Las energías verdes podrían salir perdiendo con las nuevas normas de la UE

La nueva normativa de la UE de ayudas a la energía no favorece a la electricidad verde según el Comité de las Regiones que cree que limita el número de compañías que pueden recibirlas. Asimismo cree que se está desaprovechando una buena oportunidad para terminar con las subvenciones a los combustibles fósiles y a la energía nuclear.

Un molino eólico
El Comité de las Regiones no está de acuerdo con la reforma de las ayudas a las energías/ Foto: CE

El Comité de las Regiones de la UE ha advertido de que las directrices actuales ponen el listón demasiado bajo, limitando el número de compañías de electricidad verde que pueden recibir ayudas estatales. Esas medidas podrían resultar contraproducentes para los esfuerzos que ha realizado la UE para crear un mercado de la energía más «competitivo, seguro y sostenible»

El proyecto de directrices de la Comisión Europea relativas a las ayudas estatales en el ámbito de la energía, cuya conclusión se espera para este 9 de abril y que tiene por objetivo fomentar el crecimiento sostenible, reforzar el mercado interior y optimizar el proceso decisorio podría resultar todo lo contrario de lo que se pretende.

Las ayudas estatales podrían crear ventajas indebidas, el CDR sostiene que las nuevas normas deberían proporcionar a los Estados miembros el margen de flexibilidad necesario para apoyar proyectos de energías renovables y cumplir sus obligaciones en materia de cambio climático. El CDR deja claro en el dictamen que aprobó la semana pasada que «la competencia y la existencia de un mercado libre de energía no son fines en sí mismos».

Según dice en su informe, Gusty Graas (ALDE) «las ayudas estatales destinadas a las energías renovables deben contribuir a un abastecimiento energético más seguro y fiable, un medio ambiente más limpio y un mercado laboral más eficiente» y unas condiciones de mercado justas y competitivas

El Comité cuestiona la propuesta de convertir en excepción a las tarifas reguladas para las energías renovables –en las que los productores de energía verde reciben un precio fijo por kWh– y centrarse más bien en certificados verdes negociables. Para el CDR, esto hará que disminuya la confianza de los inversores y dificultará la aplicación de los planes europeos de reducción de las emisiones de carbono.

El límite máximo para que las empresas de energía renovable puedan recibir subvenciones debería pasar del 1MW propuesto a 5MW y a 15MW en el caso de la energía eólica. Es preciso -dice el informe- suprimir las subvenciones a los combustibles fósiles e impedir que los gobiernos subvencionen la energía nuclear.

Asimismo los entes locales y regionales deberían poder decidir cómo emplear la ayuda financiera para proyectos tecnológicos respetuosos con el medio ambiente del mismo modo que los gobiernos nacionales son libres de elegir la combinación energética que se adapta mejor a sus exigencias.

Las energías renovables pueden ayudar a acabar con la pobreza energética en Europa

Teniendo en cuenta que unos 150 millones de personas se ven afectados por la pobreza energética en toda Europa, el CDR opina que la UE debe considerar esta cuestión una prioridad política. Otro informe elaborado por Christian Illedits (PSE), miembro del parlamento regional de Burgenland (Austria), rechaza la idea de que las inversiones en energías renovables sean contraproducentes para cumplir el objetivo de una energía asequible.

El Comité sostiene en términos inequívocos que los costes sociales y medioambientales de los combustibles fósiles y la energía nuclear superan ampliamente a todos los demás costes de la energía. Una política de inversión sensata a nivel local y regional en la eficiencia energética y las energías renovables puede crear puestos de trabajo y aliviar la pobreza energética.

Illedits señala que «los gobiernos locales y regionales de Europa han transmitido un claro mensaje en el sentido de que la política europea debe abordar urgentemente este creciente problema de pobreza energética. La respuesta más adecuada a esta preocupante cuestión es el fomento de las energías renovables, para lo cual se requieren inversiones a escala regional».

En su informe, Illedits pide en primer lugar a la Unión Europea que establezca una definición de pobreza energética, que sea flexible y que tenga en cuenta las diferentes situaciones y contextos regionales. El Comité propone que esta definición se base en una serie de indicadores, incluido el 10% –o un porcentaje superior– de la parte de la renta neta disponible de los hogares que se destina a la energía.

De esta manera se podrá abordar la cuestión de una energía asequible para todos, invirtiendo al mismo tiempo en la creación de un mercado de la UE sostenible y menos expuesto a la dependencia energética, el Comité solicita, asimismo, la rápida culminación del mercado interior de la energía.