Polonia, marcada por la historia europea

Polonia, el país que llegó a formar una república con Lituania, desapareció del mapa de Europa durante 100 años. En 1795 su territorio fue repartido entre Rusia, Prusia y Austria. La Polonia que estos días acoge la Eurocopa 2012 es un reflejo de la historia de Europa, y una gran desconocida para muchos ciudadanos.

Venta de ámbar en Gdansk (Polonia)
Venta de ámbar en Gdansk (Polonia) / Foto: Turismo de Polonia

Polonia, el país que llegó a formar una república con Lituania, desapareció del mapa de Europa durante 100 años. En 1795 su territorio fue repartido entre Rusia, Prusia y Austria. Sus fronteras, como la de muchos países europeos han sufrido multitud de alteraciones a lo largo de los siglos. La Polonia que estos días acoge la Eurocopa 2012 es un reflejo de la historia de Europa, y una gran desconocida para muchos ciudadanos.

Varsovia, la ciudad que acogió el partido inicial del campeonato de selecciones europeas, vivió uno de los hechos históricos más vergonzosos del continente. El 16 de noviembre de 1940, el ejército de Hitler levantó la alambrada del gueto de Varsovia, dentro se hacinaban más de 450.000 judíos y gitanos. Tras los nazis llegó la dominación de los comunistas soviéticos. En la capital polaca ser firmó en 1955 el acuerdo del Tratado de Varsovia, una respuesta a la OTAN, que marcó la división del mundo en este y oeste.

En Gdansk, donde juega la selección española, el 1 de septiembre de 1939 se inició la II Guerra Mundial. Sus astilleros fueron escenario del nacimiento del sindicato Solidaridad, que llegó a tener 10 millones de afililados, y fue desencadenante de un proceso que acabó con el comunismo en el país. En los días de mayor pujanza llegaron a trabajar 17.000 obreros, tras varias reformas estructurales apenas quedan 2.500 empleados. La organización obrera se transformó posteriormente en partido político y ganó las primeras elecciones democráticas de 1989. Del movimiento sindical surgió la figura de Lech Walesa, premio nobel de la paz en 1983.

Maria Sklodowska, dice poco a muchos, pero Marie Curie ya es otra cosa. Ganó dos premios nobel, el de física junto a su marido Pierre, y el de química. Polonia tiene 4 nobeles de Literatura, entre ellos la autora Wislawa Szymborska (1996) o Henry Sienkiewicz, padre de Quo Vadis? que relata los orígenes del cristianismo. Precisamente la católica Polonia también ha sido la cuna de un Papa, Juan Pablo II.

El físico Farenheit, el filosofo Schopenhauer, el compositor Chopin, el pianista Arthur Rubenstein o el astrónomo Nicolás Copernico, el primero en demostrar que la tierra gira alrededor del Sol, también son polacos. Igual que Stanislaw Lem, escritor de grandes obras de ciencia ficción y padre de 'Solaris'. En el mundo del celuloide destacan dos de los directores más conocidos como Andrej Wajda y Roman Polanski, autor de una de las películas que reflejan la experiencia del holocausto y la ocupación nazi de Varsovia, «El pianista». Oscar al mejor director en 2003.

El país centroeuropeo vivió uno de los momentos más críticos de su historia reciente hace 2 años, cuando un accidente aéreo descabezó al país, con la muerte del presidente, la cúpula militar y decenas de altos cargos políticos. Superar de forma ordenada esa tragedia, muestra que su democracia está consolidada. Dos «Polonias» siguen enfrentados dialécticamente, una más moderna que quiere avanzar en su integración europea, apuesta por la laicidad del estado y apoya reformas económicas y sociales que sigan modernizando al país. La otra Polonia mantiene sus recelos a la UE, defiende la tradición y los valores católicos y tiene sus grandes feudos en las zonas rurales del país. Un claro ejemplo sociológico entre el campo y la ciudad, entre liberales y conservadores.

El país que estos días es referencia del fútbol continental, está superando los viejos fantasmas del pasado consolidándose como un socio fuerte de la UE, de la OTAN, de Rusia y de Estados Unidos (no en vano es uno de los pocos países europeos que ha visitado Obama).