ONU recurre a los jóvenes en su lucha contra la intolerancia

Cuando a sus 21 años el príncipe heredero de Jordania, Hussein bin Abdalá, presidió en abril una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU, se convirtió en la persona más joven al frente de uno de los órganos políticos más poderosos del mundo.

Gabriela Rivadeneira hablando en la ONU
Gabriela Rivadeneira, presidenta de la Asamblea Nacional de Ecuador, habla ante el Foro Juvenil del Consejo Económico y Social 2015/ Foto: Evan Schneider/ ONU

El cargo le ha correspondido debido a que Jordania ocupa ese mes la presidencia mensual del Consejo de Seguridad, cuyos 15 Estados miembros tienen la facultad de hacer la guerra y declarar la paz.

«Le dije (al príncipe heredero): estamos viviendo en el siglo XXI y usted está liderando al mundo en el siglo XXI», ha dicho el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, tras la sesión, que se centró en el papel de los jóvenes en la lucha contra el extremismo violento y la promoción de la paz.

Según Ban, esta es una época de gran poder para los jóvenes, y los educadores tienen el papel de enseñarles aquello que es importante para convertirse en ciudadanos del mundo y en futuros líderes. La ONU recurre a las generaciones más jóvenes para dirigir la lucha contra la intolerancia, que incluye la homofobia, el racismo, la discriminación por motivos de género y la xenofobia.

La iniciativa Impacto Académico (Unai, en inglés), que la ONU lanzó en 2010, pretende la colaboración de instituciones de educación superior con el foro mundial para realizar los principios universalmente aceptados de los derechos humanos, la alfabetización, la sostenibilidad y la solución de conflictos armados.

Actualmente, unas 30 redes internacionales de universidades y otros institutos de educación superior respaldan a Unai, lo que ha llevado a casi 1.000 instituciones a sumarse a la campaña de base. «Hemos trabajado con instituciones educativas y otros miembros de la sociedad civil durante más de 11 años en una serie de seminarios titulada 'Desaprendiendo la intolerancia'», explicó Ramu Damodaran, jefe de la División de Extensión del Departamento de Información Pública de Unai.

En junio, Unai colaboró ​​con la Fundación UnHate (dejar de odiar), del italiano Grupo Benetton, en un concurso de diversidad para mostrar las aportaciones de «jóvenes de todo el mundo... a las soluciones elaboradas personalmente que abordan algunos de los problemas más apremiantes del mundo», explica Damodaran.

Cuando Unai se creó en 2009 era evidente que debía convertirse en uno de sus principios básicos, agregó. Y «cuando la Fundación UnHate nos presentó esta iniciativa aprovechamos la oportunidad ya que el proyecto va más allá de hablar o debatir acerca de los problemas vitales de la diversidad y el respeto, y financia proyectos específicos, hasta 10 en total», indicó.

Cada aspecto está gestionado por los estudiantes y profesores jóvenes que conciben el proyecto, calculan su alcance y los costes y luego, si queda seleccionado, se encargan de su ejecución, explica Damodaran.

El concurso recibió a más de 100 postulantes de 31 países con ideas y soluciones innovadoras para luchar contra la intolerancia, el racismo y el extremismo, entre otros problemas. Un panel de jueces eligió a 10 ganadores que recibieron 20.000 euros cada uno, donados por United Colors of Benetton, con sede en Italia.

La ONU asegura que el concurso fue notable por varias razones

En primer lugar, en vez de pedirle a «aficionados» que se limiten a escribir sobre los problemas del mundo, el concurso tiene un enfoque proactivo y pide soluciones, dándoles recursos financieros importantes para llevarlas a cabo.

«Este es un empoderamiento real de la sociedad civil, y de la juventud, para cambiar el mundo, como muchos de los ganadores reconocieron con razón en sus reacciones al ganar el premio», señala un comunicado de la ONU.

La variedad de tipos de intolerancia abordada fue notable, y se incluía la capacitación y la educación de las mujeres, los derechos de la población LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, trans e intersexuales), los derechos indígenas, y propuestas para hacer frente a la intolerancia en las principales religiones y los conflictos entre grupos étnicos.

Los 10 ganadores proceden de Alemania, Burundi, Canadá, China, Estados Unidos, India, México, Pakistán y Sudáfrica.

Algunos de los proyectos elegidos proponen facilitar la educación secundaria y superior de las mujeres indígenas en el sur de India, promover la armonía y el conocimiento religioso entre cristianos, hindúes y musulmanes en Pakistán, y enfrentar los prejuicios y la discriminación que padece el colectivo LGBTI en India y México.

Otros ofrecen un espacio seguro para que las mujeres en China conversen sobre temas difíciles, pretenden trabajar para resolver los conflictos por el agua con el fin de disminuir el conflicto étnico en Burundi, fomentar una mayor aceptación de las poblaciones migrantes en Sudáfrica y promover la aceptación de los grupos marginados en México.

Varios proyectos promueven mayores oportunidades de empleo para las mujeres musulmanas en Alemania, documentan las voces de los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos y retratan las vidas cotidianas y las aspiraciones de palestinos de diversos orígenes.

Por su parte el secretario general Ban identificó varias iniciativas más de Unai que ayudan a la ONU. Investigadores de la Universidad de Edimburgo integran un equipo que indaga en el origen del virus del ébola que causó un brote mortal de la enfermedad en 2014 en varios países africanos, señaló Ban.

Asimismo, la Facultad de Arquitectura para Mujeres Bhanuben Nanavati de India colabora con entidades asociadas en Tanzania en materia de vivienda sostenible.

Por otra parte, la Universidad Nacional Al Farabi, de Kazajistán, investiga nuevos modelos para la energía renovable, mientras que la universidad JF Oberlin de Japón ha lanzado una rama juvenil de Unai, llamada Aspire (La acción estudiantil para promover la innovación y la reforma a través de la educación).

Y la fundación qatarí Educación sobre Todo, presidida por la jequesa Mozah bint Nasser al Missned, defiende el derecho de los niños a seguir aprendiendo en zonas de peligro.

En Corea del Sur, la Universidad Global Handong continúa sus programas de formación empresarial para ayudar a los jóvenes a crear puestos de trabajo y no solo a buscarlos.