Los euroscépticos presentan batalla contra la integración europea

«Criticamos la integración europea, porque formar parte de la UE nos hace menos libres y más pobres, destruye puestos de trabajo. La población está sufriendo las consecuencias de las políticas europeas». Así se ha pronunciado hoy el euroscéptico Roger Helmer en una conferencia en la Eurocámara junto al grupo Europa por la Libertad y la Democracia.

Roger Helmer, habla en el europarlamento con la Union Jack encima de su mesa
Roger Helmer en el Europarlamento/ Foto: PE

Las palabras de Helmer resumen en una frase el euroscépticismo de este grupo que tiene entre sus filas al partido inglés UKIP, los británicos junto a los italianos son la nacionalidad más numerosa de la formación.

En las próximas elecciones europeas han afirmado que lucharán contra lo que llaman «la hipocresía de la UE, su política de doble rasero y la corrupción», en palabras de sus vicepresidente el búlgaro Slavi Biner. Sin embargo, fruto del nacionalismo que promuevan también apoyan la autodeterminación de los pueblos, por lo que el partido catalán Esquerra Republicana de Catalunya formará parte de la formación.

Europa por la Libertad y la Democracia (ELD) destaca por ser el partido eurosceptico por antonomasia, es decir, contrarios a cualquier tipo de integración europea, partidarios de más nacionalismo frente a la Europa supraestatal. Sin embargo, prefieren alejarse del euroscepticismo de Marine Le Pen, porque su discurso xenófobo no entra en el grupo, tal y como ha afirmado Helmer. Los británicos son los que más se oponen a que la coalición europea liderada por Le Pen forme parte del ELD, esta última formación, según las encuestas, puede convertirse en la tercera fuerza más votada en las próximas elecciones. Biner considera «imposible» que Le Pen llegue a unirse al grupo.

Uno de lo países más representado en el ELD es el Reino Unido, históricamente euroscéptico desde que empezó a formar parte de la UE, a principios de los años setenta. Entre sus líderes políticos han desfilado desde los muy euroscépticos conservadores, como Margareth Thatcher o David Cameron, al eurófilo Nick Clegg, colega de Gobierno con Cameron, y sin duda, poco común entre los británicos.

En 1992, un grupo opuesto al Tratado de Maastricht abogó por el euroscepticismo, más allá de los conservadores: así nació el UKIP. Su líder en la Eurocámara es Nigel Farage, un antiguo banquero y actor amateur, que en su etapa anterior a político llegó a amasar una importante fortuna gracias a sus negocios con el petróleo. Este eurodiputado, conocido por sus largos discursos, profundamente elocuentes y antieuropeístas, suele lucir, al igual que sus compañeros británicos, una pequeña bandera de su país, la Union Jack, como símbolo de su nacionalismo y protesta hacia la integración de la UE.

Según algunas encuestas la formación puede llegar a ser la segunda más votada y, lo que es también cierto, es que Europa por la Libertad y la Democracia no será la única formación que abanderará en la próximas elecciones el euroscepticismo, porque Marine Le Pen y el partido griego Syriza también tienen su propia batalla contra la UE.