Las negociaciones climáticas tienen los días contados

A menos de una semana de que se inicie una nueva ronda de conversaciones sobre cambio climático, esta vez en Doha (Qatar), las organizaciones y expertos recuerdan la ineficacia de estas reuniones en las que se da prioridad a «los intereses económicos de unos pocos en lugar de defender el clima y la economía de todos» e intentan darle la vuelta a esa situación.

Un pájaro en una playa manchado de crudo
El cambio climático cuesta a escala mundial 1,2 billones de dólares al año/ Foto: CE

UXBRIDGE, (IPS) - Dos tercios de las reservas conocidas de combustibles fósiles del mundo no podrán ser utilizadas sin arriesgarse a producir alteraciones climáticas peligrosas, dice la Agencia Internacional de la Energía (AIE).

Evitar el consumo de esos dos tercios será el primer tema de la agenda de negociaciones climáticas anuales de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que se reanudarán a fines de este mes en Qatar.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, sorprendió a muchos la semana pasada cuando declaró que el cambio climático sería una de las principales metas de su segundo mandato. «La reelección de Obama asegura la continuidad con el compromiso de Estados Unidos de reducir un 17 por ciento sus emisiones de dióxido de carbono para 2020 respecto de las registradas en 2005», indica Christiana Figueres, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMNUCC).

«Estados Unidos es plenamente consciente de la necesidad de ampliar sus límites en términos de mitigación y financiación para ayudar a la adaptación de los países en desarrollo», nos dijo Figueres

El objetivo en materia de reducción de emisiones que se fijó Estados Unidos equivale a una disminución del tres por ciento respecto de las cifras de 1990, año base utilizado por la mayoría de los países.

Los gases contaminantes liberados a la atmósfera deberán ser en 2020 entre un 25 y un 40 por ciento menores a los volúmenes emitidos en 1990 para evitar que las temperaturas suban más de dos grados, según recomienda la comunidad científica. En cambio, Gran Bretaña ya ha conseguido disminuir un 18 por ciento y tiene previsto llegar al 34 por ciento en 2020.

En 2010 se llegó a un acuerdo vinculante para limitar el calentamiento global a dos grados en el marco de la conferencia de la ONU sobre cambio climático, realizada en el balneario mexicano de

Cancún, recuerda Andrew Steer, presidente del World Resources Institute (WRI), siglas en inglés de Instituto Mundial de Recursos), con sede en Washington.

«No estamos ni cerca de llegar a ese punto. La situación es urgente. El cambio climático no es un problema de mañana, sino de hoy. La supertormenta Sandy fue un llamamiento de alerta para el pueblo de Estados Unidos», advirtió Steer en conferencia de prensa. Un calentamiento global de dos grados no es un escenario seguro, pero superar esa marca es peligroso. Para poder mantenerse

en dos grados, la AIE calcula que la mayoría de las reservas de carbono, el 22 por ciento de las de petróleo y el 15 por ciento de las de gas natural deberán permanecer bajo tierra.

Dos tercios de esas reservas están en América del Norte, Oriente Medio , China y Rusia, según la publicación anual de la AIE, Perspectiva Mundial de la Energía.

La temperatura a escala mundial ha aumentado en 0,8 grados. Este año será el más caluroso del que se tenga registro en Estados Unidos y la actual sequía le cuesta miles de millones de dólares a la economía. Las pérdidas causadas por Sandy ascienden a entre 50 millones y 70 millones de dólares.

El coste que implica el cambio climático a escala mundial se estima en 1,2 billones de dólares al año. El mayor impacto recae en las personas más vulnerables de los países más pobres, indica Steer. «La historia juzgará duramente a aquel presidente que no se tome en serio la lucha contra el cambio climático».

No se espera un gran avance en las negociaciones climáticas de la 18 Conferencia de las Partes de la CMNUCC (COP 18), que comienzan el 26 de este mes en Doha, capital de Qatar. Esas conversaciones ofrecen «una oportunidad para pulsar la tecla de reinicio», y para Estados Unidos, de asumir el liderazgo que el mundo necesita, sostiene Steer.

Y eso podría pasar con las declaraciones del miércoles 14 del presidente Obama en la primera conferencia de prensa en la Casa Blanca tras asumir su segundo mandato. Obama declaró también que en las próximas semanas «buscará qué más se puede hacer para lograr avances a corto plazo» sobre este asunto.

La creación de empleo y el crecimiento económico seguirán siendo las principales prioridades, pero, agregó, si «podemos hacer eso y dejar una marca en materia de cambio climático y ser líderes internacionales, creo que es algo que tendrá el apoyo del pueblo estadounidense».

Poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles es crucial para mantener los dos tercios de las reservas bajo tierra, indica Cliff Polycarp, del WRI. «El mundo necesita dejar de invertir en energías que liberen grandes cantidades de dióxido de carbono y optar por fuentes renovables con bajas emisiones».

Este año se gastarán más de 600.000 millones de dólares en prospecciones de gas y crudo y en producción, según el estudio «Oil:The New Revolution» («Petróleo: La nueva revolución»), de la Universidad estadounidense de Harvard.

La investigación prevé un auge de la capacidad de producción de combustibles fósiles que podría elevar el calentamiento global del planeta a la catastrófica cifra de ocho grados, según la organización Oil Change International, con sede en Estados Unidos. «La realidad es que la industria petrolera hace más dinero con la extracción que con la venta de gasolina a los consumidores finales», nos dice el director ejecutivo de Oil Change International, Steve Kretzmann.

Trasladar las inversiones de la industria de combustibles fósiles y sus promotores económicos a las energías con bajas emisiones de dióxido de carbono requerirá la intervención del gobierno en términos de incentivos a las alternativas renovables y de un gravamen significativo al carbono, remarcó.

Una gran cantidad de empresarios piden al gobierno eliminar los subsidios a los combustibles fósiles e imponer un impuesto al carbono, coincide Steer, que anteriormente había trabajó en el Banco Mundial. «Saben que tienen los días contados y dicen que estos cambios tendrán que ocurrir más pronto que tarde».