Los eurófobos se quedan sin grupo en el Parlamento Europeo

Uno de los jarros de agua fría para el Presidente francés François Hollande fue la derrota de los socialistas en los comicios europeos y la victoria del Frente Nacional liderado por Marine LePen, que se convirtió en la primera fuerza política del país. Sin embargo, la alegría le ha durado poco a la francesa, ya que ha sido incapaz de crear el grupo parlamentario Alianza Europea por la Libertad que pretendía junto con el holandés Geert Wilders.

Un Europarlamentario pasa por las señales que indican las oficinas del Europarlamento
La Eurocámara es un ir y venir de nuevos y antiguos europarlamentarios/ Foto: PE

El plazo se ha acabado hoy, y los eurófobos no han podido obtener los 25 eurodiputados de siete Estados miembros, tal y como indican las normas de la Eurocámara.

LePen obtuvo en Francia 24 eurodiputados, pero aunque contaba con el apoyo de los Partidos de la Libertad de Austria y Países Bajos, la Liga Norte italiana y el Vlaams Belang flamenco no ha sido suficiente para formar grupo en Estrasburgo. Faltaban dos países para conformar el puzzle. Los búlgaros del VMRO declinaron y los lituanos de Orden y Justicia decidieron optar por el grupo Europa de la Libertad y la Democracia (EFD), liderado por el británico euroscéptico Nigel Farage, de corte más moderado.

¿Qué conlleva que LePen no obtenga grupo y tenga que pertenecer a «los no inscritos»? Sobre todo, menos presencia, pero también menos financiación, y menos tiempo para hablar en los plenos, lo que se traduce en menos voz en una Eurocámara conformada por 751 eurodiputados.

En un comunicado, LePen ha esgrimido las razones de por qué no ha podido tener grupo propio: su negativa a aliarse con movimientos que no representen los valores que LePen y sus colegas defienden. «Nos arrepentiremos a corto plazo, pero lo asumimos como una decisión moral y política a largo plazo», ha asegurado la líder francesa. Esta afirmación ina claramente dirigida al partido Congreso de la Nueva Derecha de Polonia (KNP), cuyo líder Janusz Korwin-Mikke, apoya abiertamente la prohibición de que las mujeres voten.

Sin embargo, ha habido grupos euroscépticos que siempre han mantenido la puerta cerrada a LePen, como Nigel Farage que siempre ha negado una unión con el eje LePen-Wilders. El holandés, no obstante, aún creía después de las elecciones que podría unirse con los británicos, algo que Farage no ha necesitado porque la semana pasada ya consiguió 48 eurodiputados de siete países distintos para formar grupo.

La resaca electoral

El baile de sillas tras las elecciones europeas se ha saldado con más de un disgusto para algunos, y gratas sorpresas para otros. Los liberales, cuyo líder Guy Verhofstadt quería a toda costa mantenerse como el tercer grupo de la Eurocámara, aceptaron la entrada de los partidos españoles UPyD y Ciutadans, para lamento de Convergència Democràtica y PNV, que tendrán un subgrupo para poder seguir fomentando el diálogo sobre el derecho a la autodeterminación de los pueblos.

Sin embargo, el disgusto para Verhofstadt vino después. A la espera de que la N-VA, el partido independentista flamenco, decidiera si quería o no formar parte de los liberales, optaron por marcharse al grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR), formado mayoritariamente por los 'tories' británicos y escisión del Partido Popular Europeo, con el que no compartían su visión «paneuropea». Y así fue como los Conservadores relegaron a los liberales a la cuarta fuerza en el Parlamento Europeo.

Las dos primeras fuerzas se mantienen como en la anterior legislatura: Partido Popular Europeo, es la fuerza más votada con 221 eurodiputados, 53 menos que en 2009; y la segunda, el Partido Socialista con 191, que ha perdido 5 asientos. La sorpresa ha sido la Izquierda Unitaria Europea, gracias al empuje del partido griego Syriza que ganó las elecciones en el país heleno. Es el quinto grupo de la Eurocámara con 52 eurodiputados frente a los 35 de 2009, y al que pertenece la sorpresa española, el partido Podemos y sus cinco eurodiputados, relegando a los Verdes del cuarto al sexto puesto.

La nueva Eurocámara se oficializará en la primera sesión plenaria de la legislatura, el próximo 1 de julio en la que se elegirá al Presidente del Parlamento Europeo. Todo apunta que Martin Schulz pueda repetir en el puesto, tal y como solicitaron los líderes socialdemócratas el pasado sábado en París. El 16 de julio, la cámara se volverá a reunir en Estrasburgo para votar la elección del Presidente de la Comisión Europea, que debe salir de la próxima cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno a finales de esta semana.