Política europea para recuperar ciudadanos desencantados

Para los indignados con la UE por su gestión de la crisis económica, para los que reniegan de Europa por insolidaria, por venderse a los mercados u olvidarse de los pobres, Bruselas tiene un mensaje: la Unión Europea hace política para la gente. La encargada de transmitirlo es la vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding, que se ha sometido en Cádiz a una especie de Tengo una pregunta para usted y ha demostrado tener respuesta para todo.

La vicepresidenta de la comisión europea
Viviane Reding, vicepresidenta de la Comisión Europea en Cádiz (España)/ Foto: eXp

El Oratorio de San Felipe Neri, donde se firmó la Constitución de Cádiz en 1812, ha sido el histórico escenario elegido para el arranque de una iniciativa que la UE plantea como histórica. Un diálogo abierto con los ciudadanos para hacer una Europa más fuerte.

Primero, a través de Facebook, se han recogido sugerencias de los ciudadanos. Después Reding se ha sometido a las preguntas de los representantes de la sociedad civil de Cádiz.

Con mucha parafernalia, retransmisión en streaming, hashtag de twitter y mucho foco, la moderadora, Carmen del Riego, presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid, abre la sesión y pregunta: ¿es Europa una solución o un problema?

A Viviane Reding, mediática, eficaz y directa, hay que reconocerle que sabe estar, «vender»el producto y ser cercana a la gente. Para empezar, una gran verdad: «los políticos vamos a hablar con vosotros cuando queremos algo de vosotros», es decir, en las campañas electorales. Eso va a cambiar, dice la comisaria, «porque estamos construyendo Europa para la próxima generación» y eso tiene que hacerse con y para los ciudadanos.

Pero la retórica comunitaria se encuentra pronto con la realidad. Un empresario gaditano se queja del nulo acceso al crédito y pregunta ¿cuándo llegará el capital a la provincia con más paro de España? Reding, evidentemente, no sabe cuándo, pero la pregunta le da pie para decir que «los bancos han actuado como casinos y hay que acabar con eso». Y que quede claro que, «si Europa ayuda a los bancos, es para que puedan dar crédito a las familias y a las empresas».

A partir de ahí, la comisaria cuenta las medidas intentadas, proyectadas, regaladas y fracasadas, pero sabe resumir la cuestión: «romper el vínculo entre el fracaso de los bancos y el dinero de los contribuyentes».

Desde twitter, alguien teme por su pensión, otro, por la sanidad, otro, por los jóvenes. La comisaria razona para que todo el mundo lo entienda. «Volvamos al concepto del ama de casa responsable».

¿Por qué tenemos la sensación de que Alemania machaca a los países mediterráneos? retumba en el Oratorio la pregunta de una mujer. Sin torcer el gesto, Reding evoca a la gran familia europea, donde cada miembro cree que el otro lo puede hacer mejor. Pero, ojo, la solidaridad tiene un precio, viene a decir: «Necesitamos que se hagan reformas y tener la responsabilidad de no gastar, gastar y gastar».

Pero ¿estamos juntos los europeos? incide alguien de Twitter. En este punto, Reding hace aún un mayor ejercicio de sinceridad y le dice a los políticos presentes en el acto. «Cuando se construye un puerto o se potabiliza el agua, eso tiene financiación europea. Díganselo a la gente».

Todos y cada uno de los ciudadanos quieren que la UE resuelva sus problemas y aquí, en Cádiz, está la muestra. Desde el emprendedor que no se ve atendido hasta las mujeres, que no se sienten representadas. Cuidado en ese punto. Reding se acalora levemente y dice sobre eso: «Se me ha acabado la paciencia, porque nadie hace nada». Ella lo va a hacer y ahí está su iniciativa de obligar a introducir cuotas de mujeres en las empresas que cotizan en bolsa. La justificación está clara: «No podemos dejar el talento cruzado de brazos».

Pero Europa es mucho más, no cabe duda. La comisaria cita la nueva legislación europea para las víctimas de los 75 millones de delitos que se cometen en la UE cada año, inspirada por ella misma. Eso es hacer Europa.

Sin embargo, nada parece suficiente. Una chica tetrapléjica pide atención para ese colectivo; un voluntario, para los que viven de la limosna, un twitero, sobre la brecha digital, una empresaria, para los recortes en Educación... Reding torea en Cádiz con soltura, unas veces tiene argumentos contundentes y sólidos: otras, ante reivindicaciones demasiado concretas, sortea las preguntas con complicidad. Europa es la suma de 500 millones de ciudadanos, 500 millones de reivindicaciones y en Bruselas se disponen a atenderlas.

Para empezar, Reding se lleva a Bruselas, la Declaración de Cádiz, el decálogo de los ciudadanos, con las propuestas más votadas de las colgadas en Facebook: símbolos y medios de comunicación paneuropeos para reforzar la identidad común, una Europa más cercana, una Europa federal, una Europa unida,....

Termina el diálogo con los ciudadanos. Reding puede sentirse satisfecha de haber tenido una respuesta para usted. ¿Y ahora? Uno de los blogueros, Jorge Juan Morante, valora la actitud cercana de la comisaria, pero afirma que «lo importante es que ahora se traduzca en hechos». Otro bloguero, Raúl Solís, resume: «romper el cristal con el que se aislan las instituciones europeas es positivo».

Reding ha abierto un camino que le llevará por muchas ciudades europeas para predicar las bondades de la UE. Al margen de lo irónico que pueda parecer eso, la comisaria demuestra tener valor y mirarnos cara a cara.