Los rehenes de la planta argelina vivieron un infierno

Grupo de secuestrados argelino se abrazan tras la liberación
Secuestrados en Argelia / Foto: TV Argelia
Los rehenes liberados por el ejército argelino, explican el infierno que vivieron durante los días que han estado secuestrados. Muchos de ellos se encuentran en estado de shock, mientras se mantienen las incógnitas sobre la actuación del ejército argelino y todavía no se ha aclarado como se desarrollo el asalto a la factoría tomada por un grupo yihadista. De hecho las fuerzas especiales no han retomado aún el control de las instalaciones, situadas cerca de la frontera libia. Los gobiernos europeos han criticado que no les informaran con antelación del asalto.

Los trabajadores europeos que han sido liberados explican que cuando se produjo el asalto, oyeron golpes en las puertas de las habitaciones mientras les preguntaban si eran extranjeros. El francés Alexander Berceaux, empleado de una empresa de catering, ha explicado a Radio Europa1, que permaneció durante 40 horas escondido debajo de la cama «estoy vivo, y eso es lo principal», ha dicho a esta emisora francesa. También han insistido en que los terroristas les colocaron cinturones explosivos alrededor del cuerpo.

Un trabajador argelino, que se identifica como Belhadj, dice que vivió una «situación horrible». Explica que durante la noche del miércoles al jueves el grupo asaltante reunió a varios de los trabajadores de las instalaciones en el restaurante, aunque no tenían nada para beber o comer. «Había dos estadounidenses con nosotros. Todas las comunicaciones con nuestros móviles habían sido cortadas», explicó antes de contar que por la mañana oyeron una explosión y los rehenes subieron al tejado. Uno de los estadounidenses fue tiroteado y murió desangrado.

Belhadj relata que quedaron en manos de unos quince asaltantes, y asegura que les dijeron: «hermanos argelinos, no tengáis miedo, salid en paz, somos hermanos, todos somos musulmanes».

Otro rehén entrevistado por «France Info», un ingeniero argelino, dijo por su parte que los miembros del grupo salafista «tenían acento argelino o libio, como magrebí. Estaban muy bien armados con bombas, muy preparados (...) tenían como 30 o 35 años».

Ninguno de ellos entiende porque los terroristas asaltaron una planta que estaba fuertemente custodiada por la policía. Las autoridades argelinas, que mantienen toda la operación de rescate en la más absoluta opacidad, han dicho que los asaltantes conocían muy bien el lugar y creen que el ataque islamista no es una respuesta a la acción militar llevada a cabo por Francia en Malí, porque los asaltantes debían haber preparado la acción con mucha antelación.

El yacimiento donde se ha producido este asalto está explotado por la petrolera estatal Sonatrach, la británica British Petroleum (BP) y la noruega Statoil. Produce un 10 por ciento del gas natural que Argelia bombea anualmente a Europa. Aunque tras el ataque se ha parado la producción no se prevé que haya ningún problema de abastecimiento en el sur de Europa.

Todavía siguen muchas incógnitas sobre lo acontecido en esta factoría, donde según las autoridades argelinas trabajan unas 700 personas. Además de los trabajadores de las petroleras, en la planta hay otras empresas de servicios. Por ejemplo, la sociedad de ingieniería japonesa JGC tenía un amplio equipo en la planta, según la prensa nipona, aunque solo ha informado con precisión de los originarios de ese país, 17 en total, de los cuales están a salvo siete. También se sabe que había unos cuantos británicos atrapados, pero no su número exacto («significativamente menos de 30», según el Gobierno), así como una veintena de filipinos. También se sabe que hay ciudadanos de Estados Unidos (siete según los secuestradores), Francia, y otros cuantos países: Rumanía, Tailandia, Colombia, Corea del Sur. También había un irlandés, un keniano y un austriaco.

Muchos de los gobiernos que tienen nacionales atrapados se han quejado de la actuación militar llevada a cabo por el gobierno argelino. En las primeras horas, las cancillerías resapldaron los esfuerzos del Ejecutivo del presidente Abdelaziz Buteflika para liberar a los civiles retenidos, dando a entender que correspondía a la inciativa al país magrebí. Pero cuando el jueves llegaron noticias del asalto militar y de que había varios muertos, empezaron los distanciamientos. Reino Unido ha lamentado que no había sido informado de la operación hasta que estaba en curso, lo mismo que luego dijeron otros países. Por su parte, Francia, que utiliza el espacio aéreo argelino para su intervención militar en Malí, no ha lanzado críticas contra el ejecutivo argelino y ha justificado su intervención contra los islamista en el país africano.

Estados Unidos, que ha enviado un avión militar para evacuar a sus nacionales hasta Alemania, se ha mostrado más cauto y ha dicho que tampoco negociaría con los secuestradores. Hillary Clinto, secretaria de estado, ha pedido al gobierno que «respete la vida de los inocentes» y ha reconocido que la situación es «extremadamente difícil y peligrosa». Mucho más contundente ha sido Japón, que incluso ha pedido explicaciones al embajador argelino en Tokio por su operación de rescate.

El último balance provisional difundido por la agencia oficial argelina APS 573 argelinos y cerca de 100 extranjeros han sido rescatados con vida de la plataforma gasística, pero hay al menos 12 muertos de diversas nacionalidades, incluida la argelina. Entre la treintena de terroristas que perpetraron la operación hay también 18 muertos, según la misma fuente. A estas horas en la factoría permacen una decena de terroristas atrincherados en la sala de máquinas con siete rehenes occidentes. Dos estadounidenses, un japonés y un británico. Argelia dice que también hay tres belgas, pero el gobierno de ese país lo ha negado.

En las últimas horas centenares de trabajadores extranjeros han sido evacuados de Argelia, la mayoría no trabajaban en el complejo de In Amenas. Sobre la una de la madrugada del jueves dos aviones de la compañía Monarch procedentes de Argelia aterrizaron en el aeropuerto de Palma con 400 evacuados . Los pasajeros de distintas nacionalidades europeas han pasado la noche en varios hoteles de Mallorca, y esperan poder volar en las próximas horas a sus países.

Además de los aviones que han llegado a España, la petrolera noruega Staoil ha informado que un primer avión procedente de Argelia aterrizó anoche en Londres con 22 empleados de la empresa, que viajaron seguidamente a sus hogares o se trasladaron al centro para familiares del consorcio en Bergen, en la costa Noruega, mientras que otros dos aviones con empleados de Staoil y de BP aterrizaron en el aeropuerto de Palma. La petrolera británica ha anunciado que tienen previsto un cuarto vuelo para transporta a más personal fuera del país este viernes y se organizarán más vuelos si es necesario, comunicó BP.

Las evacuaciones de trabajadores se ha realizado por motivos de seguridad, pero sobre todo para que tranquilizar a sus famílias y evitar la tensión entre los empleados extranjeros.

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