Letonia asume la presidencia de la Unión Europea sin perder de vista a Rusia

Este 1 de enero la Unión Europea estará por segunda vez en la historia en manos de un país báltico: Letonia. Su principal reto será contener los desafíos del Kremlin, sin enfadar a la minoría rusófona que vive en el país. Durante los seis meses en los que va a llevar las riendas de Europa, tendrá además que enfrentarse a viejos retos, como la inestabilidad política de Grecia o el paro juvenil.

Fuegos artificiales
Celebraciones del Año Nuevo en Riga (Letonia)

Karlis Eihenbaums, secretario de comunicación del Ministerio letón de Exteriores ya ha adelantado que habrá «un amplio debate sobre las relaciones con Rusia». Aunque desde la diplomacia letona lanzan un aviso a navegantes: «Si hay una cosa que no haremos será desarrollar una presidencia antirrusa o prorrusa». En cualquier caso, ha prometido «hacer todo lo posible para apoyar la acción diplomática y el diálogo político, aunque descarta categóricamente reconocer la anexión de Crimea al territorio ruso.

Pero los tira y afloja con el Kremlin no son el único punto conflictivo que amenaza la estabilidad europea en este comienzo de 2015. Los 28 viven con incertidumbre el adelanto electoral en Grecia. Los sondeos vaticinan un importante avance de Syriza, la coalición radical de izquierdas que amenaza con incumplir las condiciones del rescate y romper con la Troika. Algunos analistas temen que de cumplirse los pronósticos, el fantasma de la recesión vuelva a planear sobre Europa.

Preocupación por el paro juvenil

Letonia ya ha avanzado que no tiene intención de presentar iniciativas propias durante los seis meses que dure su presidencia. «Lo primero son las cosas que necesitan las personas de la calle en Europa: trabajo, crecimiento económico, que sus productos sean vendidos y que haya crecimiento y estabilidad», ha explicado Ilze Ruse, directora del Departamento Europeo del Ministerio letón de Asuntos Exteriores.

Es por ello que como ya hicieron sus antecesores, la presidencia letona, centrará sus esfuerzos en impulsar un plan de lucha contra el desempleo juvenil. «Evaluaremos los primeros resultados de la garantía juvenil y la decisión de la Unión Europea de reforzar la cooperación entre los servicios públicos de empleo», explican fuentes diplomáticas. Para ello tiene previsto que Riga, la capital letona, acoja docenas de reuniones al más alto nivel sobre las principales políticas comunitarias. Además, su mandato concluirá en el mes de junio con una conferencia centrada en el desempleo.

En estos seis meses, Letonia también se encargará de evaluar y supervisar los avances del llamado Plan Juncker, que prevé inversiones por 315.000 millones de euros. El flamante presidente de la Comisión Europea anunció este verano la puesta en marcha de este plan, que será el buque insignia de su mandato, y será bajo la presidencia letona cuando se ponga en marcha.

La diplomacia letona es consciente de que será un semestre ajetreado. «Hay muchos asuntos sobre la mesa», reconocía en una entrevista Ilze Rose. Y es que la amenaza yihadista, la seguridad energética o las intenciones de algunos Estados miembros de limitar la libre circulación de Europeos siguen siendo temas prioritarios en la agenda de la Unión.

Además, Letonia se ha fijado como prioridad impulsar la llamada «Europa digital», que entre otras cuestiones implica regular el comercio digital y establecer cómo deben pagar impuestos los agentes de estos negocios. «Tenemos el cuarto Internet más rápido de la Unión Europea y el séptimo a nivel mundial», recordó Rose, en referencia a las virtudes de Letonia para llevar a cabo sus propósitos.