¿Qué me pongo?

La moda no es solamente un vestido o una falda o unos zapatos. Es el arte de combinar sutilmente diferentes estilos, colores, accesorios y que el resultado sea moderno a la vez que elegante, que llame la atención a la vez que sea discreto, que cada vez que te eches una ojeada al pasar por un escaparate estés encantada con el resultado.

CocoChanel
CocoChanel

Y no se trata solo de lo que se ve, la ropa interior es fundamental para ese sentirse bien consigo misma. No todos los días se pone una su mejor lencería pero siempre hay una ocasión especial en la que lo de dentro se refleja fuera. En la que te sabes plena de seducción y dueña de la situación.

Hay que saber encontrar la que mejor realza la silueta y serle fiel. La buena lencería se adapta a todas las figuras femeninas con múltiples tallas para más delgadas, más redonditas, más pequeñas o más grandes. Algo que no siempre sucede en otras facetas de la moda.

«La moda es como la arquitectura: se trata de una cuestión de proporciones.»

La autora de la frase es Coco Chanel que entendió que la elegancia no estaba reñida con la comodidad ni con la feminidad. Creó un traje de chaqueta que ribeteó con pasamanería, que todavía está de moda y adornó a la mujer con la bisutería más ostentosa que encontró. Y la perfumó. Cuando un periodista le preguntó a Marylin Monroe qué se ponía para irse a la cama ella contestó: «Chanel nº5». En esa época se formó un diseñador español que marcaría un hito en el mundo de la moda Cristobal Balenciaga, al que llamaron «el maestro».

«Lo único que lamento es no haber inventado el pantalón vaquero»

En la década de los 60 surge el prêt-à-porter, una verdadera revolución en el mundo de la costura. La ropa se democratiza, comienzan a surgir las tallas grandes y se empieza a fabricar en serie. La moda se va convirtiendo poco a poco en una industria que da trabajo a cientos de miles de personas en todo el mundo, con ello el pantalón vaquero de Levi Strauss, que le habría gustado inventar a Yves Saint Laurent, se comienza a diseñar con formas acampanas, pitillo, rectos, además de contar con otros colores.

Ya en el siglo XXI y con la eclosión de las nuevas tecnologías, la producción de ropa se globaliza y deslocaliza, y se abren así un montón de posibilidades. Lo que antes debíamos comprar in situ, ya fuese en las calles principales de compras o en un centro comercial de una ciudad, ahora se puede hacer desde el ordenador y en unos pocos pasos. Y es que antes para conseguir aquel modelo singular y diferente diseñado, por ejemplo, por Ágatha Ruiz de la Prada había que ir a su tienda física. Ahora sin embargo es posible adquirir esos modelos soñados y complementos en Internet en tiendas online como Zalando, que poco a poco están dando paso a una auténtica revolución en los hábitos de compra de la población en general, y que permite a su vez, entre otras ventajas comparar unos modelos con otros en unos pocos clics, ver así los diferentes colores, tejidos, buscar accesorios sin tener a nadie detrás esperando como en la web AÏTA o guardando cola para pagar delante de caja.

No podemos terminar sin citar otra gran revolución que se ha producido en este comienzo de siglo, la de las impresoras en 3D. En la semana de la moda de París la diseñadora Iris Van Herpen ha presentado ya modelos en una sola pieza sin costuras y con patrones de resina líquida. No son para mañana, pero en un futuro podremos comprarlos.