de creación de empleo en Europa y en España van en esa dirección. en los países que hay creación de empleo es en condiciones muy precarias. Son trabajos de corta duración sin ningún tipo de cobertura social ni médica, donde se omiten los derechos de los trabajadores, y donde al final la remuneración económica es tan baja que no permiten, a esa persona o a esa familia, salir de la pobreza y como tiene trabajo queda excluido de los sistemas de protección social. Eso es muy preocupante porque afecta a los desempleados de más edad y a los más jóvenes. En Alemania, Holanda, Bélgica, en Francia o en el Reino Unido hay una tensión social muy importante. No es el mismo nivel que en España, pero lo ven muchos españoles que va a esos países, a la mayoría les quedan las oportunidades más limitadas del mercado laboral de esos países.

eXp.- Europa era un símbolo de la igualdad, y en siete años, se ha desmontado. ¿A qué puede aspirar el mundo?

T.C.- Cuando hacemos el análisis comparándola con América Latina, muchos nos dicen que no es tanto el impacto que la crisis está teniendo en la vida de los europeos, sino el que tiene para el resto del mundo y para muchos países, sobre todo de América Latina. Para ellos es un colapso brutal, porque se cae un modelo que había servido de referencia para muchas de las políticas que se han tomado y que les han ayudado en su evolución. Estamos en una confrontación directa entre el modelo de contrato social, que defendía una sociedad cohesionada e igualitaria y los intereses puros y duros de un capitalismo de estado.

eXp.- Vuestro informe contra los recortes y las políticas de austeridad, tampoco lo ha leído el presidente francés, porque las reformas que anunció el otro día François Hollande, van en ese camino que denunciáis de desigualdad. ¿Viene a demostrar que la izquierda no tiene tampoco propuestas para salir de la crisis?

T.C.- La sensación que yo tengo es que durante la época de progreso económico y social, los partidos más progresistas o socialdemócratas, no han sido capaces de medir las implicaciones que iba a tener esa rendición frente a los intereses de las élites económicas. Creo que ha habido un «autoengaño» pensando que podían contentar a unos por un lado y a otros por el otro. Los ciudadanos tienen una necesidad muy grande de encontrar discursos que articulen el análisis y que presenten propuesta de soluciones.