Mario Monti, el antídoto italiano a Berlusconi

El recién nombrado senador vitalicio en Italia ha recibido el encargo de formar gobierno por el presidente de la República, Giorgio Napolitano. Aunque con reservas en los principales partidos políticos, se espera que Monti sea capaz de formar gobierno con suficiente apoyo parlamentario. Excomisario europeo, economista de prestigio y bien relacionado internacionalmente es la figura en la que pueden confiar los mercados para devolver la credibilidad a Italia tras la estrambótica etapa de Berlusconi.

Mario Monti, tras entrevistarse con G. Napolitano
Mario Monti, tras entrevistarse con G. Napolitano / Foto: Quirinale

Mario Monti llega a la presidencia del gobierno italiano como una figura respetada y capaz de salvar a Italia del abismo financiero en que está sumido el país. Con una formación económica excelente y conocedor de los entresijos del poder económico italiano y europeo solo necesita de suficiente estabilidad política para encauzar un nuevo período en el que Italia tiene que ganarse la credibilidad de los mercados y de sus socios de la UE.

Su distanciamiento de todos los partidos italianos es una ventaja, pero también un inconveniente para formar un equipo de gobierno que aplique las reformas aprobadas por el Parlamento para recortar la enorme deuda pública italiana que alcanza el 120% del PIB. Se confía en que los nombres se conozcan antes de que este lunes abran los mercados.

El discreto y europeísta Monti ya tiene alabanzas del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y de la canciller alemana, Angela Merkel, que ha dicho sentirse «muy feliz» por el cambio político en Italia. Los presidentes del Consejo Europeo y de la Comisión han dado la bienvenida al nombramiento, que entienden como una señal de determinación de las autoridades italianas para superar la crisis.

Nació en Varese, tiene 68 años, estudió con los jesuitas, se doctoró en Economía y amplió estudios en la Universidad de Yale. Su paso por la Comisión Europea como responsable de Competencia le dio fama de hombre trabajador y firme en sus decisiones, al enfrentarse al gigante Microsoft con una multimillonaria multa por violar las leyes antimonopolio o impedir que General Electrics comprara la empresa Honeywell. Fue consultor de Goldman Sachs y se dice que forma parte de la Trilateral y del club Bilderberg.

El ya exprimer ministro, Silvio Berlusconi, ha afirmado este domingo que ha dimitido «por sentido de Estado y de responsabilidad para evitar un nuevo ataque de especulación financiera y sin que el Parlamento jamás me haya retirado la confianza». Il Cavaliere se dice orgulloso de su labor al frente del gobierno italiano y anuncia que seguirá en política.