Los idiomas también rompen fronteras

Incluso con 83 años sigue habiendo cosas que aprender. Peter McMurdie estudia cada mañana español en El Barco de Ávila. Alrededor de 2,4 millones de personas de otros países de la Unión Europea viven en España, atraídos por su clima cálido y la amabilidad de la gente. Gracias a la libertad de circulación en la UE, ahora es mucho más fácil vivir y trabajar en otro país... y aprender idiomas.

Barco de Avila
Barco de Avila / Foto: PE

Incluso con 83 años sigue habiendo cosas que aprender. Peter McMurdie estudia cada mañana español en El Barco de Ávila. «Es una experiencia excitante y enriquecedora», explica este antiguo ingeniero londinense de la BBC. «Entiendo bastante bien el español y me encanta aprender idiomas extranjeros», añade. Como tantos otros, Peter está descubriendo que adentrarse en una nueva lengua es la clave para descubrir una nueva cultura.

Peter McMurdie es uno de los estudiantes del programa de inmersión de esta localidad a orillas del río Tormes, junto a la Sierra de Gredos. Su esbelta iglesia románica y los soportales de la plaza central son un escenario ideal para las personas que acuden con el propósito de explorar una nueva lengua. Susan Greenwood, catedrática de Administración de Empresas de Manchester, asegura sentir que está viviendo «en un mundo paralelo que da lugar a una identidad mixta, a una personalidad verdaderamente europea».

Aprender el idioma es, con frecuencia, sólo el principio. Alrededor de 2,4 millones de personas de otros países de la Unión Europea (UE) viven en España, atraídos por su clima cálido y gente amistosa. Gracias a la libertad de circulación en la UE, ahora es mucho más fácil vivir y trabajar en otro país. Estos residentes además se benefician de los acuerdos recíprocos de atención sanitaria, según los cuales los servicios nacionales de sanidad se reclaman entre ellos y no al paciente los costes de los tratamientos. Y los jubilados que deciden vivir en España siguen teniendo derecho a cobrar la pensión de su país de origen.

Simon Harding, profesor que ahora trabaja cerca de Málaga, llegó a España en 1990. Era una época en la que el país comenzaba a modernizarse gracias a los fondos de la Unión Europea. «Mi idea fue siempre integrarme en la sociedad española, para eso vine a vivir a España», asegura. «Me enorgullezco de conocer no sólo el idioma, sino también la historia, la geografía y la cultura del país», detalla este británico.

Erasmus

Los españoles también aprovechan las oportunidades que les ofrece la Unión Europea. Los estudiantes españoles son los que más se benefician del programa Erasmus, programa que ha permitido estudiar en otro país de la UE a más de tres millones de estudiantes.

«España es un destino muy atractivo no sólo para los estudiantes», apunta Amelia Cerdan, francesa de Lille que estudia periodismo en Madrid gracias Erasmus. «Es desde luego la mejor experiencia de mi vida y se la recomiendo a todo el mundo», afirma Cerdan antes de sentenciar: «Me siento afortunada por haber tenido esta oportunidad, es estupendo conocer a gente de toda Europa».

Mientras que España es el destino preferido de los estudiantes Erasmus, los estudiantes españoles se decantan sobre todo por Italia, Reino Unido, Alemania y Francia. En el septenio comprendido entre los años 2014 y 2020, el programa Erasmus+ estará dotado con un presupuesto de 14.700 millones de euros, y facilitará que otros cuatro millones de jóvenes de hasta 30 años de edad estudien, se formen, enseñen y realicen prácticas profesionales.